Hamon: “Al igual que Asia en el pasado, Europa necesita cinco años para recuperarse”

Kamil Molendys, Unsplash

Llevará tiempo superar la crisis europea, pero será posible. Así, al igual que los países asiáticos salieron de la crisis en unos cinco años mediante devaluaciones en sus divisas y reestructuraciones de deuda (con la excepción de China), Europa también lo hará, si bien es necesario un serio plan de ahorro. Es la visión de Hugh Simon, fundador de Hamon y gestor del fondo BNY Mellon Vietnam, India y China (VIC).

“La historia de Asia no es una historia de recuperación desde su crisis, sino un tema de largo plazo apoyado en el crecimiento doméstico y de las clases medias, que aumentan el gasto sobre todo en marcas locales y presionan hacia una mayor inversión en infraestructuras”, afirma, convencido del potencial de esas marcas emergentes. “Hoy no existen marcas globales de China o India, pero con el aumento de las ventas en el mercado doméstico y de la calidad, se irán reconociendo progresivamente y surgirán en los próximos años, compitiendo con las grandes de los países desarrollados”, explica Simon.

Es, para el gestor, una señal del crecimiento natural de estas regiones, que también asistirá al surgimiento de nuevas industrias, como la energía alternativa. Como ejemplo, la industria solar en China, que aprovechará el know how de su vecino Taiwán. Simon considera que ahora resultan caras pero confía en una caída de los precios y un aumento de la eficiencia en los próximos años, pues las compañías ya no pueden permitirse contaminar en sociedades preocupadas sobre el impacto ambiental de sus actividades.

Sin atisbo de burbuja

En el marco de esa visión de largo plazo, Simon considera que la última corrección aumenta el atractivo de estos mercados, una situación que aprovechan para aumentar sus posiciones. “Creo en el crecimiento de la región y por eso no temo las correcciones puntuales”, afirma el gestor, convencido de que las valoraciones aún son muy razonables.

Simon considera positivos los incentivos de las autoridades para incentivar el consumo doméstico, que apoyan la confianza y la recuperación económica, y el esfuerzo de los bancos centrales por reequilibrar al mismo tiempo los motores del crecimiento, evitando excesos como por ejemplo en el mercado inmobiliario chino pero sin perjudicar otras áreas. “Las medidas se han dirigido específicamente a controlar esta situación, con las restricciones a préstamos y nuevos impuestos, como el que grava la venta rápida de la segunda vivienda, destinados a frenar la especulación, lo que ha impedido la generación de una burbuja”, asegura, convencido de que no existe tal cosa, pues la gente “quiere ser dueña de propiedades y tiene liquidez para adquirir esos inmuebles”.

El experto también hace una diferencia a la hora de invertir en China e India, los dos países donde aglutina casi el 90% del porfolio del fondo VIC: así, mientras la economía centralizada china hace más fácil la toma de decisiones y las oportunidades se concentran en grandes compañías en algunas de las cuales resulta complicado lograr exposición, en India, la mayor democracia del mundo donde el poder está en manos de una coalición, las medidas tardan más tiempo en llegar. Además, su mercado está mucho más fragmentado, con pequeñas compañías que compiten en una misma área de negocio. En resumen y aunque se espera que China se desarrolle más rápido, se encuentran diferentes oportunidades dependiendo del sector. El fondo VIC cuenta actualmente con el 49% de su cartera en India y algo más del 40% en China.

En Vietnam el peso del porfolio es del 5,3%, un mercado atractivo pese a su iliquidez gracias a la devaluación de su divisa y a las numerosas compañías que saldrán a bolsa en el medio plazo, tal y como publicó Funds People, y en Indonesia, del 4,7%, gracias a su potencial de consumo y la riqueza de materias primas.