“El mercado ya no quiere productos sin historia”

Kamil Molendys, Unsplash

La crisis ha cambiado las formas de actuar y de pensar de los clientes europeos. Sergio Trezzi, responsable de Invesco en Italia y de PowerShares (la gama de ETF de Invesco) para Europa, explica que los inversores italianos dan más importancia a la transparencia y se dejan llevar mucho menos por modas del mercado.

Según Trezzi, esta “vuelta a lo simple” está detrás del auge de los fondos cotizados en Italia, que han ganado muchos adeptos, sobre todo entre inversores particulares. Invesco tiene 20 fondos cotizados en la Bolsa de Milán y maneja casi 1.000 millones de euros en estos productos, señala Trezzi.

Las captaciones se centran en productos que replican índices muy conocidos. “Nuestros productos que replican los índices Rafi , que se calculan a partir de criterios fundamentales y no atendiendo sólo a la capitalización bursátil como hacen los índices tradicionales, han tardado dos años en despegar. La gente tarda en entender y creer en el producto. Necesitan ver resultados consistentes antes de entrar en ellos”, afirma.

En fondos de gestión activa, los productos estrella de Invesco en el mercado italiano son su fondo de renta fija corporativa en euros, su fondo de renta fija emergente en moneda local y un producto de renta variable paneuropea. La gestora ha creado clases de acciones nuevas con pago de cupón mensual al partícipe en algunos de sus fondos de renta fija para intentar atraer a inversores minoristas ávidos de ingresos recurrentes. En total, la gestora maneja un patrimonio de 5.000 millones de euros en Italia.

La entidad se plantea también entrar a competir en el terreno de los fondos mixtos. “Todavía no hemos entrado en ello. Tenemos un buen producto pero tiene sólo dos años de historial. Cuando tenga tres años lo registraremos”, señala Trezzi.

“Ya no puedes lanzar productos completamente nuevos. El mercado ya no quiere productos sin historia. Por eso creamos fondos con capital propio. Dejamos que el gestor trabaje en calma y, si funciona bien, a los tres años los lanzamos al mercado”, añade.