El reciente (e inesperado) giro acomodaticio eleva el atractivo de las acciones con buenos dividendos

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GotCredit, flickr, Creative Commons

En apenas dos semanas el mercado ha pasado de descontar una continuidad en la normalización de la política acomodaticia de la Fed con al menos un par de subidas de tipos este año a pronosticar que es posible que la Reserva Federal presidida por Jerome Powell acabe el año con alguna que otra bajada en los tipos de interés. Y todo porque el gráfico de puntos, el famoso dot plot, ya muestra  como son muy pocos los miembros de la Fed que  ven los tipos este año por encima de los niveles actuales (2,25-2,50%) cuando en diciembre los que eran la mayoría los que los veían por encima de ese nivel.

La reacción del mercado no se hizo esperar y las compras de deuda pública fueron la tónica dominante a ambos lados del Atlántico ante la sensación de que la economía no puede seguir tirando sin la ayuda de los bancos centrales. De ahí que estos últimos días hayamos visto cosas que hacía muchos años que no pasaban como la inversión de la curva en EEUU entre los plazos más cortos y los 10 años, uno de los indicadores que invitan a pensar en recesión, o al bund alemán cotizando con rentabilidades negativas e incluso en algunos momentos por debajo del bono japonés. Además de asistir a más de una sesión bajista en el mercado de acciones.

Movimientos todos ellos que también han impactado en la rentabilidad por dividendo de las compañías cotizadas, que vuelven a ser el objetivo de no pocos inversores que cada vez tienen más complicado esa búsqueda del yield que tanto les demandan sus clientes. “Con la rentabilidad del bund en mínimos y las modestas perspectivas con respecto al crecimiento económico, la búsqueda de yield vuelve a ser un tópico en todas nuestras conversaciones con inversores”, apunta el banco Goldman Sachs en un reciente informe en el que destaca el potencial que ofrecen los dividendos en un entorno como el actual.

En el mismo subraya que la diferencia que existe entre la rentabilidad por dividendo que dan las compañías europeas y la que ofrecen los bonos vuelve a estar en niveles máximos hasta el punto de que el 80% de las empresas dan ya más rentabilidad por sus dividendos que por sus bonos corporativos.

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 Y lo más importante, cree que esos dividendos son relativamente seguros ya que “el cash yield total de las acciones europeas incluyendo dividendos y buybacks está bien fundamentado por los balances, y por un apalancamiento que ha sido moderado”, apunta el banco norteamericano. Eso sí, que esos dividendos sigan presentando ese carácter de sostenibilidad en el futuro dependerá también de la evolución de la economía europea y por tanto de sus empresas, para las que pronostican un aumento del 2% en el beneficio por acción en 2019 y 2020.

Esta confianza por el dividendo no solo es algo que defienda Goldman Sachs ya que, según la última encuesta a Analistas realizada por Fidelity la mayor parte de las empresas a las que siguen estos profesionales tiene en sus planes para  aumentar o al menos mantener su dividendo para este año. “Hay un cierto consenso por parte de las analistas en torno al dividendo ya que no hay ningún sector en el que más de un 20% de las empresas afirma que cree que va a reducir su dividendo”, afirmaba recientemente Sebastián Velasco, director general para España y Portugal de Fidelity.

Captura_de_pantalla_2019-03-28_a_las_16De hecho, el atractivo del dividendo como fuente de una rentabilidad que cada vez será más difícil conseguir no es solo exclusivo de Europa ya que, con la excepción de EEUU, donde la política del dividendo no está tan extendida como la de la recompra de acciones, en todos los grandes mercados de valores la rentabilidad por dividendo supera a la rentabilidad del bono y no es de esperar que esa situación cambie radicalmente tras la confirmación de los bancos centrales de que mantendrán sus políticas acomodaticias.