El mercado japonés descuenta una continuidad del Abenomics incluso sin Shinzo Abe al frente de Japón

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CSIS: Centre of Strategic & International Studies, Flickr, Creative Commons

La semana pasada, el primer ministro de Japón Shinzo Abe, que lleva en el cargo desde 2012, anunciaba que debido a una enfermedad se veía obligado a dimitir incumpliendo así su último mandato, que se extendía hasta 2021. “Mis condiciones de salud no son perfectas. Una salud pobre puede derivar en decisiones políticas erróneas (...). He decidido renunciar como primer ministro", anunció Abe en una rueda de prensa.

Tras conocerse la noticia, las muestras de afecto se sucedieron en las redes sociales pero no fue hasta ayer cuando la noticia llegó a los mercados y a juzgar por el comportamiento que tuvo el Nikkei en la sesión del lunes, la respuesta no fue negativa ya que el principal índice japonés despidió la última sesión del mes de agosto con alzas que luego se repitieron también en el resto de plazas de Occidente. Y la razón es que el mercado empieza a descontar que sea quien el próximo primer ministro, traerá consigo una continuidad de la política llevada a cabo por Shinzo Abe que tiene su máximo exponente en el famoso Abenomics.

Política que Paul Brain, director de renta fija de Newton y gestor de carteras de BNY Mellon Global Dynamic Bond Fund resume así: “Deja el legado de su enfoque único en la combinación de la política monetaria y fiscal. Sin las tres flechas de Abenomics (término que hace referencia a sus políticas monetarias), que se centran en la política monetaria agresiva, la consolidación fiscal y la estrategia de crecimiento, es probable que Japón hubiera estado en una posición más difícil que durante su mandato”, afirma.

De ahí que este experto no espere ningún cambio fundamental en el mercado nipón, más teniendo en cuenta que se espera una política de continuidad que, de presentar matices, serán poco significativos. Masaki Taketsume, gestor de renta variable japonesa de Schroders, coindice al prever una continuidad en Japón. “Las próximas elecciones están previstas para octubre de 2021; no obstante, crecen las posibilidades de que se adelanten a otoño de 2020. Esta puede ser una buena oportunidad para que un nuevo líder refresque el gabinete y reenfoque la respuesta a la pandemia. El próximo primer ministro puede traer algunas diferencias en el énfasis de varias reformas estructurales pero en general esperaríamos la continuidad de la política fiscal. La política monetaria del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, también se mantendrá sin cambios”. 

Sin embargo, eso no implica que no se puedan ver periodos de volatilidad a medida que se acerquen las elecciones, como sucede con cualquier cita electoral ya que si bien no se esperan grandes cambios sí hay matices entre los dos políticos que a día de hoy tienen las mayores papeletas para suceder a Abe:  Shigeru Ishiba y Fumio Kishida.

 “Aunque ninguno de ellos sería políticamente revolucionario, Ishiba ha sido más crítico con Abe en el pasado y recientemente fue citado diciendo: "Tenemos que repensar todo sobre Japón... Las acciones no son toda la economía. Necesitamos cambiar el sistema en el que toda la riqueza se acumula con los accionistas y las personas que dirigen las empresas". Dada su postura más populista, no es sorprendente que sea popular, encabezando regularmente las encuestas públicas. Kishida, por el contrario, ha sido moldeado y promovido por el propio Abe, y nunca el cliché anterior será más cierto que si es elegido para tomar el relevo de su mentor político”, explica Dan Carter, gestor de renta variable japonesa de Jupiter Asset Management.

A la falta de que se produzcan esas elecciones, parace que el mercado estará más pendiente de ver cómo evoluciona la pandemia del COVID-19 que de quien ocupará el puesto de primer ministro en Japón y ahí el país tiene una clara ventaja sobre muchos países occidentales. “La partida del Sr. Abe no debería distraer a los inversores de otros factores positivos, como la contención del virus o las mejoras en áreas como la gestión empresarial.   Las empresas japonesas tienen balances sólidos que las dejan en buena posición para capear una crisis mundial”, afirma Taketsume. “ En este contexto, no esperamos que la renuncia de Abe en sí misma tenga un impacto negativo duradero en los negocios de nuestras empresas”, confirman también desde Goldman Sachs AM.

Una idea que también defienden desde M&G Investments  y no solo desde el lado de la renta variable sino también de la renta fija. "Aunque éste es un cambio repentino y probablemente sea el comienzo de un período de transición impulsado por las noticias para los mercados japoneses, en realidad no fue la mayor sorpresa del año. Se trata más bien de una oportunidad para ganar exposición a un mercado con fundamentos relativamente sólidos, con espacio para el apoyo técnico y una reversión media tanto en los mercados de renta variable como en los de renta fija", apuntan desde la gestora.