Fondos que invierten en mercados frontera

Los mercados frontera, es decir, los más emergentes dentro del mundo emergente, aportan grandes ventajas de inversión y varios fondos ya están aprovechando las oportunidades. Este año han sido dos las gestoras que han lanzado este tipo de productos, uniéndose a otras tres casas que ya hicieron la apuesta en 2007 y 2008: en enero lo hizo Schroders, con el fondo Schroder Frontier Market Equity, y en febrero Goldman Sachs AM lanzó un producto que, en vez de seguir el índice MSCI Frontier Markets como hace el resto, invierte en los llamados N-11 (next 11). 

 

Los fondos se sumaron así a la oferta de Franklin Templeton, Morgan Stanley o GAM, que cuentan con fondos que siguen el índice de mercados frontera de MSCI, con un 60% de peso de la región de Oriente Medio y, por sectores, dominio del sector financiero (más del 50%) junto al de telecomunicaciones (cerca del 20%). Para su gestión, suelen combinar el análisis macro con la selección individual de empresas, con una gran flexibilidad de entrada y salida.  

 

Así, el fondo de GSAM sigue un concepto que considera una propuesta de inversión estratégica a largo plazo, aunque es un grupo diverso de 11 países sólo unidos por sus grandes poblaciones, su potencial de crecimiento superior a la media y la fortaleza de su consumo interno según Jim O’Neill, presidente de la gestora. De hecho, el fondo sigue un índice lanzado recientemente, el MSCI GDP Weighted N-11 ex-Irán, que excluye el país por su situación política.   

 

Por su parte, el Schroder Frontier Market Equity está gestionado por Allan Conway –responsable de emergentes de la firma- y Rami Sidani –responsable de Oriente Medio y África- y tiene una mayor exposición a países con recursos naturales como Kuwait o Qatar. De hecho, Oriente Medio tiene un peso superior al 60% en el fondo, y el sector inmobiliario, de más del 50%. El equipo, con 34 profesionales, realiza una gestión derivada al 50% de un proceso cuantitativo top-down de selección de países (que aúna dos modelos: de mercados frontera y emergentes) y otro 50% bottom-up de selección de compañías desde un punto de vista fundamental para crear la cartera que compone el fondo de mercados frontera.  

 

Estos dos fondos se han unido en 2011 al grupo de fondos frontera que ya lanzaron hace unos años otras casas. La pionera fue Morgan Stanley, que estrenó el MS Frontier Markets Fund en julio de 2007, un producto gestionado por Timothy Drinkall, a la que siguió GAM, con el GAM Star Frontier Opprtunities, lanzado en junio de 2008 y gestionado por Sean Taylor. Unos meses después, en octubre de 2008, Franklin Templeton y el equipo del gurú emergente Mark Mobius lanzaron el Templeton Frontier Markets, que desde entonces sube el 76% (con datos a finales de abril) y cuenta con un patrimonio cercano a los 1.200 millones de dólares. 

 

Su proceso de inversión tiene dos claves: el análisis bottom-up y la inversión a largo plazo y comienza con la identificación de potenciales oportunidades, con una monitorización inicial de entre 3.000 y 4.000 valores, seguida de un estricto análisis fundamental (análisis cualitativo y cuantitativo y sectorial y por países), una revisión de las valoraciones y la competencia (con una lista de acción de entre 700 y 900 valores). Tras dar esos pasos se produce la construcción de la cartera, con una clave de diversificación, y una posterior valoración y mantenimiento de la misma, con una gran disciplina de venta. Sus mayores posiciones por países a finales de abril estaban en Nigeria, Arabia Saudí y Kazakhstan , por sectores en bancos (más del 30%) –como el nigeriano Zenith Bank- y telecos (15%) –como la egipcia Orascom Telecom- y por valores, en la energética kazaja Kazmunaigas.  

 

Estos fondos, con apuestas a largo plazo, exigen tener equipos con presencia internacional. En el caso de Franklin Templeton, esta exigencia se salda con oficinas en lugares como Kuala Lumpur, Johannesburgo, Buenos Aires, Estambul, Río de Janeiro, Singapur, Seúl, Shangai, Hong Kong, Ho Chi Minh, Dubai, Mumbai, Bucarest, Moscú o Varsovia, mientras Schroders se ve apoyada por analistas en Dubai, Europa, Latinoamérica yAsia, y GSAM cuenta con 140 profesionales en 10 oficinas de todo el mundo, siete de ellas en emergentes.