El mercado de renta fija, a salvo: el efecto Draghi se impondrá a Chipre, según los gestores

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Niccolò Caranti. Flickr. Creative Commons

Las condiciones del rescate a Chipre han hecho saltar las alarmas entre los inversores de países europeos con problemas, entre ellos España. Las comparaciones son inevitables y la posibilidad de que se reproduzcan medidas similares en otros lugares crea cierta volatilidad en los mercados. Pero los gestores y asesores dicen que el modelo aplicado a Chipre no se exportará a economías como Italia o España y se quedará en un aviso a otros países más pequeños como Eslovenia. Por esto, y por el apetito comprador de bancos y fondos de inversión, descartan mayores problemas en los mercados de renta fija, que siguen disfrutando del apoyo del BCE, y apuestan por el valor de la deuda pública española.

Fernando García de la Serrana, director general de Gestifonsa (sociedad gestora del grupo Banco Caminos), relativiza el efecto por el tamaño de Chipre. “Entendemos los movimientos producidos en el bono español dentro de la normalidad. Con anterioridad a la última subasta (el jueves pasado), el bono a 10 años estuvo por encima del 5% y ha oscilado en el rango 4,70%-4,95%, por lo que no vemos contagio”. El bono cerró la sesión con una rentabilidad del 4,95% y la prima de riesgo en 361 puntos básicos. Tampoco cree en ese negativo contagio Ramón Zárate, fundador de la EAFI que lleva su nombre: “El efecto Draghi es más poderoso que el efecto Chipre, al menos mientras el BCE mantenga su discurso”.

Como consecuencia de ese apoyo, el mercado está largo en deuda periférica y eso tranquiliza al asesor, a diferencia de lo que ocurre en bolsa. “Incluso tras las elecciones italianas, salió dinero de otros productos para comprar bonos españoles e italianos, aprovechando el repunte de rentabilidad”, dice, y explica que actualmente la mayoría de firmas financieras y fondos de inversión están comprando tanto deuda pública como corporativa de la periferia. “No hay otros activos que den rentabilidades mayores al 4% con esa red de seguridad”, dice. La historia es distinta en renta variable, afirma, porque los inversores institucionales, como los fondos, no están tan invertidos como en renta fija. El Ibex ayer bajó ayer el 1,8%.

Advertencias

Alberto Matellán, director de estrategia de Inverseguros Gestión, cree también que la contención de los mercados se debe a la fuerte liquidez, pero advierte sobre potenciales problemas a largo plazo. “El movimiento del mercado ha sido escaso hasta ahora por la enorme liquidez y complacencia de los inversores, pero constituye una señal engañosa. Hasta cierto punto Chipre podía considerarse un caso aislado, pero es precisamente la indefinición de las autoridades europeas la que lo ha convertido en sistémico”. Afirma que, por haber dejado crecer un tema que podría haber sido aislado, de continuar podría acabar teniendo impacto en la deuda periférica. 

Para Begoña Castro, fundadora de EAFI homónima, el peligro de contagio sí que existe a menos que el asunto se zanje de forma rápida. Las incertidumbres en Europa hacen que lleve tiempo recomendando a sus clientes estar fuera de la periferia, aunque reconoce que “España ni es Chipre ni es Italia”. “España saldrá de la crisis pero hay oportunidades en otros mercados como los emergentes, más volátiles pero solventes”, dice. 

Comprar deuda española

Con todo, la mayoría descarta un contagio a corto plazo y por eso los gestores son positivos con la deuda de países periféricos como España o Italia. Zárate cree que el bono español a 10 años presenta oportunidades de compra a partir de un 5% de rentabilidad, aunque ve complicado que se llegue a esos niveles por las posiciones largas que hay en el mercado. Una estrategia similar a la de Gestifonsa: “Nuestra estrategia pasa por incrementar posiciones en los repuntes de rentabilidad”, afirma García de la Serrana.

Por debajo de esa cifra, Zárate cree que compensa más comprar deuda corporativa, muy poco afectada por las últimas incertidumbres como las elecciones en Italia o el rescate de Chipre. También, y para arañar algo más de rentabilidad a la deuda pública, apuesta por emisiones avaladas (de entidades como el ICO, FROB o FADE) que cotizan con 20 o 25 puntos básicos más que el Tesoro. Y, con respecto a Italia, niega el sentido de comprar su deuda pública a tires inferiores a las de España, por lo que prefiere ahora la deuda nacional. "Recomendamos mantener España y vender Italia", dicen también en Inverseguros.

Con todo, esa visión no impide que Zárate sea cauto con el euro, que considera sobrevalorado y que sufre en momentos de tensión, y recomiende tener un peso de hasta el 30% en otras divisas, como el dólar estadounidense, el australiano y algunas asiáticas.

Un mensaje peligroso

Los profesionales consideran que la solución que se ha dado a Chipre ha sido desafortunada. “Se ha abierto un melón que no tiene sentido", dice Zárate. “La UE se apoya en la libre circulación de capitales y en la confianza de los depositantes. El problema de Chipre se ha resuelto tocando dos aspectos muy sensibles que hasta ahora no se habían puesto en duda”, afirma García de la Serrana. Aunque cree lógico que el depositante pueda perder si el banco quiebra, Matellán cree que hay un problema de información asimétrica y que, por ello, no puede hacerse de repente: “En Europa se transmitió el mensaje de que los depósitos nunca pierden y eso va en contra de las reglas de prelación. Pero tampoco se puede hacer de forma brusca en momentos de tensión".