Guillermo Arthur: “Tenemos que ahorrar más porque vivimos más”

Kamil Molendys, Unsplash

Chile instauró su sistema privado de capitalización en 1981 y años después, fue ejemplo a seguir por Perú, México y Colombia. Los cuatro modelos son ahora estudiados en el resto del mundo, y por eso en representación de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) visitaron Madrid su presidente, Guillermo Arthur, y su vicepresidente, Luis Validivieso, que son a su vez presidentes de las asociaciones de administradoras de fondos de pensiones (AFP) de Chile y Perú respectivamente.

El evento estuvo organizado por Inverco, (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones en España), y contó con la participación de la Federación Europea de Fondos de Pensiones (Pensiones Europe). Su máxima responsable, Joanne Segars, explicó que aunque en cada país el modelo distinto, la mayoría, a uno y otro lado del Atlántico comparten varias similitudes y retos, como la cobertura poblacional y que los trabajadores tengan una pensión segura y sostenible en el tiempo.

Por su parte, desde FIAP, que representa a asociaciones nacionales de 18 paises de los que 13 son latinoamericanos, su presidente incidió en un mensaje: “Tenemos que ahorrar más porque vivimos más”, ya que debido al desarrollo económico de la región las expectativas de vida también se ha incrementado, igual que la esperanza de vida.

Asimismo, hizo hincapié en las buenas rentabilidades en términos reales que acumula el sistema. En Chile en casi ya 23 años el modelo promedia una rentabilidad anual del 8,5% y sólo ha tenido cuatro años de pérdidas. Eso no evita que haya que “reconocer que tenemos desafíos importantes”, indicó Guillermo Arthur. “A pesar de la alta tasa de rentabilidad de los fondos de pensiones, no se prevé que las tasas de reemplazo que genere el sistema sean suficientes”, añadió.

“El crecimiento de las remuneraciones reales es muy alto, del 4% en Chile y por encima del 5% en Perú, pero las cotizaciones son en base a un salario más bajo”, señalaron tanto Arthur como Luis Valdivieso. También afirmaron que en América Latina hay que trabajar en disminuir la economía informal.

Ésta es una de las razones por las que no son correctas las comparaciones de la tasa de reemplazo media de un sistema de capitalización a uno de reparto, ya que en el primero un trabajador que ha cotizado tiene derecho a una pensión sea lo que sea lo que ha ganado, mientras que en el segundo caso hay personas que han realizado aportes al sistema pero al no haber llegado a un mínimo de años, no tienen derecho a pensión, y no se toman en cuenta para los cálculos.

Aportación al crecimiento

Los ponentes de FIAP citaron los estudios promovidos por Grupo SURA “Contribución del sistema privado de pensiones al desarrollo económico de Latinoamérica; experiencias de Colombia, México, Chile y Perú”. Con él, recordaron que los académicos autores de la investigación estimaron que la contribución de los sistemas de capitalización individual al crecimiento anual del PIB son del 4,58% en el caso chileno, 4,55% en Colombia, 5,35% en Perú y 2,4% en México.

“Cuando se hicieron las reformas en América Latina los mercados de capitales eran incipientes, casi no existían. Junto con las reformas previsionales tuvieron que hacer otras reformas para la inversión de los fondos de pensiones, ya que tenían muchos recursos y el mercado no tenía los instrumentos necesarios. Hubo que adecuarlos para los nuevos inversionistas institucionales”, expuso Guillermo Arthur, con lo que provocaron que se desarrollase el mercado de capitales y contribuyeron al desarrollo de la economía.

Asimismo, la inversión de las AFP también es otro impacto positivo en cada país con modelo de capitalización, argumentó Arthur para concluir, más aún en casos en los que es difícil encontrar a inversionistas que pongan recursos: “Hay ciertos instrumentos especialmente atractivos para los fondos de pensiones, que necesitan invertir con un horizonte temporal de largo plazo, y también hay demandantes de financiación a largo plazo. Por ejemplo en vivienda los bonos hipotecarios emitidos por los bancos, o los bonos de infraestructuras”.