ESMA da un tirón de orejas a las entidades por la venta de productos complejos a particulares

Steven_Maijoor_Chair_ESMA
ESMA

“Creemos que es fundamental que las empresas de inversión actúen con responsabilidad y en interés de sus clientes. El nivel de preocupación por el riesgo que comportan estos productos [complejos] en la protección del inversor cuando no se respetan plenamente las normas de la MiFID es tal que hemos emitido una advertencia a los inversores en toda la UE para crear conciencia sobre los riesgos que conlleva invertir en ellos". En estos términos justifica el presidente de ESMA, Steven Maijoor (en la foto), el aviso que el supervisor europeo ha difundido sobre productos como puedan ser los bonos de titulización de activos, las obligaciones convertibles o subordinadas, los estructurados y los warrants… y, que en el caso de los fondos de inversión, podría afectar a algunos tipos de fondos como los garantizados con alguna estructura.

ESMA reconoce estar preocupado porque el grado de cumplimiento con MiFID ha sido inferior a lo esperado en relación a las prácticas que siguen las empresas en la comercialización de los productos complejos. Una falta de cumplimiento que se deja notar, sobre todo, en lo que respecta a la idoneidad de los productos que, además, estima que cada vez están más al alcance de los inversores minoristas.  

Con la difusión de la advertencia a los inversores, ESMA busca hacer públicas sus expectativas mínimas con respecto a la conducta que deben observar las entidades financieras en la venta de productos complejos, pero también asegurar que la aplicación de las reglas de conducta bajo MiFID se realiza bajo un enfoque coherente y que así se mejore la convergencia de la supervisión.

El viernes 7 de febrero, ESMA publicó en su web la advertencia en los distintos idiomas de la UE y este lunes, la CNMV también la ha difundido. Entre los aspectos destacados figuran consejos dirigidos al inversor particular como desconfiar de las promesas de rentabilidad “elevada”, “garantizada”, “cubierta” o “absoluta” porque, según el texto, “estas promesas a menudo resultan ser engañosas”. Pero también se pueden leer párrafos en los que se señala que “la gestión activa y el seguimiento a menudo requieren demasiado tiempo, resultan poco prácticos y plantean dificultades a los inversores minoristas” y a continuación se plantea que “las organizaciones clasificadas como inversores profesionales deben considerar si están adecuadamente equipadas y si tienen la experiencia para desarrollar el nivel necesario de gestión activa y de seguimiento”.

La advertencia a los inversores recoge también la definición de distintos tipos de riesgo (de liquidez, de apalancamiento, de mercado y de crédito) y de los costes de complejidad. Además de insistir una y otra vez en la idea de no invertir en lo que no se entiende, la advertencia hace hincapié en que el inversor conozca y entienda todos los costes asociados a su inversión.