Es momento de estar alineados

GeremiaCarol
Cedida por MFS IM

TRIBUNA de Carol Geremia, presidenta, MFS Institutional Advisors, Inc. Comentario patrocinado por MFS IM.

En breve

  • Una falta de sintonía entre los inversores y sus gestores podría ser la causa de que no estén sacando el máximo partido al valor que proporciona la gestión activa. La gestión activa.
  • Esta desconexión resulta más evidente en los desiguales horizontes de inversión: los inversores esperan obtener alfa en periodos de tiempo cada vez cortos, por lo que no invierten en un ciclo de mercado completo y a menudo renuncian a alfa (1) en el largo plazo.
  • Corregir este desajuste ayudando a los inversores a definir los objetivos a largo plazo y evaluar y medir de forma más eficaz las competencias activas podría generar mejores resultados de inversión (2).

Para los inversores, el peligro de este desajuste no solo es perder valor a largo plazo, sino también no llegar a alcanzar los resultados deseados. Asesores e intermediarios pueden ser parte de la solución, si establecen las expectativas de rentabilidad que debe proporcionar la gestión activa y usan parámetros de medición más eficaces para identificar las competencias de la gestión activa y adecuarlas a los objetivos a largo plazo.

¿Qué impacto tiene?

Comprender el impacto que tiene este desajuste en los inversores supone un estímulo para corregirlo. Nuestro sector parece haber desarrollado una intolerancia a una rentabilidad inferior y a los gestores activos cada vez se les mide a más corto plazo, a menudo tres años o menos, a pesar de que el ciclo de mercado medio dura entre siete y diez años.

Esto supone un reto para los asesores e intermediarios, que se ven sometidos a presión para responder a las exigencias de rentabilidad en el corto plazo de sus clientes. Incluso aquí vemos una desconexión. Según un estudio de MFS, alrededor del 75 % de los asesores minoristas de todo el mundo cree que los ciclos de mercado más largos ofrecen más oportunidades de distinguir entre la habilidad de un gestor activo y la mera suerte. Pero la mayoría solo toleraría una rentabilidad inferior durante un periodo de tres años antes empezar a buscar un sustituto de su gestor(3).

Debido a las presiones cortoplacistas, los inversores y sus asesores podrían estar comprando estrategias de gestión activa en su nivel más alto tras un periodo de rentabilidad superior o vendiéndolas a un nivel bajo justo después de un periodo de rentabilidad inferior. Esta intolerancia a la rentabilidad inferior podría eclipsar el potencial de un gestor activo para acceder a buenos niveles de entrada para invertir en los puntos de inflexión del mercado. Sin embargo, aunque los efectos del desajuste son preocupantes, esta es una oportunidad para corregir el rumbo.

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Reflexionar, reconsiderar, reevaluar

Aquí es donde empieza la solución. Creemos que asesores e intermediarios deben reconsiderar la forma de identificar y medir las competencias activas para sus clientes, así como reevaluar lo que de verdad genera resultados positivos de la inversión. Asimismo, establecer normas y horizontes claros en los que esperar una rentabilidad superior y aceptar una rentabilidad inferior. Buscar un proceso sólido, no personalidades, revisar las normas de evaluación con los clientes y asegurarnos de establecer un contexto de medición. Durante periodos de mayor volatilidad, una menor rentabilidad podría reflejar la gestión active del riesgo, lo que a veces significa ir a contracorriente para tratar de reducir el riesgo.

Encontrar competencias: entender lo que afecta al resultado

Los asesores e intermediarios no solo se encargan de identificar las competencias activas, sino también de adecuarlas a los objetivos del cliente. Esto exige entender lo que de verdad genera los resultados de inversión. Corregir el desajuste entre inversores y gestores de activos llevará tiempo. Pero es hora de reconocer el valor y el impacto de conseguir esa sintonía active. Creemos que para los asesores e intermediarios, reevaluar la forma de determinar competencias activas, reconsiderar la forma en que se mide y reconocer el valor de una filosofía a largo plazo podrían favorecer una mayor creación de valor a largo plazo para los clientes y mejorar los resultados de su inversión.

Notas finales

1 Alfa es una medida de la rentabilidad de la cartera ajustada al riesgo. Cuando se compara con la beta de la cartera, un valor alfa positivo indica una rentabilidad superior a la esperada,mientras que un valor alfa negativo indica una rentabilidad inferior a la esperada. Beta es la medida de la volatilidad de una cartera con respecto al mercado global. Una beta inferior a 1,0 indica un riesgo inferior al del mercado, una beta superior a 1,0 indica un riesgo superior al del mercado. Es más fiable como medida del riesgo cuando las fluctuaciones de rentabilidad de la cartera están muy correlacionadas con las fluctuaciones de rentabilidad del índice representativo del mercado elegido.

2 MFS cree que los gestores activos competentes exhiben uno o más de los comportamientos siguientes: demuestran convicción con una baja rotación de cartera y una elevada acción activa. Añaden valor en mercados volátiles. Integran el análisis y recompensan la reflexión colectiva.

3 Estudio de confianza en la gestión activa 2016 de MFS.