El yuan estrena oficialmente su estatus de divisa de reserva: primeras reacciones

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davidgsteadman, Flickr, Creative Commons

Diez meses después de que el FMI anunciase la inclusión del yuan en su cesta de divisas con derechos especiales de cambio,la moneda por fin ha podido estrenarse oficialmente. Desde el pasado 1 de octubre, ya ostenta el mismo estatus de divisa oficial de reserva (o divisa de referencia para efectuar transacciones internacionales) del que disfrutan el dólar, el euro, el yen y la libra.

Luke Spajic, responsable de la gestión de carteras emergentes para Asia de PIMCO, recuerda que en el momento de la decisión oficial del organismo existía una fuerte incertidumbre sobre cómo podría comportarse la divisa y de qué intervenciones podrían efectuar las autoridades chinas para amoldarse a los requisitos del FMI, habida cuenta de la sacudida global para los mercados que supuso la devaluación en tres días del yuan en agosto de 2015. En contraposición, el experto comenta que estos diez meses han sido de una calma relativa: “El yuan ha continuado depreciándose contra las principales divisas, pero de forma más gradual y ordenada que las repentinas devaluaciones de agosto de 2015 y principios de 2016. Y el mercado bursátil chino se ha recuperado largamente de su fuerte caída de comienzos de año”.

A un tiempo, Spajic constata que la promesa derivada de la decisión del FMI se ha cumplido de forma gradual, pues ha aumentado la presencia de China en los mercados globales de capital: “A comienzos de año, China anunció que abriría su mercado de bonos interbancario a inversores extranjeros mucho antes de lo esperado. Las acciones chinas parecen estar en camino para la inclusión dentro de uno o dos años en el índice MSCI más usado de renta variable emergente. Y ahora que la divisa ha conseguido su status de reserva, es probable que el yuan sea utilizado más ampliamente en transacciones internacionales de aquí en adelante”.  

Christopher Chu, especialista de renta variable asiática de UBP, afirma que, “hasta que no cotice libremente, es improbable que el renmimbi se convierta en la divisa de reserva de diferencia”. No obstante, dado el entorno de tipos negativos y crecimiento bajo en mercados desarrollados, el experto considera que la moneda china podría ganar atractivo como una alternativa.

Chu detalla las nuevas ponderaciones de la cesta del FMI: el dólar supone un 41,7%, el euro un 30,9%, el yuan un 10,9%, el yen un 8,3% y la libra, un 8,1%. El experto afirma que “la inclusión del yuan en la cesta será más simbólica”, y considera además que este paso mutuamente beneficioso para China y el FMI. “Para China, la cesta promueve el yuan sin permitir la apertura por completo de la cuenta de capital, mientras que gestiona un tipo de cambio flotante. Los bancos centrales con activos con derechos especiales de cambio se convierten inmediatamente en poseedores de renmimbis, mientras que el yuan también podría apreciarse en relación con otras divisas no vinculadas a las divisas”, detalla. Por lo que respecta al FMI, “la decisión les permite recuperar el favor de vuelta, pues muchos habían criticado a la organización por no tomar pasos preliminares para reconocer la creciente influencia de los mercados emergentes, lo que llevó finalmente a la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, respaldado por China”.

Chu destaca también las bondades de la nueva condición de la divisa para las compañías asiáticas, ya que la inclusión “proporciona un conducto para un mayor uso de renmimbis en la actividad económica, impulsando el comercio regional mientras que la demanda global disminuye”. El especialista indica que, según datos de Morgan Stanley Research, el 51% de las exportaciones países de Asia sin Japón se mantienen dentro de la región, mientras que las exportaciones de Asia sin Japón a EE.UU. y Europa suponen un 14% y un 12%, respectivamente.

¿Y ahora?

Aunque el recién estrenado estatus del yuan es una gran noticia positiva para la economía china por las razones ya expuestas, los participantes del mercado son conscientes de que aún queda mucho trabajo por hacer. Según Eddie Chow, managing director de Franklin Templeton Investments, “el gobierno chino se ha abstenido de introducir medidas monetarias más fuertes en este punto, reconociendo que la política monetaria no es la herramienta más efectiva para apoyar a la economía. Los economistas han señalado que la contribución del crédito al crecimiento del PIB ha estado en rápido declive. Muchos del crédito creado ha sido asumido por empresas estatales ineficientes, pertenecientes al sector industrial de la vieja economía”.

A un tiempo, Chow hace notar que “al gobierno le gustaría controlar la situación de ya elevado endeudamiento”, y en este sentido podría haber una serie de sectores que salieran beneficiados “el enfoque del gobierno en impulsar algunos proyectos de infraestructuras”. El experto pone como ejemplo los planes gubernamentales de establecer más sistemas de trenes cercanías en las ciudades, lo que podría ser beneficioso para algunas compañías ferroviarias desde el punto de vista de la inversión.