Entre el RAIF y la rosa, su majestad escoja

Marco Ruiz A&G Banca Privada
A&G Banca Privada

El 14 de julio de 2016 el Parlamento de Luxemburgo aprobó la nueva ley sobre el fondo de inversión alternativa reservado (RAIF, Reserved Alternative Investment Fund).

El RAIF está regulado por la Directiva 2011/61/UE sobre Gestores de Fondos de Inversión Alternativa (AIFMD), debe ser gestionado por un gestor de fondos alternativo externo y autorizado (AIFM) y se beneficia del pasaporte europeo. La introducción de la ley RAIF amplía así el abanico de vehículos de inversión alternativa regulados disponibles en Luxemburgo, entre los que destacan el Specialized Investment Fund (SIF) y las sociedades de capital riesgo (SICAR).

La gran ventaja del RAIF es que no necesita autorización previa del regulador luxemburgués, la Commission de Surveillance du Secteur Financier (CSSF), ni está directamente sometido a supervisión. La supervisión se ejerce de forma indirecta a través de su gestor externo, el AIFM. De ahí precisamente deriva su gran atractivo: la rapidez y facilidad de constitución y puesta en marcha. Entre la flor y la rosa, su majestad escoja: un RAIF en 15 días o un SIF que deberá pasar un proceso lento y costoso de aprobación y autorización. La Ley RAIF fomenta así el crecimiento del sector de gestión de fondos alternativos mediante la creación de un sistema de supervisión indirecto a través de los AIFM. El legislador lo tiene claro: dejemos a los profesionales de la gestión que gestionen y al profesional de la supervisión que supervise. Al fin y al cabo, la AIFMD es una directiva de gestores y no de productos.

Que Luxemburgo aumenta su ventaja en el marcador de la gestión europea, por supuesto. Que el RAIF se convertirá en el vehículo alternativo más solicitado del menú financiero luxemburgués, no cabe duda. Pero los gestores y, sobre todo, los inversores necesitarán tiempo para familiarizarse con el nuevo plato, sus tiempos de cocción y su precio, extrínseco e intrínseco en términos de responsabilidad. Como siempre, se requiere tiempo y experiencia para valorar un resultado. Pero en este caso, visto lo visto, bastará sólo un poco de ambos.