Fernández Ordóñez adelanta un mes su salida del Banco de España

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Foto cedida

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, adelantará un mes su salida del Banco de España, al 10 de junio, ya que entiende que la aprobación de los nuevos planes de las entidades financieras españolas para cumplir los saneamientos del ladrillo impuestos por el Gobierno ha de aprobarlos su sucesor, que inicialmente debería haber tomado las riendas de la institución el próximo 13 de julio.

Fernández Ordóñez ha comunicado esta decisión a Mariano Rajoy, que ha entendido que esta decisión favorece una transición ágil y eficiente en el puesto de gobernador y servirá para que el Banco de España siga aportando su conocimiento y profesionalidad en la resolución de los problemas de la economía española y su sistema bancario, según un comunicado del Banco de España

El gobernador entiende que con la aprobación por el Consejo de Gobierno de las cuentas de la institución y la liquidación del presupuesto, así como la presentación del informe anual la próxima semana, se cierra su etapa al frente del Banco de España. A partir de ahí, cree que se abre una etapa donde han de tomarse unas "decisiones muy importantes" que ha de abordar quien le suceda, como la aprobación de los planes de saneamiento o los trabajos relacionados con las evaluaciones de las consultoras privadas sobre el sistema bancario.

El gobernador considera que para afrontar ese nuevo escenario tendría tan sólo un mes, con lo que entiende que su decisión "es la mejor para la institución que preside y, sobre todo, para el nuevo gobernador, que así podrá participar plenamente en todas esas importantes decisiones desde el primer momento".

El anuncio de Fernández Ordóñez llega sólo unos días después de que el Consejo de Ministros aprobara el nombramiento de Luis María Linde como consejero del Banco de España. Linde será posiblemente el sucesor de Fernández Ordóñez, aunque no es seguro ya que Rajoy y De Guindos no tienen el mismo candidato.

La salida prematura del gobernador se produce también después de que en los últimos meses haya tenido importantes desavenencias con la política aplicada para el sector financiero por el Ministerio de Economía y Competitividad dirigido por Luis de Guindos. Las diferencias se han puesto especialmente de manifiesto en la resolución dada a los problemas de Bankia. 

Tanto es así que De Guindos ha afeado en varias ocasiones en público la actuación del Banco de España durante los tres últimos años de crisis. La última vez fue la pasada semana, cuando De Guindos aseguró en la Comisión de Economía del Parlamento, entre otras cosas, que la salida a bolsa de Bankia había sido un error. Fue el Banco de España quien obligó a las entidades a salir a cotizar.

Hasta la llegada del nuevo Gobierno, todas las decisiones respecto al sector financiero emanaban del Banco de España y se consensuaban con el Ejecutivo, pero con De Guindos, la institución ha pasado a un segundo plano. Actuaciones de tanto calado como la nacionalización de Bankia y la posterior decisión de inyectarle 19.000 millones de euros se han tomado sin tomar en consideración la opinión del supervisor. 

Tampoco tuvo en cuenta el Ejecutivo al Banco de España prácticamente a la hora de elaborar el último real decreto de saneamiento de las entidades financieras, que determinó unas nuevas necesidades de provisiones para el sector de 30.000 millones. 

En todo caso, el Partido Popular, antes en la oposición y ahora en el Gobierno, nunca ha mirado con buenos ojos a Fernández Ordóñez como gobernador, dado su pasado como secretario de Estado de Hacienda y su clara vinculación al PSOE. De hecho, este partido se opuso a su nombramiento como gobernador hace seis años y renunció por ello a designar al subgobernador. Hasta entonces, existía un acuerdo tácito por el que el partido en el Gobierno elegía al gobernador, con el consenso del principal partido de la oposición, mientras que éste hacía lo propio con el número dos de la institución.

Dadas estas manifiestas diferencias, desde la llegada del PP se había estipulado con la posible salida anticipada de Fernández Ordóñez del Banco de España. Este decidió quedarse para mantener la independencia de la institución, que tiene establecido que el mandato del gobernador dura seis años y no cuatro para desligar el nombramiento y destitución del gobernador con los gobiernos del estado.