“En mi fondo descarto automáticamente el 45% del índice”

Ivan
Foto cedida

Iván Bouillot, gestor de BLI-Banque de Luxembourg Investments, tiene muy claro que la inversión es una carrera de fondo. No basta con ganar etapas. Hay que mantener un ritmo constante que, a largo plazo, te logre situar en el grupo de cabeza. Esta filosofía es la que implementa en el BL Equities Europe, el fondo de renta variable europea que gestiona compuesto por una cartera muy concentrada, del orden de 40-44 valores. En su proceso de selección, Bouillot se rige por dos criterios que le permiten identificar las compañías que deben estar en su cartera: coste de oportunidad y una valoración que, según explica, tiene que estar por debajo de su valor de medio ciclo normalizado.

Según explica en una entrevista concedida a Funds People, Bouillot no invierte en telecomunicaciones ni en ‘utilities’, al considerar que son empresas que no presentan ventajas comparativas. Tampoco en bancos ni aseguradoras, ya que considera que es difícil hacer una valoración transparente del negocio y, por lo tanto, resulta muy complicado definir el riesgo. Descarta asimismo las grandes empresas de automoción. “En mi fondo elimino automáticamente el 45% del índice. Sigo un proceso bottom-up sobre un universo de 200 valores, sobre el que compro aquellas empresas de alta calidad con un modelo de negocio comprensible, lo cual me ayuda a valorarla”.

Bouillot es consciente de que, en determinados momentos, esta metodología tiene sus inconvenientes. Esto se hace evidente en periodos de rally del mercado. En los últimos 18 meses, los sectores que descarta son, precisamente, los que más han subido. “Nuestra metodología amortigua las correcciones del mercado y, además, es capaz de capturar buena parte de las subidas. Nosotros vamos a seguir siendo disciplinados en nuestro proceso. Es lo que nos ha permitido estar a tres, cinco y diez años en el primer decil. A cinco años somos el fondo número 22 más rentable de una lista de 672 productos. La metodología seguida es lo que nos ha llevado hasta aquí”, asegura.

“Desde julio de 2012, la cartera ha sufrido porque algunos sectores no los tengo. En 2012 la rentabilidad del fondo fue del 22% y este año he podido resistir hasta julio”. Bouillot asegura que Europa es hoy la región más barata. “Hemos visto los primeros signos de estabilización económica, lo cual está atrayendo el capital. Muchos flujos que se habían ido de la región han vuelto. Esto se han intensificado debido a las dudas que ha generado la desaceleración del crecimiento económico en China. Las consecuencias de este movimiento para su cartera son negativas. A mi este movimiento me perjudica”, explica el gestor.

“Lo que más me penaliza son aquellos gestores europeos que se han refugiado en valores de alta calidad y que, por la política de inversión de su fondo, ahora pueden volver a los valores en los que invertían habitualmente. Esto no lo puedo jugar yo con mi fondo. No creo que este movimiento haya terminado. Sin embargo, es imprescindible mantener la filosofía. Los clientes lo saben. Nosotros testamos la validez de la metodología que empleamos en un ciclo de 4-5 años. El cliente sabe lo que espera de la cartera. Es una metodología de puro stock picking. Jugar con el market timing te puede llevar a cometer más errores que aciertos”, afirma.

Durante los seis primeros meses del año, Bouillot ha empezado a detectar determinadas partes del mercado caras, sobre todo en los sectores de consumo e industriales. Al mismo tiempo, ha encontrado más oportunidades en algunos valores cíclicos, como por ejemplo Schneider o compañías más ‘value’, como Deutsche Böerse. También ha visto buenos niveles de entrada en algunas farmacéuticas, como Novartis o Sanofi-Aventis. “Veo empresas de mediana capitalización que presentan un elevado crecimiento y una alta visibilidad muy interesantes. Otras, sin embargo, se han vuelto caras. Amadeus, Inditex o Essilor son algunos ejemplos. Las buenas noticias ya están recogidas en los precios. Pueden seguir subiendo, pero hay más oportunidades en otros lugares”. Su única puesta española es Ebro Foods.

La estrategia que sigue el gestor pasa por comprar con un margen de seguridad. “Siguiendo nuestra propia metodología de valoración, entramos cuando se trata de empresas de alta calidad que cotizan a unos precios que reflejan unos fundamentales débiles. El margen de seguridad tiene que ser del 25-30% para las compañías cíclicas y del 10% para las defensivas. Algunos de los valores que tenemos en cartera los poseemos desde el principio. Solo vendo la posición cuando me he equivocado, cuando existe una alternativa más interesante o cuando la valoración es alta. Si durante dos o tres trimestres consecutivos la empresa publica resultados que no alcancen las expectativas, reduzco la posición”, revela.

Bouillot reconoce que existen algunas empresas en las que le resulta muy fácil comprender su negocio. En otras, en cambio, es más complicado. Visita aquellas que cuentan con un modelo de negocio más difícil de comprender, para entender cuál es la relación que la empresa mantiene con el cliente, cómo genera los ingresos, cómo refuerzan sus ventajas competitivas, las oportunidades de crecimiento o cómo se inmunizan ante las estrategias de la competencia. “Esto nos permite determinar si el valor sigue teniendo potencial y de dónde podrían venir los riesgos. 

Todos los valores tienen un precio objetivo. “No utilizamos stop loss, ni tampoco derivados. Su uso te hace perder la noción de cómo estás realmente posicionado”. Las diez primeras posiciones centran entre el 40% y el 45% de la cartera. El dividendo no es un aspecto discriminatorio, aunque sí un aspecto que le gusta tener en cuenta. “Una rentabilidad por dividendo muy elevada suele ser indicativo de que existe algún problema. Lo vimos recientemente con el sector de las telecomunicaciones. El tracking error de la cartera es de entre el 7 y el 9%, la beta de 0,8 aproximadamente y la rotación es baja, al estar en torno al 25%.