Fondos temáticos: esto no se vende

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MBM, Unsplash

La aparición de los fondos temáticos en las gamas que comercializan cada vez más gestoras internacionales está dando lugar a un fenómeno que ha sorprendido incluso a los equipos encargados de la venta y promoción de estas estrategias: el inversor los compra pero no los vende, ni siquiera en momentos de estrés y correcciones en los mercados financieros, periodos en los que históricamente el cliente hace ajustes tácticos en sus carteras, generalmente para reducir riesgo. Pero esto es algo que no ha ocurrido con los fondos temáticos en 2018, un ejercicio de caídas en los mercados.

“En la caída de los mercados del último trimestre de 2018 hemos notado que muchos inversores que han invertido en estas temáticas se han mantenido, al haber entendido perfectamente que se trata de una inversión a tres o cuatro años, periodo a lo largo del cual estas compañías reflejan que se benefician de los grandes cambios seculares que están conformando el mundo y lo seguirán haciendo las próximas décadas. Se trata de soluciones que han pasado a formar parte estructural de las carteras, lo que se ha venido consolidado los últimos tres años”, revela Gonzalo Rengifo.

Según explica el director general para Iberia y Latinoamérica de Pictet AM, una de las gestoras con la gama de temáticos con un track record más largo, la ventaja de estas estrategias es que es muy fácil identificarse con ellas. “El inversor las entiende muy bien”, afirma. Coincide con lo que apuntan desde BlackRock. La cerca de una treintena de ETF temáticos registrados en Europa acumulan un patrimonio que –según datos de Morningstar- ronda los 7.000 millones de euros, lo que supone una cuota de mercado del 57%. Lo que están observando en el uso de estos ETF es algo similar: adopción paulatina en carteras y mantenimiento a largo plazo.

“En la práctica supone invertir en compañías que, por lo general, son menos cíclicas, más conectadas al crecimiento y enfocadas a la innovación y la tecnología a través de productos más sencillos y fáciles de explicar al cliente”, subraya André Themudo, responsable del área distribución de BlackRock para España. En los temáticos, los índices se convierten en una referencia del coste de oportunidad frente a invertir en un fondo de renta variable global. Como explica Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM para España y Portugal, son productos con mucha más flexibilidad que si estuvieran focalizadas en un área geográfica y pensados para la inversión a largo plazo.

Según explica Vafa Ahmadi, director de renta variable temática de CPR AM, filial de Amundi especializada en este tipo de estrategias, por su propia naturaleza, los fondos temáticos están diseñados para aprovechar los temas de inversión a largo plazo, lo que implica que es probable que tarden tiempo en dar frutos. “Los temas estructurales tienden a desarrollar su valor añadido a largo plazo. El horizonte temporal puede ser reducido por razones tácticas. Ambos horizontes pueden ser útiles para diferentes necesidades y diferentes fases de mercado. Nuestro consejo es invertir al menos con un horizonte de cinco años”, concluye el experto.