Fondos para invertir en deuda emergente en moneda local

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Funds People

TRIBUNA de Vanesa del Valle, analista sénior, Allfunds Bank. Comentario patrocinado por Allfunds Bank.

Los fondos de deuda emergente global en divisa local, junto con los fondos de deuda emergente en divisa fuerte (o externa), representan a día de hoy las categorías mayores dentro del mercado de deuda emergente global.

Los mercados de deuda emergente en monedas local y externa muestran diferencias en cuanto a su composición y fuentes de rentabilidad. La deuda externa está denominada principalmente en dólares y, por tanto, su rentabilidad se mide en función del diferencial sobre los bonos del tesoro americanos y el rendimiento subyacente de éstos. Las mayores fuentes de rentabilidad para los fondos de deuda emergente local son la gestión de la duración y de la divisa. Ambas fuentes han contribuido de forma significativa a la rentabilidad de estos fondos, pero mientras que la duración ha aportado una fuente estable de rentabilidad y ha proporcionado un colchón en mercados volátiles, la exposición a las divisas emergentes ha supuesto la mayor fuente de riesgo. Dado que la gestión de la divisa es una de las mayores fuentes de valor para estos fondos, casi todos los gestores gestionan muy activamente su exposición frente al índice. Además, algunos tienden a refugiarse más que otros en el dólar americano o en divisas ligadas a éste en momentos de elevada aversión al riesgo.

El índice de los fondos de EMD Local Currency es, por excelencia, el JP Morgan GBI-EM Global Diversified index (en dólares sin cobertura de divisa). Este índice contiene bonos soberanos y cuasi-soberanos denominados en moneda local emitidos por países emergentes, en su mayoría en las regiones de Asia, Latinoamérica y el Este de Europa y, en menor medida, de Oriente Medio y África. Los activos se concentran en su mayoría en el segmente de calidades crediticias comprendido entre A y BB, con una calidad crediticia media de BBB a día de hoy. La duración se sitúa en torno a los 5 años.

Los fondos de deuda emergente global soberana en moneda local siguen, por lo general, el posicionamiento general del índice, haciendo apuestas tácticas de infraponderación y sobreponderación frente al índice. La exposición por país no suele desviarse más de un 10% frente a su referencia y la duración suele desviarse hasta 2 años como máximo, aunque hay algunos fondos más flexibles. La calidad crediticia media suele situarse alrededor de BBB, al igual que la del índice, y nunca desviándose demasiado de éste (de A- a BB+, siendo ya una gran desviación). Aunque es cierto que existen fondos algo más flexibles, por lo general la gran mayoría sigue este enfoque.

Las apuestas fuera de índice en otros activos de deuda emergente suele ser, en caso de que haya alguna, muy residual, y por lo general se centra en deuda externa soberana o en deuda corporativa. Más común, aunque también limitada, es la exposición a deuda local fuera del índice que se realiza para añadir valor y diversificar algo más la cartera, dado el número reducido de países en el índice.

Dado que la divisa de referencia para las divisas y bonos emergentes es el dólar americano, la gran mayoría de los fondos tienen éste como su divisa base. Algunos fondos ofrecen clase cubierta a euros, pero no todos. Por otro lado, existen algunos fondos que tienen como divisa base el euro, y dejan el riesgo euro-dólar abierto. Esto tiene un gran impacto sobre el comportamiento del fondo que hay que tener en cuenta.

Para aquellos inversores que busquen exposición al mercado global de deuda emergente en moneda local, hay una amplia gama de fondos a su disposición. Entre ellos, destacar los fondos de AB SICAV I Emerging Markets Local Currency Debt, BGF Emerging Markets Local Currency Bond y GAM Multibond Local Emerging Bond. Los fondos de AllianceBernstein (AB) y BlackRock (BGF), como la mayoría de los fondos en esta categoría, tienen muy en cuenta su índice de referencia. Ambas son estrategias muy activas, haciendo apuestas tácticas de infraponderación y sobreponderación frente al índice, principalmente a nivel de país, tanto en términos de duración como de divisa. Estas apuestas son elevadas en número pero a su vez limitadas en cantidad, prefiriendo diversificar las fuentes de riesgo y rentabilidad frente al índice.

El fondo de GAM, por el contrario, es de los fondos más flexibles de la categoría, prestando poca atención al índice a la hora de componer su cartera. Su gestión de la duración es mucho más flexible, lo que, junto con su flexibilidad de posicionamiento a nivel país/divisa, le diferencia de sus competidores. La estrategia pone énfasis en la liquidez, con preferencia por aquellos mercados más grandes y con más participación de inversores locales. El fondo de GAM, gestionado por Paul McNamara desde su lanzamiento en 2000, es uno de los fondos con más historia dentro de la categoría. El equipo es reducido cuando lo comparamos con los otros competidores como AllianceBernstein o BlackRock, si bien el universo de inversión en moneda local no requiere el mismo nivel de recursos que el mercado de deuda externa, al ser el primero mucho más limitado y centrado en divisas y deuda soberana.