Expertos analizan el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo y su posible efecto sobre Europa

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Joel Filipe (Unsplash)

Ya se conocen los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo y, por lo tanto, todas las incógnitas que se cernían sobre el resultado de los comicios han sido despejadas. El Partido Popular Europeo ha ganado las elecciones (212 eurodiputados), por delante de los Socialistas Europeos (S&D), que se mantienen como segunda fuerza política (consiguen 185 asientos). Los Liberales se convierten en la tercera fuerza política a nivel europeo, con 71 escaños, y los Verdes en la cuarta (55). Se confirma el ascenso de partidos anti-europeistas gracias al avance que experimentan en Francia, Reino Unido e Italia, pero su peso en el Parlamento seguirá siendo minoritario. Los expertos aseguran que, con estos resultados, la conclusión es clara: por un lado, existirán mayores dificultades para alcanzar alianzas que deriven en un gobierno estable fuera de la fórmula PPE-PS. Por el otro lado, el peso de los partidos europeístas en el Parlamento sigue siendo mayoritario.

¿Será el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo una amenaza para Europa? A priori, todo parece indicar que no. Las gestoras internacionales ya habían realizado una evaluación sobre el desenlace de estos comicios, que se han tomado como un test a la ciudadanía sobre la gestión de la crisis financiera que han hecho los líderes políticos de la eurozona. Christian Von Engelbrechten, gestor del FF Germany Fund, prevé que las elecciones dejarán poca huella. “Aunque los mercados podrían reaccionar con nerviosismo ante el aumento del número de euroescépticos, el gestor de Fidelity Worldwide Investment asegura que, "tras las elecciones, espero que la importancia de los populismos de derechas se vaya reduciendo gradualmente a medida que mejoren las economías europeas”.

Su visión sobre la recuperación económica en la eurozona es positiva: “Dado que en la periferia se están registrando superávits por cuenta corriente y que Europa ha regresado a la senda del crecimiento, creo que el empleo pronto empezará a dar alegrías. Las intenciones de contratación de las empresas de Europa están girando al alza, mientras que en España el paro ya está descendiendo”, indica. También subraya el crecimiento de las exportaciones de España, con las que está ganando competitividad tras las fuertes reformas, lo que según su opinión “pone de relieve que los fuertes ajustes aplicados están funcionando, como también dieron fruto las duras reformas que aplicó en su día Alemania”.

Pese a su postura optimista, el gestor lanza una advertencia: “Es importante que los países y las empresas no se duerman en los laureles de estos primeros éxitos y que sigan reformando Europa para preservar la competitividad del continente frente a otras regiones”.

Los tres factores que han marcado estas elecciones

Los expertos de Deutsche Asset & Wealth Management analizan en más profundidad las implicaciones de este proceso electoral, destacando tres puntos clave y elaborando un escenario de riesgo a partir de ellos. El primer punto es la constatación del ascenso de formaciones políticas euroescépticas. Hasta el domingo, el Parlamento Europeo había estado formado por un 34% de cristiano-demócratas, un 24% de socialistas, un 11% de liberales y un 7% detentado por los verdes. En cambio, los sondeos de este año ya anticipaban un claro avance de los partidos políticos críticos con la Unión Europea. Sin embargo, desde DeAWM descartan que “este triunfo se traduzca en una clara influencia, ya que los euroescépticos cuentan con pocos aliados con los que formar una coalición”, por lo que consideran que su impacto en el mercado va a ser limitado y de corta duración.

El segundo factor de importancia es el elevado absentismo, una tendencia al alza desde la constitución de la UE: si bien las primeras elecciones que se celebraron contaron con una asistencia del 62%, en las actuales la tasa es del 43%. “Entre las razones de una disminución en la participación se encuentra la migración, el exceso de burocracia, una democracia debilitada y la duda a cerca de la importancia de las instituciones europeas”, constatan desde la gestora.

El tercer factor tiene que ver con los sentimientos divergentes sobre la UE: mientras que en Alemania el sentimiento hacia la UE se ha deteriorado con el paso del tiempo, en Gran Bretaña se ha abierto camino su tradicional antieuropeísmo. “Las elecciones europeas han sido vistas en el país como un referéndum previo a la salida de Gran Bretaña de la UE”, indican los responsables del análisis. Entre tanto, también ha ido ganando peso el sentimiento negativo hacia la UE en Francia debido a las preocupaciones sobre el alto nivel de desempleo, y los euroescépticos son los que más se están beneficiando de las luchas internas entre los partidos políticos franceses. Una situación parecida se está viviendo en Italia, donde el desempleo también es la mayor preocupación de la población. “En España, sin embargo, las mejoras en el marco macroeconómico – mejora del PIB, los tipos están en mínimo histórico, y el crecimiento se apoya en una mejora leve del consumo doméstico- han hecho que la imagen de la UE se haya fortalecido”, afirman en DeAWM.

Más que con las elecciones al europarlamento, donde percibe la gestora un riesgo potencial es en Grecia si el país tiene que volver a celebrar nuevas elecciones, debido a que los partidos de izquierda podrían tener un gran avance. “Si se produjese este escenario, volvería el debate sobre las políticas de austeridad y la presencia del país en la UE”, explican. Otro posible riesgo a sus ojos es que se produjera un distanciamiento entre el Parlamento Europeo y el Consejo: “Si los jefes de Estado en el Consejo Europeo deciden elegir a un presidente diferente a lo que sugiere la Comisión Europea -Martin Schulz, y Jean-Claude Juncker- esto podría conducir a un conflicto político. En cuanto a los mercados, los inversores podrían interpretar esto como una prueba de falta de equilibrio en la política europea, lo que se traduce en aumento del riesgo”.

La postura de Martin Harvey, gestor de Threadneedle, es que incluso con el avance de los partidos contrarios a Europa “no se debería evitar que las formaciones más tradicionales constituyan una mayoría, dado que aquellos que ganen intención de voto no necesariamente formarán alianzas a nivel europeo debido a sus distintas ideologías”.

“Los mercados europeos de renta fija han estado relativamente temperamentales al ir acercándose las elecciones, aunque algunos comentaristas han atribuido la debilidad reciente de los bonos italianos a la probabilidad de que al Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo pudiera irle bien”, señala Harvey. Éste añade que “es cierto que en los próximos meses habrá implicado un elemento de impasse político mientras que se van asignando los puestos clave para los próximos años, por lo que cualquier resurrección de la crisis será recibida por un vacío de poder”. Sin embargo, el experto declara problemas mayores al recordar que son los gobiernos soberanos de cada país los que han tenido el mayor peso en el proceso de lucha contra la recesión.

Harvey destaca que en los últimos años se han dado importantes pasos hacia la creación de una eurozona más integrada, como la unión bancaria, por lo que considera que un cambio en la distribución del Parlamento no supondrá una rémora. Además, constata que en aquellas votaciones en las que la aprobación parlamentaria dio lugar a dobles sentidos, muchos gobiernos nacionales alcanzaron acuerdos bilaterales o multilaterales para resolver sus problemas. El experto de Threadneedle termina su análisis recordando que cada vez más gente se siente incómoda con la dirección de las políticas europeas, especialmente porque en muchos casos los políticos se han visto obligados a dejar a un lado su ideología en pro de una mayor integración, por lo que estima que las autoridades europeas tendrán que hacer en el futuro un esfuerzo mayor para mantener la legitimidad democrática.