Gritan ¡Fuego!

Gritan ¡Fuego!

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 17 Octubre 2014

“Las caídas en las Bolsas empezaron como un simple ajuste pero se han acelerado hasta desembocar en un proceso de capitulación que probablemente se extenderá varios días. ¿Qué sucede? Sencillamente, el contexto ha cambiado muy rápidamente. Tan rápido que nadie, o casi nadie, ha podido reaccionar; desde luego, yo no.”

Ramón Forcada- Nadie cree a nadie- El Mundo 16-10-2014

No tengo el gusto de conocer a Ramón Forcada, pero al leer estas líneas iniciales de su artículo en el diario El Mundo pensé en cuán pocas veces se escucha o lee a un profesional reconocer que “le han pillado con el paso cambiado”,…eso por sí solo merece todo respeto y reconocimiento, sobre todo en nuestro sector que da la sensación (y bien que se procura transmitírsela a los clientes) de que TODO lo tenemos controlado, que TODO lo sabemos y que TODO nos coge ya de vuelta….¡como en la canción de Chenoa!

Muchas veces habréis visto o conocido a expertos financieros cuyo planteamiento básico es subirse a la ola y mantenerse en ella hasta que la ola se dé la vuelta y puedan escapar sin mojarse,…naturalmente esto pasa de cuando en cuando (¡¡incluso yo, en alguna ocasión he conseguido algo así!!), pero realmente no conozco a nadie que de forma consistente haya sido capaz de entrar en los mínimos y salirse en los máximos,….bueno, miento, sí que conozco a alguien y seguro que vosotros también: son los comerciales de sistemas informáticos de análisis técnico y chartistas que nos muestran, a toro pasado, cómo el sistema nos habría advertido casi milimétricamente de cada punto de entrada y salida,…el problema es que, una vez que lo compramos (debe venir con baja batería) deja de funcionar tan bien y ya no es tan consistente y ya no acierta tanto. ….Los otros profesionales- y éstos sí que no fallan nunca- son los cuñados,…¡qué tíos, no fallan ni una! (y no lo digo por los míos, que en esto son muy normales).

En mi caso me reconozco un inútil y precisamente por eso ni siquiera lo intento; es más, en ocasiones se lo he comentado a los argonautas- ya sabéis: “reyes, príncipes y héroes”- que todos aquellos que pretenden estar viendo la función en primera fila con la esperanza de ser los primeros en escapar del teatro cuando se grita ¡Fuego!, son como poco unos optimistas irreductibles, pero poco realistas.

En la Carta de Lanzamiento del Argos citaba a Mason Hawkings diciendo “Si pretendes ser un buen inversor en el largo plazo, has de asumir parecer estúpido en el corto plazo”,…os garantizo que no es algo especialmente apetecible, la verdad. Estar viendo cómo los mercados se disparan, cómo otros profesionales logran suculentas rentabilidades, ¡cómo incluso tu cuñado los bate a todos!(como siempre, por otra parte),…y mientras tú, sentado en un montón de liquidez- que no te paga nada- esperando hasta encontrar buenos precios o como diría, creo que fue Templeton, hasta que haya “sangre en las calles”.

No, no es agradable estar esperando, la verdad, …pero es preferible cuando llega el momento a la alternativa. Cuando se grita ¡Fuego! todo el mundo corre en busca del activo refugio y se desprende de cualquier cosa y a cualquier precio para lograr algo de liquidez. Sólo los que han estado fuera del teatro o con un pie en la puerta, si preferís, tienen realmente posibilidad de salir del teatro sin chamuscarse demasiado (ojito, que digo demasiado, no sin chamuscarse,…para eso habría que estar realmente lejos del teatro,…que siempre hay algún ascua volando por ahí). Los que han estado disfrutando hasta el último momento de la visión de la obra en primera fila, los que han estado mirando por encima del hombro a los que estaban filas más atrás o, directamente, en la puerta pensando que lograrían salir también los primeros se encuentran con la desagradable situación de que los asientos que ellos tenían, por muy buenos que sean, nadie los quiere, nadie se los compra y en la avalancha sus títulos de propiedad de sus asientos caen por el suelo para quien quiera recogerlos.

Es la misma esencia de la Carta El lemming que salió raro, que dio pie al título del libro. Aquellos que hemos estado aguardando en la puerta podremos escoger, como lemmings raros que no huyen en la estampida, los mejores asientos y sobre todo disfrutar de la tranquilidad de que lo que ahora se necesita, lo que ahora están buscando y deseando todos: la liquidez, nosotros ya la hemos generado con anterioridad.

Cuando alguien grita ¡Fuego! la mejor alternativa no es salir huyendo- depende del fuego, por supuesto, no me lo entendáis de forma literal- sino tener agua, suficiente agua. Pero igual que Noé tuvo que empezar a construir su arca mucho antes de que empezara a diluviar, para apagar el fuego debemos haber acarreado agua suficiente bastante antes.

Y no se trata de vindicar nada, de ningún ánimo de revancha- arrieritos somos y el camino da demasiadas vueltas como para intentar sacar pecho porque en un instante el mercado te dé finalmente la razón-, no, no es esa situación al menos desde mi punto de vista. Se trata de volver a insistir en lo que otros más grandes y mejores inversores que yo han experimentado, pensado, descubierto o sufrido a lo largo de sus años, se trata de aprender en cabeza ajena,…que los golpes duelen siempre algo menos.

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.

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