El momentum es fuerte, pero la inflación está al alza

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Cedida por Capital Group

TRIBUNA de Darrell Spence, economista de Capital Group. Comentario patrocinado por Capital Group.

En lugar de desacelerarse, la economía estadounidense sigue demostrando resiliencia. Con el desempleo en su nivel más bajo en 49 años, el crecimiento salarial se ha acelerado. En octubre, los ingresos medios por hora aumentaron un 3,1% con respecto al año anterior, el mayor incremento desde 2009. Además, el gasto de los consumidores y la producción industrial son fuertes.

El índice de gestores de compras (PMI), una medida de la actividad manufacturera, se situó recientemente en 57,7, lo que indica condiciones expansivas. Cualquier cifra por encima de 50 es interpretada como un síntoma de expansión y de aumento de la inflación.

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Estas condiciones sugieren un crecimiento continuo en 2019. Pero el fuerte aumento del empleo y los salarios, la actividad manufacturera y la tasa de utilización de los recursos -una medida de la capacidad sobrante en la economía- dan un indicio sobre la dirección de la inflación y ésta apunta claramente hacia arriba.

La inflación subyacente -la medida que elimina la volatilidad de los precios de la energía y los alimentos- se situó en 2,2% en septiembre. Incluyendo los alimentos y la energía, la inflación alcanzó el 2,83% en el mismo mes.

Los tres factores que vaticinan más volatilidad en 2019

Después de años de calma, la volatilidad volvió al mercado bursátil estadounidense en 2018. Los inversores pueden esperar una mayor volatilidad en 2019, impulsada en gran medida por tres factores clave: el endurecimiento de la Reserva Federal, las tensiones comerciales y el exceso de deuda.

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En respuesta a una economía estadounidense fuerte, un mercado laboral ajustado y una inflación moderadamente creciente, se espera que la Reserva Federal continúe aumentando las tasas de interés a corto plazo en 2019.

Si la Reserva Federal ve que la inflación aumenta, tomará medidas más agresivas. Y los inversores tendrán que reajustar sus expectativas, lo que podría inducir a una mayor volatilidad.

Esto está sucediendo en un momento en que la deuda del gobierno, de las empresas y de los consumidores está aumentando drásticamente. El incremento de los costos de la deuda podría tener un impacto significativo en los resultados de las empresas. Al mismo tiempo, el comercio global ha ganado un papel protagonista mientras Estados Unidos, China y Europa, entre otros, buscan reescribir las reglas del comercio mundial a su favor. Con estas batallas comerciales; en paralelo, los aranceles serán un obstáculo para el crecimiento.

Nuestro escenario base supone aranceles del 10% sobre 200.000 millones de dólares de importaciones chinas, más algunos aranceles de represalia del gigante asiático. Eso probablemente reduciría el crecimiento del PIB de Estados Unidos en unos 50 puntos básicos, o medio punto porcentual.

Por supuesto, si se amplían los aranceles, el impacto sería mayor. Esta es una situación que seguiremos de cerca durante todo el año.

La economía estadounidense creció a una tasa anualizada del 3,5% en el tercer trimestre de 2018. Esto es significativamente más alto que la tasa de crecimiento promedio de aproximadamente el 2% experimentada durante el período posterior a la crisis financiera hasta 2017.