Esto es lo que pasa por no mantener a raya el sesgo de familiaridad

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La familiaridad suele crear en el inversor una ilusión de conocimiento y seguridad. Es un sesgo que caracteriza su comportamiento. No es un comportamiento irracional, sino algo que podría calificarse como simplemente humano, que siempre aparece cuando se habla de las finanzas conductuales. El inversor tiende a quedarse con aquello que mejor conoce, en este caso, su mercado local. Según explica Ana Cuddeford, especialista de inversiones del equipo de multiactivos de M&G Investments, los inversores tienden a sobreponderar en sus carteras acciones del país donde viven. Es lo que se denomina como sesgo nacional. El problema es que ese sesgo de familiaridad puede suponer en algunos momentos un auténtico quebradero de cabeza. De hecho, puede provocar un daño muy importante en las carteras de los inversores. Esto lo hemos visto recientemente en España tras la victoria del Brexit en el referéndum celebrado por Reino Unido sobre su pertenencia o no a la UE.

Las bolsas corrigieron con fuerza… pero unas más que otras. Por increíble que parezca, el principal índice del mercado británico, el FTSE 100, acumula desde la jornada inmediatamente posterior a la celebración al referéndum una subida del 4%, mientras que en el caso de la bolsa española, el Ibex 35 ha perdido desde entonces una caída del 7%. Son 10 puntos de diferencia. Tal y como explica Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM para Iberia, “el Reino Unido ha sido el epicentro de lo que ha movido el mercado pero el FTSE 100 ha aguantado mejor que, por ejemplo, la española o la italiana, al ser un índice que está formado por muchas empresas exportadoras, que se verán beneficiadas por la fuerte depreciación de la libra”. El gran número de exportadoras y el menor peso del sector financiero en el FTSE 100 han sido factores determinantes que explican el hecho de que la bolsa británica se haya comportado mejor que la española.

Esto, en sí mismo, supone una nueva e importante lección para los inversores sobre lo crucial que resulta la diversificación de una cartera. “Somos humanos y nuestras decisiones responden a factores de los que no siempre somos conscientes. No podemos cambiar la naturaleza de las personas, pero sí podemos cambiar el entorno, mediante una estrategia inteligente y una cuidadosa planificación”, afirma Stephen Wendel, responsable de Ciencias del Comportamiento en Morningstar. Esa planificación pasa por ser conscientes de cuáles son los sesgos a evitar y tratar de evitarlos a la hora de configurar la cartera. “Las claves para lograr construir una cartera duradera en el tiempo son mantener las emociones bajo control en la medida de lo posible y tener un plan financiero que esté enfocado a largo plazo, en el que el control del riesgo y la diversificación sean los pilares fundamentales”, subraya Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y Estados Unidos offshore.