Época de dividendos: ¿son los fondos una buena vía para beneficiarse de ellos?

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LendingMemo, Flickr, Creative Commons (http://www.lendingmemo.com)

Los primeros días de julio están marcados en el calendario de muchos inversores y no son precisamente las vacaciones lo que están esperando. Durante estos días cotizadas del parqué español como es el caso de Acciona, Euskatel, ACS, Colonial, entre otras, han realizado -o lo harán en estos días- el pago de dividendos a accionistas, en algunos casos mermados por la crisis del Covid-19.

Sin embargo, no todas las compañías han optado por seguir adelante con esta política de reparto. El sector bancario, a raíz de la recomendación del BCE del pasado marzo de suspender los dividendos hasta octubre, ha optado por cambiar su política de remuneración a los accionistas en la mayoría de los casos. Y es que el escenario que se vislumbra no es nada prometedor. Según las estimaciones realizadas por el equipo de Schroders, se espera que los dividendos se reduzcan este año entre un 25% y un 50% en todo el mundo respecto a 2019.

La gestora, que ha realizado un análisis de casi 150 años de datos sobre el índice S&P500 de las acciones de EE.UU., explica que nos encontramos ante un momento excepcional, “este escenario bajista de dividendos son una rareza”. De hecho, según explica Duncan Lamont, responsable de Investigación y Análisis, solo ha habido otro momento en el que los dividendos han caído al menos un 20% desde el final de la Segunda Guerra Mundial y fue durante la Gran Crisis Financiera, cuando registraron una caída del 24%. ¿Podría ser diferente en esta ocasión? Según el experto, “podría serlo, pero eso puede no proporcionar el alivio que los inversores esperan”. A pesar de la rápida respuesta por parte de la compañías a la crisis del Covid-19, “las compañías más débiles necesitan todo el efectivo disponible para luchar por la supervivencia. Aquellas que reciben apoyo del gobierno pueden verse impedidas de pagar dividendos o encontrar que es políticamente desagradable hacerlo”.

Aunque es cierto que la crisis causada por el COVID-19 no augura un entorno fácil para aquellos inversores que buscan rentas periódicas, los fondos de dividendos siguen siendo una alternativa a la renta fija en un contexto en el que los tipos de interés se mantienen al 0%.

Pero, ¿cuáles son las claves para invertir en este tipo de fondos?. Comencemos desde el principio, ¿qué entendemos por dividendo? El dividendo representa una participación en los beneficios de una compañía y se reparten en periodos establecidos durante el año entre los accionistas. A pesar de las previsiones es cierto que el crecimiento de los dividendos en la última década ha registrado cifras récord. Según el último informe de dividendos de Janus Henderson, los dividendos distribuidos en todo el mundo durante los últimos diez años han ascendido a un total de 11,4 billones de dólares y se han anotado un alza del 97% en base subyacente (7% al año).

¿Cuál es la filosofía de inversión de estos fondos?, ¿en qué nos tenemos que fijar? La filosofía de inversión de estos productos de renta variable es seleccionar a las compañías que reparten dividendos atractivos tanto por estar por encima de la media, como por tener una perspectiva de crecimiento interesante. Entre los factores que se tienen en cuenta  a la hora de seleccionar las acciones para un fondo de dividendo están la rentabilidad por dividendo, a cargo de qué se reparten los dividendos: sobre los beneficios o sobre  el capital de la compañía; e incluso la frecuencia con la que se realiza el reparto. También hay que remarcar que las compañías no tienen obligación de repartir dividendos ya que, por ejemplo, ante una previsión de un mal año, como puede ser el actual, las cotizadas pueden optar por recortar el dividendo o no realizar ningún tipo de reparto tal como hemos mencionado anteriormente.

¿Hay distintos tipos de fondos cuando hablamos de dividendos? Si, ya que según la política de retribución del producto podemos estar ante un fondo de acumulación o un fondo de reparto o distribución.

¿Cuáles son sus diferencias? Mientras en los primeros el importe se acumula en el valor liquidativo del fondo –aumentando su patrimonio y ofreciendo más recursos al gestor para reinvertir, lo que ofrece a los inversores a largo plazo mayores rentabilidades-; el fondo de distribución lleva a cabo la repartición de los dividendos de forma periódica –según la política de retribución del fondo puede ser mensual, trimestral, semestral o anual-. Esta cuantía dependerá del total que hayan distribuido las compañías que integran la cartera del fondo y el reparto se realizará de forma proporcional a la participación de cada uno de los inversores.

Por último, hay que destacar otra de las principales diferencias que se aprecia si observamos la fiscalidad de ambos productos. Los fondos de acumulación no tienen que declarar los dividendos ya que no perciben ganancia ninguna. La cita con el fisco se aplazará hasta el momento en el que se realice el reembolso de la inversión total del fondo. Por el contrario, en los fondos de distribución al cobrar estos dividendos sí hay que pagar los impuestos por los beneficios obtenidos.