Gestión alternativa: cosas que sabemos, cosas que no sabemos y cosas que sabremos

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Horia Varlan, Flickr, Creative Commons

Arranca el verano con la atención de los selectores europeos puesta en tres grandes ejes: mercados emergentes (tanto de renta variable como de renta fija), fondos multiactivos (categoría que está empezando a recuperar el interés de estos profesionales) y gestión alternativa (donde se esperan muchas preguntas por parte de los selectores relativas a la liquidez de los productos, sobre todo tras el estallido del caso Woodford y el más reciente de H20). De todas ellas, el interés por las estrategias de gestión alternativa es, sin lugar a dudas, la tendencia más importante.

Es algo que sabemos gracias a una encuesta realizada por Broadridge entre 72 selectores de fondos en el que se les preguntaba por la categoría donde tenían previsto incrementar su asignación en los próximos meses. La mayoría señala a la gestión alternativa como el área donde están centrando sus esfuerzos en estos momentos. Y eso a pesar de que el 2018 fue, en general, un año decepcionante para la mayoría de estas estrategias que, lejos de proteger a los inversores, registraron pérdidas y una alta correlación con las clases de activo tradicionales. Siendo más precisos se podría decir que el interés por la gestión alternativa se mantiene a pesar de todo, aunque el sentimiento se ha enfriado casi a la mitad con respecto a hace un año (fuente los gráficos: Broadridge).

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“El sentimiento hacia la renta variable está nuevamente en territorio negativo y, ahora, a este sentimiento negativo se han unido los bonos. La angustia de los inversores se está manifestando y el Brexit es probablemente la menor de sus preocupaciones. Son los efectos de una potencial guerra comercial y las elevadas valoraciones que ofrecen los mercados lo que los ponen nerviosos. Los inversores están buscando otra cosa. Si bien quieren asignar más a alternativos, este es un objetivo a largo plazo y rara vez se realiza. Los titulares sobre lo ocurrido con Woodford y H20 también podría hacer disminuir el interés y que el efectivo sea el verdadero ganador en el corto plazo”, indican desde Broadridge. Y es que falta por incorporar a la ecuación el impacto que sobre la confianza de los selectores van a provocar ambos casos. Es algo que no sabemos.

También es importante incorporar a la ecuación el cada vez mayor peso que otro tipo de estrategias alternativas, ilíquidas pero que históricamente han mostrado una menor correlación con los activos tradicionales, están ocupando en las carteras. Algunos responsables de gestoras internacionales en España ya han comenzado a apreciar esta tendencia. El requisito de la liquidez diaria está empezando a ser un aspecto cada vez más relegado en la lista de prioridades del cliente, hasta el punto de que –tal y como asegura Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM para España y Portugal – “el inversor está dispuesto a renunciar a ella en su búsqueda de protección y rentabilidad”.

En Europa la tendencia a lo largo de los últimos años ha sido clara. Los inversores institucionales han ido cambiando sus carteras de un histórico 60% en renta variable, 30% en renta fija y 5% en alternativos a un asset allocation actual que está en torno al 40% en acciones, 30% en bonos y otro 30% en estrategias alternativas, principalmente ilíquidas y concentradas en private equity e inmobiliario, según refleja el Global Pension Assets Study publicado por Willis Towers Watson. Esto es algo que también sabemos.

Según David Cienfuegos, responsable del negocio de Inversiones en España de la consultora, “el peso de los alternativos en las carteras sigue incrementándose porque los inversores institucionales son conscientes de que ni la renta variable ni la renta fija van a generar en el futuro la rentabilidad que han ofrecido en el pasado. Esa apuesta por la gestión alternativa se centra en vender su public equity y comprar private equity y deshacerse de la renta fija para adquirir deuda privada”, afirma el experto.

En España este fenómeno está empezando a permear hacia un tipo de inversor más retail, principalmente de banca privada, que ahora se  muestra abierto a diversificar sus carteras con este tipo de productos. El peso que acaben teniendo en el mundo retail, tanto a nivel nacional como europeo, es algo que aún no sabemos pero sabremos (leer sección de Alternativos de la revista Funds People de junio).