“El inversor pide bonos, aunque cree en las acciones”, según una encuesta de Schroders

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Joel Filipe (Unsplash)

"La renta variable será la clase de activo más importante durante los próximos seis meses". Esta es la principal conclusión que se extrae de una encuesta realizada por Schroders a 104 clientes intermediarios procedentes de Europa, Oriente Medio y Latinoamérica que asistieron a una reciente conferencia realizada por la gestora en Londres, en la que el 36% de los participantes señalaron al mercado de acciones cuando se les preguntó sobre sus perspectivas respecto a varias clases de activos y estrategias de inversión, así como sobre sus puntos de vista sobre la Eurozona. 

 

Pese a que la renta variable sigue siendo el mercado más atractivo, cerca de la mitad de los encuestados (46%) cree que la inversión en bonos para conseguir rentas —una estrategia popular para asegurar unas rentabilidades sostenibles— es la mejor forma de abordar el actual contexto de incertidumbre.  

 

En este sentido, un 38% de los encuestados reconoció utilizar convertibles en épocas de incertidumbre económica debido a su potencial de renta y a su menor sensibilidad a la volatilidad del mercado. A pesar de ello, “sólo el 26% indica que los bonos serán el activo más importante para los clientes en los próximos seis meses”, un porcentaje que se sitúa por detrás de los que apuntan a los productos multiactivos (29%). 

 

“Los inversores demandan productos de renta fija que generen rentas y rentabilidades constantes, a pesar de que consideran que la renta variable, que es más volátil pero ofrece un mayor potencial de rentabilidad, será la clase de activo más importante a finales de año”, asegura Peter Beckett, responsable de marketing internacional de Schroders.  

 

“Asimismo, el uso de convertibles podría indicar que los inversores, aunque aún están preocupados por la volatilidad del mercado, tienen más confianza en las perspectivas de Eurozona y el crecimiento mundial durante este año». En este último punto, el estudio revela que sólo seis de cada diez encuestados considera que ningún país abandonará el euro este año.