Gestión 100% independiente y con valores: la historia de cómo William Blair superó la Gran Recesión

Chicago, EE.UU., reflejo, réplica
CameliaTWU, Flickr, Creative Commons

Cuando William McCormick Blair y Francis Bonner inauguraron su banco de inversión el 8 de febrero de 1935, seguramente lo último que se les pasaría por la cabeza es que estaban al borde de una de las mayores recesiones de la historia. Para cuando se produjo el famoso crack de 1929 en Wall Street, William Blair tomó la decisión de que trataría de ayudar a la ciudad de Chicago –donde fue originalmente lanzada- y al Medio Oeste estadounidense en general a tratar de recuperarse de este duro golpe, al proporcionar financiación a las empresas de la región que tuvieran una orientación al crecimiento y que considerase más prometedoras. Así, Blair se hizo famoso por su enfoque hacia el éxito de su clientela, hasta el punto de que se convirtió en su lema la siguiente afirmación: “Cuando nuestros clientes tienen éxito, les seguirá el éxito de nuestra firma”.

Además, Blair fue pionero en la implantación de criterios éticos para la financiación, al buscar acuerdos honestos, un asesoramiento corporativo de calidad, recomendaciones de inversión que no estuvieran sesgadas y responsabilidad cívica, de tal manera que William Blair Investment Banking sólo recomendaba invertir en empresas que hubiera analizado previamente al dedillo.

Ochenta y dos años más tarde, William Blair se ha convertido en un conglomerado con divisiones de banca de inversión, banca privada y gestión de activos. La compañía es 100% independiente y está en manos de sus empleados (tiene más de 1.400 en plantilla). El volumen de activos supera los 80.000 millones de dólares para el conjunto del grupo, según datos del 31 de diciembre de 2016, mientras que sólo su división de gestión de activos dispone de un patrimonio de 14.000 millones de dólares repartidos entre 22 fondos de inversión gestionados activamente (datos también del 31 de diciembre de 2016).

Datos sobre la gestora

España se acaba de convertir en el último de los 35 países donde esta firma tiene su área de influencia, al registrar recientemente en CNMV su sicav con domicilio luxemburgués. La firma se caracteriza por una gestión activa y enfocada a la generación de sólidos retornos ajustados al riesgo que sean sostenibles en el largo plazo, a partir de una filosofía de inversión bottom-up. Entre sus especialidades figuran la inversión en renta variable estadounidense con sesgo growth y value, renta variable internacional con sesgo value, renta fija y monetarios y estrategias globales de multiactivos.

La gama de producto que está alojada dentro de esa sicav está compuesta por seis fondos de inversión; cinco de ellos invierten en renta variable y el sexto es un multiactivos que responde al nombre de Dynamic Diversified Allocation Fund. El resto de productos ofrecen exposición a pequeñas y medianas empresas estadounidenses con sesgo de crecimiento (US Small-Mid Cap Growth Fund), una exposición por distintas temáticas a empresas emergentes (Emerging Markets Growth Fund, Emerging Markets Leaders Fundy Emerging Markets Small Cap Growth Fund) y exposición a renta variable global (Global Leaders Fund).