El petróleo, a examen: análisis para atisbar en qué sentido se moverá el precio

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London Commodity Markets, Flickr, Creative Commons

“Aunque parece que los precios del petróleo acaban de sufrir un desplome histórico, hace tres años acusaron un revés mayor si cabe: en agosto de 2011 cayeron de 115 a 75 dólares por barril. Aunque la reciente caída todavía está muy fresca, ahora existen motivos de preocupación en torno al futuro de esta materia prima”, asegura Robin Webhé, especialista en The Boston Company, filial de BNY Mellon. Hasta que no mejore la demanda, el choque de oferta entre la OPEP y la producción estadounidense de petróleo de esquisto (shale) estará en primer plano, ya que la reciente volatilidad ha procedido de la controversia en torno a lo equilibrado o no del mercado petrolero.

“Está claro que el crecimiento de la oferta en Estados Unidos ha superado a la demanda global y ha generado presiones a la baja. Ahora tenemos un exceso de oferta de crudo West Texas Intermediate (WTI), mientras el mundo trata de ajustarse a la mayor producción americana, lo cual ha reducido el diferencial entre el WTI y el Brent”. Según Webhé, la ‘nueva normalidad’ se caracteriza por la concentración de la inversión y del crecimiento petroleros en Norteamérica. Así, otras regiones productoras están perdiendo cuota de mercado, y las caídas subsiguientes están creando un nuevo equilibrio en el mercado petrolero mundial (si la demanda superara a la oferta, los precios subirían).

En la semana que finalizó el 10 de octubre, la producción de crudo estadounidense aumentó un 0,9% hasta los 8,95 millones de barriles diarios, su mayor nivel desde junio de 1985, según datos de la Administración de Información Energética (EIA). No obstante, que cambie el componente de oferta de la ecuación es poco probable, opina Webhé. “El ministro de petróleo de Arabia Saudí parece decidido a mantener la producción con objeto de evitar que el precio del crudo baje de los 80 dólares, mientras que otras regiones productoras, como Irán y Rusia, apenas logran captar capital a estos precios”.

Vale la pena recordar –añade- la influencia de la postura de Arabia Saudí sobre el precio del petróleo. Según sus cálculos, si el país recortara su producción en 1,5 millones diarios -tal como hizo en 2009– el barril no tardaría en volver nuevamente a los 110 dólares. Por consiguiente, lo mejor es “vigilar el riesgo de suceso extremo”. En Estados Unidos, el umbral de rentabilidad del petróleo de esquisto es de 70 a 80 dólares por barril, con lo que “cada día corre más riesgo”. No obstante, para que la producción se vea afectada, los precios deberían alcanzar y mantenerse en esos niveles durante un tiempo, apunta Webhé.

Varios factores complican la respuesta de la oferta estadounidense: Para empezar, los descuentos de transporte para comercializar el petróleo o se están evaporando al mejorar la infraestructura, lo cual contrarresta la “señal de precio” del abaratamiento del WTI. En segundo lugar, las compañías energéticas ya han perforado una cantidad significativa de pozos que todavía tienen que ponerse en marcha, cuya inversión ya se ha sufragado en gran medida. Por último, muchas empresas tienen grandes coberturas con precios alrededor de los 90 dólares por barril, que tardarán como mínimo 18 meses en vencer.

Al mismo tiempo, la demanda se ha mantenido plana durante tres años, y deberá mejorar para que se estabilicen los precios. “Los indicadores adelantados han sido mediocres, exponiendo más si cabe la debilidad de los precios del petróleo”, comenta Webhé. “No obstante, los indicadores económicos han subido desde niveles muy bajos y cabe esperar lecturas más positivas en adelante. Una vez estos datos sean capaces de volver a impresionar a los inversores, seremos testigos de una estabilización de los precios. Hasta entonces, continuará el impasse entre EE.UU y la OPEP, sin uno u otro bando dispuesto a desenfundar primero”, concluye el experto.