Ética o rentabilidad: qué motiva a los inversores a la hora de gestionar su patrimonio

Carla_Bergareche
Cedida por Schroders

TRIBUNA de Carla Bergareche, directora general para España y Portugal, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

Invertir es una elección personal influida por una serie de factores que afectan a la forma en la que gestionamos el dinero. En este sentido, nuestros valores son un aspecto clave a la hora de invertir y, para la mayoría, esta cuestión es innegociable.

Aunque la pandemia del COVID-19 ha sacudido los mercados en todas las plazas mundiales, así como la rentabilidad esperada de la mayoría de los inversores; parece que hay dos pilares que no han sucumbido al vaivén del virus: la ética de los inversores y el interés por los productos de inversión sostenible.

De hecho, el 76% de los españoles no invertiría en contra de sus principios, según revela la segunda parte del Estudio Global de Inversión 2020 de Schroders; en contraste, los inversores de Estados Unidos (67%) o Singapur (67%) son los que más prioridad dan a la rentabilidad.

Pero, ¿qué porcentaje de rentabilidad sería necesario para corromper la ética de los inversores? AdvertisementPues bien, para los españoles la rentabilidad media de su inversión tendría que ser del 20% para compensar adecuadamente cualquier sentimiento de culpa, cifra que supone casi el doble de la rentabilidad media anual que los inversores esperan para los próximos cinco años.

La mayoría de inversores en España desean invertir en fondos que no comprometan sus creencias

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Fuente: Schroders, Estudio Global de Inversión 2020.

En este sentido, cabe preguntarse si estas premisas cambian cuando los inversores cuentan con mayor conocimiento financiero. Llama la atención como a mayor conocimiento sobre finanzas, la rentabilidad va adquiriendo una mayor prioridad a la hora de seleccionar los activos en los que invertimos. De hecho, casi un tercio (32%) de los españoles que se describen a sí mismos como expertos en temas de inversión son más propensos a cambiar sus creencias personales con el fin de obtener más rentabilidad, en comparación con el 15% de aquellos encuestados con conocimientos básicos en inversión.

El impacto medioambiental en el foco de las inversiones

El inversor español es cada vez más consciente de cómo sus decisiones financieras afectan al entorno. De hecho, hemos visto como este mayor compromiso ha aumentado a nivel global, ya que un 47% de los inversores reconoce que invierte en productos sostenibles, frente al 42% de hace dos años.

En nuestro país, el 45% de los inversores ya invierte con filosofía sostenible; es significativo cómo en solo dos años este porcentaje ha aumentado un 7%. Asimismo, podemos observar que la lucha contra el cambio climático está calando en los inversores incluso por encima de la rentabilidad. De hecho, el principal motivo que empuja a los inversores españoles a elegir fondos sostenibles es su menor impacto ambiental, seguido de la probabilidad de que aporten mayores rentabilidades y el hecho de que se alineen con sus principios sociales.

Es muy positivo comprobar que la mayoría de los inversores ya son conscientes de que invertir de forma sostenible no significa sacrificar la rentabilidad. La conciliación de los dos objetivos (contribuir a un mundo más sostenible y obtener rentabilidad) es posible y deseable.

Credenciales de sostenibilidad: claves para contratar un fondo sostenible

La visibilidad de las credenciales de sostenibilidad de un fondo es clave para que los inversores españoles inviertan en él. Así lo manifiestan más de la mitad de los encuestados (58%). Entre las acreditaciones a las que dan más valor los españoles se encuentra la propia declaración del proveedor (34%), así como las etiquetas de terceros (33%) que aseguren el carácter sostenible del producto. Sin embargo, en cuanto al nivel de información sobre inversiones sostenibles que los españoles demandan a sus asesores financieros, llama la atención que el 24% de los encuestados afirma que nunca pregunta al respecto, frente al 19% que lo hace frecuentemente.

El estudio de este año demuestra que la inversión sostenible ha llegado para quedarse. Y esta prioridad ya está bien presente en la construcción de nuestras carteras y en la importancia que damos a la información y a la comunicación con nuestros inversores. Porque, desde nuestro punto de vista, que los inversores entiendan lo que realmente significa e implica invertir de forma sostenible es un aspecto clave para que esta tendencia se asiente.