El regulador financiero suizo, Finma, se está posicionando para llevar a las compañías gestoras institucionales independientes bajo su competencia, según publica el diario suizo Le Temps. De hecho, son muchos los profesionales que actualmente no son regulados por Finma, y los bancos privados suizos han estado demandando de forma creciente un mayor control con el objetivo de ver a sus rivales independientes sujeros a las mismas restricciones que les afectan a ellos de forma directa.
El presidente de Julius Baer, Raymond Baer, afirmó durante el pasado fin de semana que las gestoras independientes e institucionales deberían ser reguladas para evitar que sigan captando clientes evasores de impuestos que han sido rechazados o han salido de los bancos.
Un comunicado de Finma datado el pasado 15 de febrero pero que ha visto la luz ahora dice que la autoridad pretende vigilar dichas firmas financieras. “Se debe crear una base legislativa que empiece a supervisar las actividades antes no reguladas”, dice el texto.
Aunque las gestoras de de los planes de pensiones colectivos suizos están sujetas a supervisión obligatoria y y los gestores de dichos productos de inversión pueden pedir dicha supervisión, eso no sucede actualmente con otras actividades de la gestión. Así, Finma está preocupada por lo que están haciendo en Suiza las compañías gestoras independientes con el fin de evitar el problema: cada vez más recurren al lanzamiento de esquemas de inversión colectivos extranjeros con los que solicitan la aprobación del regulador, a pesar del hecho de que la mayoría de sus negocios siguen sin regular.
Las firmas se han aficionado a conseguir esta "falsa" autorización porque les hace parecer más respetables frente a los clientes y por tanto, sus probabilidades de ganar cuota de negocio aumentan, según publica Le Temps.
Aunque el pasado noviembre Finma dijo que no quería forzar regulaciones más estrictas, el vigilante ahora dice que necesita actuar con normas más estrictas que sean introducidas de forma global.