“Francia es ahora muy vulnerable; puede sufrir muchos shocks”

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Françoise Hollande, Flickr, Creative Commons

La agencia de calificación crediticia Standard &Poor’s decidía el pasado 8 de noviembre recortar en un escalón la calificación crediticia de Francia, país considerado por algunos como el último bastión europeo del Estado del Bienestar. Así, el rating del país pasaba de AA+ hasta AA, con perspectiva estable. El principal argumento esgrimido por la agencia fue la ausencia de medidas estructurales de calado sobre la economía, así como la escasa efectividad de las puestas en marcha por el Ejecutivo de François Hollande. Esta decisión llega en medio de una fuerte oleada de descontento en el país hacia las políticas –especialmente fiscales y migratorias- implementadas por el gobierno socialista.

A pesar de que los miembros del Gobierno se han apresurado a responder a esta rebaja cuestionando la legitimidad de las agencias de rating, las gestoras de fondos ya veían venir este movimiento. “Muchos estábamos esperándolo: S&P tiene un sistema de calificación muy fuerte y consistente y si miras los fundamentales de Francia, creo que esta vez está justificado”, declaraba a la cadena CNBC el mismo día que se hacía pública la noticia Maxime Alimi, economista especializado en la zona euro de AXA IM. “Francia ahora es muy vulnerable, puede sufrir muchos shocks”, continuaba el experto, poniendo el acento en que el porcentaje de deuda sobre PIB del país galo ya supera el 90% y el poco éxito que habían tenido las reformas. 

Alimi no prevé una reacción inmediata en los mercados de renta variable y renta fija: “Lo interesante del caso de Francia es que tiene una base muy sólida de inversores de largo plazo, pero esa gente también es muy sensible a los rating. Estoy ansioso por ver si esa clase de inversores va a empezar a perder confianza en la deuda soberana francesa y si tratarán de reducir su exposición”. El responsable de AXA IM cree que “es probable que en el medio plazo veamos las consecuencias”. 

“Con esta decisión, la agencia de calificación crediticia plasma sus dudas acerca de si las reformas del gobierno francés serán suficientes para mejorar el crecimiento del país a medio plazo. De hecho, el crecimiento del PIB no parece que vaya a superar el 1,1% en Francia el año que viene, por debajo del 1,3% que se espera para la eurozona”, señala efectivamente Vincent Juvyns, experto de J.P.Morgan AM. “Aunque el impacto de esta rebaja debería ser limitado en los mercados financieros, sí representa otra llamada de atención más para el presidente Francois Hollande y su gobierno”, añade Juvyns. 

El experto de J.P. Morgan AM subraya que la economía gala está perdiendo competitividad, y apoya su argumento en la evolución de las exportaciones francesas, que han ido perdiendo peso desde 2007 y a finales del año pasado suponían un 27,4% del PIB francés. “La caída de la producción industrial del 0,7% registrada en septiembre confirma que la industria francesa está perdiendo momentum. En este contexto, la tasa de desempleo ha aumentado en 1,2 millones desde mediados de 2008, alcanzando un nuevo máximo en septiembre al situarse en el 10,9%”, explica el responsable de la gestora americana.

“La economía francesa es robusta y está bien diversificada pero ya no tiene capacidad para restaurar un crecimiento fuerte y sostenido”, declara por su parte Philippe Waetcher, economista jefe de NAM (filial de Natixis Global AM). Waetcher explica que antes la economía francesa tendía a crecer a un ritmo medio del 2%, pero ya no es así, puesto que los años de crisis “han alterado las condiciones de negocio y la economía gala ya no es capaz de revertir el crecimiento por encima del 2%”. “Esta tendencia de crecimiento se ha disminuido en el largo plazo, lo que son malas noticias para el empleo”, observa el responsable de NAM. De hecho, Waetcher también recoge las observaciones de S&P sobre la tasa de empleo, expresando que la agencia percibe reticencia por parte de las autoridades francesas a acometer reformas estructurales precisamente porque el desempleo ya es elevado. 

Asimismo, el experto de NAM también se fija en las declaraciones de la agencia sobre que el Gobierno francés ha centrado sus políticas económicas en el corto plazo en vez de con un enfoque estructural. “En otras palabras, los pasos dados, particularmente en fiscalidad, han estado basados sobre la asunción de que la economía francesa volvería automáticamente a su tasa de crecimiento de largo plazo”, resume. “S&P considera que estas medidas han ido tan lejos como han podido con poco más que ganar en este frente. El país necesita ahora moverse a medidas más estructurales para cambiar la manera en que funciona la economía francesa”, asevera Waetcher. 

“Para mitigar esta situación, se debe trazar un camino más transparente en la dirección adecuada”, continua el economista jefe de NAM. Pero, por el momento, “en ausencia de ningún objetivo claro, el incentivo para todos los jugadores es esperar y ver. Como resultado, los datos actuales tienden a inducir parálisis”, concluye Waetcher.