El oro será la estrella

Kamil Molendys, Unsplash

Gonzalo Perez-Seoane, presidente de www.aequifx.com

El mercado del oro esta en plena ebullición. La expectación es intensa y tres preguntas animan de continuo al debate: ¿estamos ante una nueva burbuja especulativa?, ¿qué mueve el precio del oro?, ¿será sostenible la tendencia actual?.

La súbita apreciación del oro, que se inicia el 2 de septiembre llegando hasta la fecha, ha sorprendido a no pocos inversores y analistas. La verdad es que dicha apreciación, no es una apreciación al uso. Cada día que pasa hay más evidencias del inicio de un inédito proceso de rápidos cambios estratégicos en los “big players” de este mercado. Proceso de cambios pilotado por las acciones defensivas entre Bancos Centrales (India, Rusia, Vietnam, Sri Lanka, Mauricio), impulsado por las no menos sorprendentes acciones ofensivas entre empresas líderes del sector (Barrick, AngloGold Ashanti), y, al calor de todo ello, proceso acompañado por la entrada de los jugadores estrella de los mercados, los hedge funds (Paulson y otros), siempre pescando en la espuma de las olas. Previsiblemente todo ello tendrá importantes consecuencias a futuro en un mercado caracterizado por una oferta marcadamente decreciente. Así, y en breve, es posible veamos nuevas reacciones de Bancos Centrales con bajos niveles de reservas oro, se promoverá la más rápida consolidación del sector minero a nivel mundial (fusiones-adquisiciones), y, en definitiva se afectará a los niveles de precio por vía del trepitánte crecimiento de la demanda.Como es bien conocido, en el corazón de la actual espiral del oro late la incertidumbre sobre los posibles efectos de las políticas monetarias y fiscales expansivas seguidas a nivel mundial para suavizar el impacto de la crisis económica. Así, la incertidumbre de los mercados está centrada en el cambio de rumbo y ritmo de la inflación, y, en los efectos sobre lo que podríamos denominar “dollar fair value”. Si consideramos que posiblemente no menos del 60% de las reservas mundiales acumuladas por los Bancos Centrales están nominadas en dólares, y el dólar ha perdido alrededor de un 15% de su valor en relación a las principales monedas mundiales desde mayo 2009, la inquietud no solo esta justificada, sino que además ha pasado a ser “preocupación”. Esta “preocupación” acompaña y espolea al “boom” cada vez con más intensidad. Detrás de todo ello se esconde un aspecto importante, pero conscientemente eludido por US durante todas las reuniones recientes del G20: la posibilidad de que tal vez, algún día, se modifique el sistema cambiario mundial. Son muchos los que se preguntan ¿qué papel jugará el dólar en el futuro orden económico mundial?, ¿debe ser sustituido por otra moneda de referencia?. Utilizando el término “sostenible” tan de moda en estos días en España, se podría resumir la inquietud en ¿es “sostenible” que continúe la economía mundial pivotada sobre el dólar ?.Así, y la vista de los acontecimientos, la actual apreciación del oro, nacida en las manos más fuertes del mercado, es evidente se apoya en una inquietud compleja y profunda. Es la punta de un iceberg cuya dimensión no solo viene dado por aspectos de naturaleza económica y/o financiera, sino que transciende hasta el ámbito de la alta política internacional, y esconde la ansiedad de tal vez no pocos países (China, Brasil, Rusia, Países Arabes, …) de un estado de equilibrio financiero global más eficiente e independiente. “El boom del oro” se ha iniciado en este ambiente de serias incertidumbres económicas y geopolíticas, y, aunque parezca mentira, mientras debatimos sobre ello, el oro da pasos de gigante para convertirse, con orgullo y sin permiso, en la principal referencia de “valor global”. En una cuasi-moneda mundial, de valor y aceptación general, y sin emisor cuestionado e interesado. En fin, como en sus mejores viejos tiempos. De interés contemplar que el grado de maniobra de las políticas cambiarias de los Bancos Centrales para mitigar el “desafuero”, se quiera o no, cada vez será más escaso. Evitar a toda costa afectar la recuperación del mercado bursátil US, parece es prioridad. La carrera del oro ha empezado, y posiblemente no acabe hasta que, algún día se promueva un orden económico internacional más estable y eficiente dentro del marco de la libertad de los mercados. En dicha situación el “papel fiduciario” recuperará el terreno perdido.El 28 de septiembre, Robert Zoellick, Presidente del Banco Mundial mencionaba que “tras la crisis, las mayores economías emergentes del mundo tendrán una mayor influencia económica mundial”. "La economía posterior a la crisis reflejará la creciente influencia de China, probablemente India y de otras grandes economías emergentes. Supuestamente, los Estados Unidos, epicentro de la crisis financiera, verá reducido su poder económico e influencia”. "Estados Unidos se equivocaría si creyera garantizado para el dólar el papel de divisa predominante del mundo. Al mirar hacia adelante, cada vez más habrá otras opciones diferentes al dólar". "Por supuesto, el dólar estadounidense es y seguirá siendo una de las principales divisas”.Finalmente la inflación llegará. Estas fiestas de la “abundancia monetaria” son su felicidad y razón de ser como ya puso de manifiesto David Hume hace casí tres siglos. Tal vez, de aquí a no mucho, los países en deflación trotarán hacía la estanflación (excepción de Japón); y los que ya están en estanflación, bien pudieran dirigir su galope a parajes algo más fríos o hiperinflación. ¿Padecerá el “efecto-tequila” el sistema cambiario mundial?. La historia de la economía se escribe día a día, en cualquier caso, y mientras tanto, el oro será la estrella.