Emergentes: “Ya hemos visto antes esta película”

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Foto: Dan-morris, Flickr, Creative Commons

“La marea se aleja de los mercados emergentes. La perspectiva del final del dinero barato en los mercados desarrollados, con la certidumbre del final del dinero incluso más barato en China, está forzando al alza el coste del capital en los emergentes”, asegura Dominic Rossi, director global de Renta Variable en Fidelity Worldwide Investment. “Ya hemos visto antes esta película: un país emergente tras otro van quedando varados en la orilla cuando la ola se aleja. Los débiles como Argentina y Turquía primero, y pronto les seguirán Brasil, Rusia y otros”, asegura el experto.

“Hemos argumentado durante algún tiempo que los mercados emergentes se encuentran en la búsqueda de un nuevo modelo económico. El de 1997-2010, que se enfocó en el crecimiento de las exportaciones, no puede tener éxito en un mundo en el cual la Unión Europea tiene superávit por cuenta corriente mientras EE.UU. está reduciendo rápidamente su déficit comercial. El mundo de los mercados emergentes necesita desempolvar la agenda de las reformas estructurales que apartó hace 15 años y estimular sus economías domésticas. Los que lo hagan evitarán el extenso periodo de bajo crecimiento, y los que no, mirarán atrás y verán los últimos 10 años como una era dorada”, afirma el experto.

Uno de los países emergentes en la encrucijada es Turquía, cuyo banco central acaba de aprobar de forma urgente fuertes subidas de tipos en un intento por estabilizar la lira turca, que marcó mínimos frente al dólar esta semana, y calmar las perspectivas de inflación de la economía. Para Generali Investments Europe, esta medida, que ha superado las expectativas de la mayoría de los analistas, intenta atajar tres problemas clave para Turquía. Por un lado, las subidas de tipos frenarán la demanda interna en los próximos meses, lo que contribuirá a reducir el enorme déficit por cuenta corriente del país, que supera el 7% del PIB. Por otro, limitarán el crecimiento excesivo del crédito, que se sitúa en el 30% interanual y, por último, rebajarán la elevada inflación.

En la casa italiana opinan que la inesperada decisión refuerza la credibilidad del banco central turco, cuya inactividad en los últimos meses se había atribuido a las presiones del gobierno de Erdogan, poniendo en entredicho la independencia de la institución. No obstante, y aunque la medida reduce el riesgo de que la economía turca se deteriore aún más en los próximos meses, en Generali Investments Europe advierten de que es demasiado pronto para afirmar que Turquía está fuera de peligro y creen que los mercados financieros del país podrían registrar un alto grado de volatilidad en los próximos meses.

Otro de los emergentes que ha visto cómo su divisa se depreciaba drásticamente provocando un terremoto en los mercados ha sido Argentina. La opinión de James Barrineau, co-responsable de deuda emergente de Schroders, sobre el país es muy dura. “La política parece haber sido designada para crear pánico, no impedirlo. No podemos recordar ninguna respuesta más incoherente a una crisis de un mercado emergente. Creemos que las probabilidades de una recesión profunda, con inflación extremadamente elevada y una crisis política que lleve potencialmente a un cambio de liderazgo son bastante elevadas. Cualquier argentino que recuerde lo que sucedió durante la quiebra de 2001 y la devaluación debería centrarse únicamente en convertir sus activos en dólares”, afirma (leer más).

Recordando la historia

En 2008 empezó para los mercados emergentes una fase del ciclo que Peter Marber, responsable de inversiones emergentes de Loomis Sayles -filial de Natixis Global AM- denomina Globalización 2.0 (la Globalización 1.0 empezó para él en 1998 con la crisis asiática, el “efecto tequila” y la devaluación del rublo). Esta segunda fase del ciclo aún no se ha terminado, pero el shock que se lleva viendo en los países en vías de desarrollo desde junio del año pasado está contribuyendo a diferenciar entre aquellos que hicieron los deberes y los que no.

Ahora, una nueva coyuntura puede volver a poner a prueba a este grupo de países desde un flanco distinto del económico, dado que 2014 va a ser un año de elecciones generales en países clave como Brasil, Turquía, Indonesia, India o Sudáfrica.  “Sólo unos pocos políticos actualmente en el cargo están dispuestos a implementar reformas dolorosas en una reelección arriesgada. Y los mercados están castigando a los que han fracasado en sus reformas”, explica Marber.

El responsable de emergentes de Loomis Sayles pone el acento en algunos titulares alarmantes de las últimas semanas: revueltas en Ucrania, matanzas en Egipto, las brutales depreciaciones de la divisa en Argentina, Venezuela, Sudáfrica y Turquía, la ralentización del crecimiento de China, las amenazas terroristas en torno a los Juegos Olímpicos de invierno en Rusia… “Da la impresión general de que los mercados emergentes vuelven a estar en modo crisis. En este entorno, los traders venden primero y piensan después”, sentencia, al observar que también han sido castigados en la última ola vendedora países que están realizando reformas estructurales con éxito, como México, Rusia y Corea del Sur.

“Mucho de este pánico parece injustificado”, continúa Marber, que señala que los países emergentes cuentan en la actualidad con unas reservas de divisas superiores en más de 7 billones de dólares a las que poseían en 1998. “Para muchos de los mercados emergentes, los problemas de hoy no son nada en comparación con los de la mitad de los 90. Muy pocos países están al borde de la quiebra, y los que están son relativamente pequeños”, sentencia el experto. Admite, no obstante, que algunos como Argentina, Venezuela y Ucrania están metidos en problemas, pero reitera que “la salud económica general de los países en desarrollo es mucho más fuerte que hace 15 años”.

Marber concluye que los acontecimientos vistos en los últimos días “son una llamada despertador para muchos gobiernos emergentes: tanto para que implementen las reformas necesarias como para que encaren ataques potenciales al mercado”. Las divisas y los bonos de los mercados emergentes han estado bajo una tensión considerable la semana pasada, lo que, a su vez, provocó recogidas de beneficios en los sectores de deuda corporativa con grado de inversión y de alto rendimiento pero también recordó a los inversores de que algunas economías emergentes siguen siendo frágiles. ¿Es momento de deshacer posiciones en esta clase de activo? Ian Edmonds, co gestor del Legg Mason Western Asset Global Multi Strategy Fund, considera que no.

"Estas tensiones han sido muy inferiores a las vividas en el verano de 2013, en vista del nivel de restricción monetaria ya descontado en las curvas de tipos. Además, la deuda en dólar estadounidense en los mercados emergentes se ha visto menos afectada.
Por ello, cree que la estrategia de "mantener la exposición a esta clase de activos, diversificada entre determinados mercados locales, deuda corporativa emergente y emisiones de deuda pública denominadas en dólares estadounidenses sigue teniendo sentido", asegura el gestor de Legg Mason Global AM.

Por su parte Yerlan Syzdykov, responsible de renta fija emergente y high yield de Pioneer Investments, sí que opta por permanecer en esta clase de activos, pero de una forma cauta. El experto espera que continúe la volatilidad, especialmente en divisas emergentes, pero a un tiempo estima que se contendrá el efecto contagio. En este contexto, considera que los países que presenten los fundamentales más fuertes o en su defecto aquellos que estén ofreciendo una respuesta política más adecuada al entorno económico global se pueden convertir en una opción defensiva a la hora de mirar nuevas oportunidades y valor en medio de las fuertes ventas.