¿El momento perfecto para los mercados emergentes?

La deuda y las acciones de los mercados emergentes han superado a sus equivalentes en EEUU y Europa desde el año 2000. Sin embargo, la mayoría de las instituciones e inversores individuales siguen teniendo, de manera llamativa, menos peso que este tipo de activos. Muchos inversores dicen que creen en este tipo de activos, aunque a menudo se preguntan si es el momento adecuado para invertir. Para los partidarios del largo plazo preocupados por el momento actual, el "averaging-in" o compra por intervalos de tiempo es un sistema de compra periódica aprovechando los altibajos del mercado. Existen tres variantes que pueden ayudar a tomar la decisión en cada momento:

Unidad de promedio (UA, por sus siglas en inglés): El objetivo de los inversores es lograr un tamaño de unidad de inversión en intervalos preestablecidos (mes, trimestre, año, etc.) Cuando los precios son más altos, los inversores pagan más, y con los precios más bajos, pagarán menos.

Promedio del Precio del Dólar (DCA, por sus siglas en inglés): También conocido como precio medio de la libra esterlina para los inversores, el DCA requiere que el inversor invierta la misma cantidad de dinero cada período, en lugar de comprar el mismo número de acciones a la UA. De esta manera, el DCA se esfuerza por mejorar el precio medio aritmético que genera la UA, a la vez que proporciona a los inversores un programa de flujo de caja fijo para inversión. Como la UA, el DCA separa la emotividad del momento, pero con una ventaja principal: obliga a los inversores a comprar más acciones cuando el precio es bajo, y menos acciones cuando el precio es alto.

Promedio del Valor Objetivo (VTA, por sus siglas en inglés): Al igual que la UA y el DCA, el VTA (también llamado "valor promedio" o "valor de reajuste") es una estrategia basada en fórmulas. La filosofía subyacente es la de invertir una cantidad de dinero para que el valor de sus participaciones haga frente a un valor objetivo predeterminado en cada período. La diferencia fundamental entre este tipo de promedio y otros, es que con el fin de cumplir con el valor objetivo, los partidarios del VTA pueden necesitar en realidad vender algunas participaciones. En los tipos de activos volátiles (como los mercados emergentes) el VTA aprovecharía conceptualmente mejor que el DCA las oscilaciones de los precios extremos, debido a este mecanismo de venta. Y el VTA se ha demostrado que produce mayores Tasas Internas de Rentabilidad (TIR) de los inversores que el DCA, así como otras estrategias de temporización aleatorias.
Vale la pena examinar una acción volátil durante siete períodos de observación. Véase en la Figura 1, cómo la acción que comienza a un precio de 95 $ y que se reduce posteriormente a 92 $, después a 91 $, más tarde a 88 $ y se detiene en 81 $, luego se dispara hasta los 108 $, cayendo posteriormente hasta los 94 $ y terminando finalmente en los 103 $. Vamos a hacer el mismo análisis también de forma inversa. Para la UA, nos fijamos como objetivo acciones por valor de 10.000 $ con una cotización inicial de 95 $ o 105,26 acciones, el número estático de participaciones en las que invertiremos en cada período. Para el DCA, nuestra cantidad de inversión periódica anclada será de 10.000 $, y para el VTA estos 10.000 $ serán nuestro aumento periódico de valor objetivo.

En este ejemplo, el precio medio de la UA es de 94 $ por acción. Con el DCA, la media es de 93,35 $ – una pequeña pero importante mejora. Sin embargo, con el VTA, los inversores aprovechan los movimientos extremos - como lo que podríamos encontrar en los mercados emergentes. En la secuencia alcista, el costo base de VTA por acción es de 88,98 $, ó 5,02 $ más barato que la UA y 4,37 $ menos que el DCA. En la secuencia bajista, el VTA representa un costo de 91,78 $ frente a los 94 $ de la UA y los 93,35 $ del DCA. Tanto en el mercado alcista como en el bajista, el VTA ayuda a los inversores a acumular posiciones de forma más barata.

La principal ventaja del VTA sobre el DCA y la UA se puede ver en los períodos quinto, sexto y séptimo de la secuencia alcista. Cuando el precio baja de 88 a 81, el modelo agresivo compra 162,74 acciones. En el siguiente período, cuando el mercado se dispara desde los 81 hasta los 108, el modelo vende 61,73 acciones a un precio máximo, obteniendo beneficios, aumentando las TIR y reduciendo el capital de riesgo. El VTA requiere claramente más trabajo que la UA y el DCA, ya que es un proceso continuo de medidas de reajuste. Pero puede valer la pena.

¿Cómo actuarían estas estrategias en los mercados reales de 2000-2010? El examen de los retornos de divisas, deuda e índices sobre acciones del EM mediante el uso de la UA, el DCA y el VTA de forma mensual habría generado resultados similares a nuestro ejemplo anterior, superando el DCA tanto a la UA como al VTA. Todos los índices, moneda (EMC), deuda (EMD) y acciones (EME) del EM aumentaron durante el período, aunque todos experimentaron una montaña rusa de volatilidad, especialmente en los períodos 2002-2003 y 2008-2009. De hecho, la volatilidad media de los mercados emergentes fue aproximadamente el doble de su equivalencia para EEUU. ¿Qué TIR presentaron un mejor comportamiento? Para el mismo período de inversión de diez años, los resultados son sorprendentes.

Para un período de 10 años con finalización el 31/12/09 y una secuencia de compras y ventas mensual, el VTA bajó por debajo del precio medio y aumentó las TIR frente a la UA y el DCA en todos los casos. Para la deuda de los mercados emergentes, el DCA superó a la UA en beneficios anuales en un 10,14% y 28 puntos básicos, por 103 puntos básicos que registró el VTA. En el espacio menos volátil de la divisa de los mercados emergentes, el DCA superó a la UA en 19 puntos básicos, con un VTA contribuyendo en 40 puntos básicos más en acciones EM y unas condiciones que fueron las más volátiles y crearon más oportunidades de compras y ventas: La UA generó una TIR del 14,86% anual, con un DCA subiendo hasta el 16,44% (+156 puntos básicos) y un VTA aupándose hasta un notable 18,79% (397 puntos básicos).

En conclusión, si bien podemos encontrar algunos puntos débiles, el VTA puede ser útil para los inversores que desean una exposición a largo plazo para los activos más volátiles, como los mercados emergentes. La estrategia es especialmente adecuada para las instituciones exentas de impuestos y para las cuentas de ahorro para jubilación, cuyas compras y ventas (si las hubiere) pueden tener un menor impacto fiscal de las actividades de venta. Obviamente, la estrategia no puede garantizar beneficios si el tipo de activos no funciona bien, pero puede proporcionar un enfoque racional sobre la estrategia de compra y venta disciplinada dentro de un marco de reajuste de la asignación. Comprar barato y vender caro no es tarea fácil, incluso para los inversores profesionales, pero el VTA podría ayudar a los inversores a acercarse a este objetivo difícil de alcanzar.