Entramos en una época de alfa

2009 fue año de fuerte recuperación de activos en gestión, sobre todo porque pasó mucho dinero a fondos de renta fija especializada, crediticia y de alta rentabilidad, así como mercados emergentes. El inversor particular se perdió en su mayoría las subidas desde marzo 2009 y ha estado demandando alternativas para incrementar riesgo. Ello se facilita mediante deuda convertible.

Actualmente para entrar en renta variable hay que hacerlo de manera muy dinámica. Entramos en una época de alfa y hay que ser muy selectivos para diferenciar compañías buenas con recorrido.

De hecho el mercado de acciones puede moverse lateralmente el resto de 2010, dominado por noticias macroeconómicas. EEUU está saliendo de la crisis y Europa sigue trabajando en ello. EEUU cuenta con recuperación del consumo, aunque exceso de endeudamiento público. También se requiere gestionar el exceso de deuda en Europa y Japón, un proceso más lento y costoso por la estructura social y laboral. Sin embargo los beneficios empresariales pueden crecer 20 ó 30 por ciento. De hecho la rentabilidad por dividendo de muchas empresas está por encima del cinco por ciento frente a 3,5 de la deuda pública, claro signo de que la renta variable no esta cara.

Mientras las economías emergentes han sabido reducir su dependencia de las exportaciones con consumo interno y la recuperación del comercio internacional sumará. Por otra parte su relación cotización/valor contable está por encima de la media histórica y el activo muy visitado. Se está pagando una prima y las políticas monetarias están empezando a ser restrictivas, dada la actividad económica.

Hay que tener en cuenta que aunque los efectos de los planes de estímulo remitirán a partir del tercer trimestre de este año, a medio y largo plazo permanecen en infraestructuras de telecomunicaciones, eficiencia energética y agua -más de 125 mil millones en hídricas sólo en China-. Además el plan de salud universal de Obama promoverá el crecimiento de sectores de innovación y precios en biotecnología y genéricos.

En cualquier caso, aunque la actitud sea conservadora es momento de estructurar una cartera capaz de aprovechar oportunidades en inversiones globales y multisectoriales. De hecho entramos en la década de carteras gestionadas. A diferencia de los últimos años con los depósitos están creciendo las carteras de fondos gestionadas. Ello indica esfuerzo de las entidades financieras por poner a disposición del inversor valor añadido a través de fondos y asesoramiento de alta calidad, que está empezando a ser estructural y será sólido los próximos años.