¿Es ya demasiado tarde para invertir en midcaps?

Dom_C3_A9on_Manuel_02
Imagen cedida

Lo primero que habría que tener en cuenta es que las small y midcaps conllevan una importante ventaja frente a las large caps: ofrecen un potencial de crecimiento mucho mayor debido a su pequeño tamaño.  Dicho esto, pensamos que el mercado de midcaps sigue ofreciendo oportunidades por dos motivos principales. Por un lado, están las razones técnicas. A pesar de que los mercados han estado inundados de liquidez, estas inyecciones de dinero no han beneficiado en particular a la renta variable.  Las importantes rentabilidades cosechadas en 2012 no deberían ocultar el hecho de que los flujos han permanecido muy bajos y, sobre todo, han afectado a arbitrajes hacia otras clases de activos como los bonos, a los que se considera menos volátiles. Como resultado, hay una importante cantidad de liquidez lista para ser invertida, sobre todo dado que los precios de las acciones permanecen más bajos que su media histórica.

Asimismo, desde un punto de vista macroeconómico, la situación está empezando a mejorar. La eurozona empieza a ver la luz al final del túnel y las otras economías regionales principales deberían registrar un crecimiento del PIB más fuerte. La tendencia general es al alza y esto está teniendo un impacto positivo en los niveles de confianza corporativa.

En el otro lado de la balanza, para responder a la pregunta de si, a lo mejor, podría ser demasiado pronto para invertir en este tipo de compañías teniendo en cuenta que la crisis de la eurozona todavía no está resuelta del todo, en primer lugar resulta fundamental aclarar algunas ideas erróneas. 

El concepto de “midcap” no hace referencia a pequeños jugadores domésticos. Por el contrario, por ejemplo, dentro de este grupo es posible encontrar compañías europeas que tienen exposición al crecimiento mundial, incluyendo los mercados emergentes. Las empresas que nos interesan tienen una capitalización bursátil que abarca desde los 1.000 a los 5.000 millones de euros, lo que es un tamaño absolutamente razonable y que limita con el espacio de las large caps. En esta etapa de su desarrollo, las compañías suelen ser más maduras, con un modelo de negocio testado y una sólida estructura financiera, por lo que, básicamente, implican menos riesgos que compañías pequeñas y más jóvenes.  Otro concepto equivocado se basa en que las midcaps son empresas de segunda clase. Dentro de este campo, hay jugadores de nicho: entidades líderes con una importante cuota de mercado y que están protegidas por unas sólidas barreras de entrada. Su atractivo las convierte también en potenciales presas para otro grupo y, a pesar de que puede parecer evidente, antes de llegar a ser large caps, la mayoría de las empresas han pertenecido al espectro de las midcaps.

Invertir en midcaps significa, sobre todo, creer en el futuro, conseguir una ventaja y dar a las compañías la oportunidad de crecer y llegar a ser large caps más adelante. Además, los niveles de liquidez para las large y midcaps tienden a ser muy similares.