El patinazo de la Fed

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International Monetary Fund, Flickr, Creative Commons

El pasado viernes, la Reserva Federal de Estados Unidos reveló que, por descuido, había incluido proyecciones económicas en la web de acceso público, perspectivas económicas que, al parecer, eran supuestamente confidenciales. Este hecho generó una cierta confusión, ya que aparentemente estas proyecciones eran incorrectas, pesimistas y tuvieron que ser actualizadas una vez más. Las cifras publicadas por error por la autoridad monetaria mostraban pesimismo sobre el crecimiento real de la economía estadounidense tanto para 2015 como para 2016. También apuntaban a que los tipos medios estarían en el 0,35% en el cuarto trimestre de 2015, antes de subir al 1,26% en 2016 y al 2,12% en 2017. Una subida, en todo caso, más gradual de lo esperado, indican desde Aberdeen. Teniendo en cuenta el impacto que pueden tener en los mercados los mensajes de la Fed el hecho podría calificarse de grave.

La versión oficial, transmitida esta semana en el marco del Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC), abre la posibilidad a que la Fed empiece a normalizar su política de tipos antes de que finalice el año, ya que la institución reconoce las mejoras observadas en el mercado laboral a pesar de que la evolución de la inflación y los salarios sigue siendo moderada. Septiembre gana enteros al ser una fecha que empieza a estar muy señalada en la agenda, indica Philippe Waechter, economista jefe de NAM (filial de Natixis Global AM). Pero, independientemente de que la Fed normalice su política en septiembre o algo más tarde, el mensaje más importante que ha transmitido el banco central, que ha sido absolutamente claro, es que la senda de la normalización de los tipos será gradual y que el nivel en el que se establecerán será más bajo que en el pasado, asegura Rick Rieder, director de inversiones de renta fija fundamental en BlackRock.

En cuanto a las previsiones de crecimiento del PIB, dejando a un lado el grado de actualización y el fallo que hizo que estas previsiones viesen la luz, lo cierto es que, frente al consenso general que habla de un crecimiento económico saludable de Estados Unidos tanto para este año como para el próximo, algunas voces han empezado a alertar sobre la ralentización en el ritmo de crecimiento de la primera economía del mundo. Por ahora son pocos los defensores de esta teoría. Los que la defienden se apoyan fundamentalmente en la idea de que el crecimiento no acaba de despegar, así como en los débiles datos del primer trimestre. También lo fundamentan en que, desde la segunda guerra mundial, el típico ciclo expansivo de Estados Unidos ha durado menos de cinco años y 2015 ya marca el sexto. ¿Toca ya una nueva recesión?

“Las estadísticas pueden resultar engañosas”, afirma Dario Perkins, de la firma británica de análisis Lombard Street Research. “Las recesiones ocurren por motivos concretos –un brusco endurecimiento de la política monetaria de la Fed, shocks externos, estallido de burbujas o desequilibrios macro, etc.– y no simplemente porque el ciclo expansivo cumpla X años. Aunque la economía de Estados Unidos ha sufrido varios shocks en los últimos meses, como la caída del precio del petróleo o la apreciación del dólar, no nos parecen lo suficientemente graves para provocar una auténtica recesión”, asegura el experto (leer sus perspectivas).

No obstante, el economista advierte de que el menor crecimiento hacia el que tiende la economía mundial podría implicar contracciones del PIB más frecuentes, tanto en Estados Unidos como en otros países. “Los ciclos económicos de la década de los noventa y del 2000 fueron inusualmente largos. Aunque, obviamente, nadie quiere volver al entorno de volatilidad macro de los años setenta y ochenta, sí le vemos ciertas ventajas a que los ciclos económicos sean más cortos, porque así los desequilibrios macro tendrán menos tiempo para acumularse”, señala Perkins. Pero el entorno actual parece diferente. “Ahora la economía global permanece en la senda de crecimiento sólido, aunque el crecimiento de las economías desarrolladas podría aplanarse en el medio plazo”, vaticina Asoka Wöhrmann, economista jefe y director de inversiones de Deutsche Asset & Wealth Management en sus últimas perspectivas económicas.

Por ahora, son pocos los que creen en un escenario catastrofista para la economía americana y muchos los que consideran que actualmente se reúnen ciertas condiciones que favorecen el crecimiento. En este sentido, James Swanson, director de estrategia de MFS Investment Management argumenta que existen varios factores que, a su juicio, invitan a pensar en un futuro prometedor, sobre todo en el terreno del consumo. “El aumento de la población obliga al país a construir 1,5 millones de nuevas viviendas al año para satisfacer la demanda, lo que impulsará al sector”. En el ámbito corporativo, destaca que “la media de antigüedad del equipamiento de las empresas es la mayor de la historia, lo que obligará a su reemplazo. Lo mismo ocurre con la media de edad de los vehículos, una industria muy importante en EE.UU”.

En el S&P 500, el 40% de las empresas son manufactureras, muchas de las cuales están volviendo a producir en el país ante los bajos precios de la energía, otro de los factores que, según explicaba el experto en una presentación celebrada en Madrid, más contribuirá al impulso de la actividad. “EE.UU. tiene infraestructuras, costes laborales cayendo con respecto a otros países desarrollados y bajos costes energéticos. Es una combinación fantástica”, asegura. En una línea muy similar se pronuncia Ángel Agudo, gestor del Fidelity America, quien reconoce que, si bien EE.UU. se encuentra en un punto avanzado del ciclo económico, no ha llegado al pico. “El país se encuentra en una clara posición de ventaja con respecto al resto del mundo. EE.UU tiene dentro de sí varias economías, con recursos naturales, demografía favorable… Todo lo que se valora de los emergentes. Además, al contrario de lo que sucede en otras regiones, la población en edad de trabajar continúa aumentando”, explica el gestor de Fidelity en una entrevista publicada en la revista de julio/agosto de Funds People.