¿Ha llegado el momento de plantearse el papel de los gubernamentales en cartera?

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Bekir Dönmez on Unsplash

Renta variable para hacer crecer la cartera y renta fija para protegerla. La tradicional fórmula 60-40 ha sido durante décadas la receta para construir carteras resilientes: los bonos gubernamentales como colchón para protegerse en momentos de corrección en los activos de riesgo. Ha sido una máxima que ha cumplido a grandes rasgos, pero, ¿sigue vigente? En su último informe de previsiones para la segunda mitad de año, desde el BlackRock Investment Institute abren el debate. Ha llegado el momento de plantearse el papel de los bonos gubernamentales en cartera.

Una de las consecuencias de las políticas monetarias acomodaticias ha sido anclar las tires de los bonos a niveles mínimos. Es lo que precisamente desafía las convenciones clásicas de la construcción de carteras y fuerza a los inversores a buscar alternativas. Porque se ha formado en los gubernamentales un cóctel complejo. Por un lado, que las perspectivas de rentabilidad son escasas. De hecho, desde el BlackRock Investment Institute prevén retornos negativos de todos los bonos de gobierno de países desarrollados para un horizonte a cinco años. La rentabilidad no lo es todo a la hora de invertir, pero eso nos lleva al siguiente problema. Porque por otro lado, la correlación inversa entre bonos y acciones cae a medida que los primeros se mueven en un rango tan bajo. Esto compromete el papel de los gubernamentales como ancla. El peor comportamiento de los bonos alemanes y japoneses durante la corrección de principios de año es un buen ejemplo de ello. “No podemos esperar que los bonos gubernamentales sigan siendo ese ancla con las tires tan bajas”, defiende Vivek Paul, estratega de carteras senior en la entidad.

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Este contexto lleva a la gestora a preferir reducir las asignaciones a bonos gubernamentales. En su opinión, los inversores deben replantearse su utilidad en un entorno de mayor desglobalización, tires más bajas durante más tiempo y unas políticas monetarias y fiscales sin precedentes.  “No hablamos de reducir al 0 la exposición, sino de darle un papel más secundario”, matiza Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable del Negocio Institucional de BlackRock para España.

¿Y qué alternativas plantean? Algunos de los activos que destaca Gutiérrez-Mellado son los bonos ligados a la inflación. Son conscientes de que ningún activo puede reemplazar directamente su papel como ancla, pero ven en estos últimos una idea atractiva. La presión inflacionista podría aumentar a medida que el shock deflacionario inicial por el desplome de la demanda se disipe. La desglobalización, la vuelta a la regulación y los déficits podrían ser los catalizadores. Y los bancos centrales ya han dejado entrever que tolerarían subidas temporales de la inflación por encima de su objetivo.