La recuperación del precio del barril de crudo está reactivando el interés de los inversores por aquellos mercados en los que el ‘oro negro’ tiene una especial relevancia. Este es el caso de Rusia. El Market Vectors Russia, ETF que replica la evolución de la Bolsa rusa, acaba de recibir unos flujos de entrada de 300 millones de dólares en apenas una semana. Algunos inversores estarían aprovechando la caída del 9% que registra el mercado ruso en lo que va de año para tomar posiciones. Esto no es algo nuevo. Rusia es uno de los mercados más volátiles del mundo. En 2008 cayó un 73,6% y al año siguiendo subió un 139,2%.
La extrema volatilidad del mercado de valores ruso se explica en parte por el hecho de que la economía del país depende en gran medida de las exportaciones de petróleo y gas, y su sensibilidad a los fluctuantes precios de la energía. “Creemos que entrar en Rusia es solamente adecuado como inversión satélite para aquellos inversores que sean tolerantes al riesgo”, asegura Patricia Oey, analista de Morningstar. Aunque muchos inversores piensan en Rusia como un jugador muy vinculado al sector energético, son pocos los que se han percatado de que también es un gran mercado de consumo. Unas valoraciones atractivas, políticas reformistas y una clase media cada vez más consumista son los argumentos esgrimidos por muchos gestores para justificar la apuesta por Rusia.