Espíritu, si estas ahí...

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso, del departamento de Análisis de Funds People

Es Halloween. Y aunque seamos más de los buñuelos de toda la vida, no tenemos más remedio que hablar de lo de las apariciones. Los trabajadores del metro de Caracas no han sido los únicos en dejarse llevar por el espíritu de estas fechas, nosotras también hemos detectado presencias. Por un lado está lo de Greenspan, que hacía mucho que no le veíamos y nos ha hecho cierta ilusión. Bueno, pues resulta que opina que es un momentazo para la renta variable. Menos mal, dicen algunos, dónde ha estado usted en los últimos años, se preguntan otros. Nosotras, neutrales. Y luego ya en plan más miedo ha vuelto Roubini con sus predicciones, que es lo suyo. A nosotras nos gustaría poder hacer predicciones correctas para luego poder decir “te lo dije”, “ya lo decía yo” o “si me hubierais hecho caso”, que es más de madre pero tiene su punto. Pues bien, ahí va una predicción, “la inflación interanual en España volverá en algún momento a terreno positivo”. Ala.

Pero volvamos a Nouriel. Resulta que le parece que en Europa hay demasiado optimismo, demasiada deuda, demasiada austeridad (aunque menos) y el euro está demasiado alto. Roubini teme que el año que viene los únicos que vayan a votar en las elecciones europeas sean los anti austeridad de los países periféricos y los anti euro de los países centrales. Antis pero populistas todos. Eso sí que es un escenario pavoroso y no Amytiville.

Según el Tesoro americano la culpa de todo la tiene Angela Merkel. Bueno, esto es un titular un poco grueso, matizando más, el problema es el superávit de la cuenta corriente alemana que va camino del 7% sobre el PIB. Para el Tesoro, es insostenible que los alemanes, no sólo obliguen a sus vecinos periféricos a apretarse el cinturón, sino que enciman ellos no gasten en nada, lo que puede degenerar en una deflación generalizada. Aprendan de Japón, animan desde el Tesoro, pero compren americano, claro.

Mientras las bolsas a lo suyo, dejando atrás un octubre que en tema de sustos se ha portado bien. Pero cuidado, que lo se empieza a llevar ahora es el preocuparse por no tener cosas de que preocuparse. Esto también es un poco de madre. La “estabilidad es desestabilizadora”, decía Manuel Conthe en un seminario sobre regulación financiera, porque en ese entorno se tienden a subestimar los riesgos.

Y esta es la mosca que muchos inversores tienen detrás de la oreja, o al menos las excusas de las que se tira, así de a mano, cuando el economista quiere explicar el cierre del mercado del día anterior. En este caso el elemento de mayor incertidumbre sigue siendo la Fed y el cuándo y cómo empezará la retirada de los estímulos monetarios, ya saben. La última reunión del FOMC celebrada esta semana fue analizada, como siempre, con lupa. ¿Y qué fue lo más alarmante? Pues que su discurso no cambió. “El tapering seguirá condicionado por los datos macro, seguirán monitorizando el mercado laboral, las presiones inflacionistas y las condiciones financieras en general. Y mientras tanto mantendrán las compras mensuales y los tipos cero”.

Sí se permitió cierto  matiz al afirmar que el mercado inmobiliario se había ralentizado en los últimos meses. Pero esto no bastó para que el titular del Financial Times lanzase el mensaje de “una Fed menos dovish” pesó sobre los inversores. ¿De verdad? Pues a la gallega: depende. Porque en este trance monetario lo más experimental de todo será el repliegue de velas, sólo entonces sabremos el carácter racional o irracional de la reciente exuberancia.

Y cómo sabemos que esto da mucho miedo, y no queremos dejarles con mal sabor de boca, cerramos esta semana con algo aún más escalofriante, pero que nos pilla más Lejos. Concretamente en China, en la localidad de Anhui. Con motivo del Double Ninth Festival en el que se homenajea a los antepasados, varios oficiales chinos “visitaron” a una anciana de la región para mostrar su preocupación y respeto por la tercera edad.

Buena semana.

Después de los 14 de Alhendin, los cuatro de Pekín