El QE llega a su fin en Europa: primeras reacciones de las gestoras

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European Central Bank, Flickr, Creative Commons

Tal es el grado con el que los bancos centrales preparan a los mercados que una reunión tan importante como la de hoy en Europa se ha sucedido sin el mínimo sobresalto en la bolsa, bonos o el euro. Como esperaba el consenso abrumador, el Banco Central Europeo ha puesto fin a su programa de compra de activos en la última reunión de 2018. Casi cuatro años y 2,6 billones de euros en bonos después, el QE llega a su final.

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Es solo un primer paso en la rampa de salida de los estímulos monetarios en Europa: los tipos se han mantenido en el 0% y la tasa de depósito en el -0,4%. Y tampoco significa que vayan a desaparecer del mercado. Al igual que la Reserva Federal en su momento, seguirán reinvirtiendo el capital que reciban con el vencimiento de la deuda comprada vía el programa.

“La decisión de detener la relajación cuantitativa es claramente un hito clave en el largo camino del BCE hacia la normalización de su política”, resume Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International. “Es más, en el proceso seguido hasta este punto, el BCE ha logrado evitar las rabietas y otras disrupciones del mercado gracias a una hábil navegación por un difícil entorno económico”.

Más crítico se muestra Paul Diggle, economista sénior de Aberdeen Standard Investments: “La decisión para poner fin al QE tiene ahora más que ver con la política que con la economía”. En su opinión, la liquidación de las compras de activos complacerá a los halcones en el Consejo de Gobierno, en particular a los alemanes. “Si se cierran los ojos lo suficientemente fuerte, los datos económicos pueden justificar la decisión”, ironiza. “A pesar de que es muy probable que los nuevos pronósticos económicos impliquen revisiones a la baja, el banco central todavía tiene grandes esperanzas de que aparezcan bolsas de crecimiento y la inflación subyacente repunte a medida que aumentan los salarios”. Pero para el economista ambas expectativas son demasiado optimistas cuando se considera lo que está pasando en el mundo y especialmente Europa. “Sospecho que ahora Draghi nunca podrá aumentar los tipos”, asegura.

¿Y ahora qué?

“Hemos descubierto a una nueva especie en el en el Consejo: la paloma optimista”, declara Bart Hordijk, analista de MONEX EUROPE. Draghi ha demostrado una vez más la variedad de tonos de sus plumas al dar un mensaje dovish, pero continuamente guiar la atención al lado bueno de las cosas. El experto es bastante crítico con el desenlace del programa de compras. “Pese a su intento de optimismo, Draghi no puede evitar la realidad de que el QE del BCE termina con un llanto triste, no con el bang glorioro que esperaba”.

El debate se centra entonces sobre la primera subida de tipos en Europa, algo que Valentin Bissat, economista senior y estratega de inversión en Mirabaud Asset Management, espera que sea, por primera vez en ocho años, durante el último trimestre de 2019.

Ahora queda por ver qué efecto tendrá (si lo tiene) el alto en las compras de activos, y qué otras herramientas podría tener que emplear el BCE si la debilidad económica continúa en 2019. “Pero, por el momento, Mario Draghi puede respirar con cierto alivio: la relajación cuantitativa ha terminado y los mercados no han entrado en pánico”, concluye Stupnytska.

Son preguntas que Diggle habría preferido que se contestasen. “Todo lo que hemos visto es que la reacción será lenta. El BCE siempre ha sido lento para flexibilizar y rápido para endurecer su política monetaria”, afirma. “Sabe que solo puede ganar el apoyo del Consejo de Gobierno para actuar una vez que la situación económica se haya agravado bastante. Por ahora estamos un poco lejos de esa situación y, además, la influencia de Draghi se irá reduciendo gradualmente a medida que su salida del BCE se acerque en octubre del próximo año. La única opción real que le queda, en caso de que la economía empeore, es modificar el lenguaje del banco sobre la política futura", añade.

Incluso con la primera puerta cerrada hay quien ya busca nuevas ventanas. En opinión de Patrice Gautry, economista jefe de Union Bancaire Privée (UBP), el BCE se está preparando indirectamente para gestionar mayor riesgo al año que viene en el caso de que la ralentización en 2018 no sea solo temporal, sino permanente. “Cualquier subida en los tipos se retrasaría y otras medidas de liquidez (TLTRO) podrían volver a la palestra”, asegura el experto.