El impacto del Brexit en Estados Unidos: el refugio se pone a prueba

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Estados Unidos

Tras conocerse la decisión de los británicos de salir de la Unión Europea en el referéndum que tuvo lugar en Reino Unido hace una semana, el consenso de analistas, asesores y gestores de inversión comenzaron a mirar hacia Estados Unidos como un refugio temporal idóneo para el patrimonio de sus clientes. Pero, ¿es EE.UU. un refugio solvente con elecciones presidenciales a cuatro meses vista y, sobre todo, en qué medida está desligado del Brexit en estos momentos como para reposicionar las carteras hacia sus distintos mercados?

Para responder a estas preguntas, BBVA Research recientemente ha elaborado un informe en el que da cierta seguridad sobre la inversión en EE.UU. en la actualidad. El ajuste de los mercados financieros estadounidenses parece haberse producido de manera ordenada, lo que “indica que los inversores podrían haber empezado a asimilar los efectos del Brexit antes del referéndum. No obstante”, advierten los expertos del servicio de estudios de BBVA, “no se puede descartar que aumente la volatilidad, dado que hay varios análisis de las consecuencias del Brexit y que el proceso político en torno a la salida es muy incierto, no sólo con respecto a Gran Bretaña, sino también con respecto a lo que podría suceder en otros países y en el propio proceso de integración de la UE”.

Para poner en contexto el impacto que tuvo el Brexit en las bolsas de EE.UU. en un primer momento, el índice Dow Jones sirve de referencia histórica reciente ante otros eventos inesperados. Con el Brexit, cayó un 3,4%, por un 3,6% que retrocedió con la caída del mercado de valores chino o el paso atrás del 4,4% que dio con el colapso de Lehman Brothers al conocerse la noticia. Se observa como a pesar de este ajuste, el nivel de pánico parece ser menor que en ocasiones anteriores.

A juicio de BBVA Research, “la probabilidad de que se produzcan nuevas ventas masivas por el pánico del Brexit podrían disminuir si los gobiernos y los bancos centrales fomentan la confianza y se da más información sobre cómo van a manejar la transición el Reino Unido y la UE. A medida que se suavice el efecto del choque del Brexit, la atención de los mercados volverá a girar en torno a las medidas pendientes de la Fed, la calidad de los datos económicos de EE.UU., las condiciones económicas globales y el proceso electoral de EE.UU.”, prevén sus analistas.

El comercio y el caso del Abenomics

Aunque Reino Unido ha sido siempre un socio importante para EE.UU., el impacto del Brexit sobre los flujos de comercio exterior del país será “modesto”, calculan desde BBVA Research. En 2015, Reino Unido fue el quinto mayor importador de bienes de EE.UU., por detrás de Canadá, México, China y Japón, lo que representó un 5,5% del total de las exportaciones de bienes y servicios de EE.UU. En sentido opuesto, las importaciones de bienes y servicios de EE.UU. procedentes de Reino Unido representaron alrededor de un 4% del total.

Aunque, en teoría, la depreciación de la libra esterlina provocada por el Brexit debería impulsar las exportaciones de Reino Unido y contener sus importaciones, el resultado real puede ser “complicado”. “El efecto de la depreciación del yen durante los años de las políticas abenómicas podrían dar algunas ideas sobre las consecuencias del debilitamiento de la libra esterlina”, justifican los expertos. A pesar del espectacular cambio que se produjo en el valor de la divisa nipona de 2012 a 2013 (el yen se depreció un 12% frente al dólar), los flujos comerciales entre EE.UU. y Japón se mantuvieron “notablemente estables”. De esta forma, y haciendo una analogía, BBVA Research prevé que “dada la gran complejidad de la estructura de entradas y salidas de la economía global, el comercio entre EE.UU. y el Reino Unido se mantendrá estable bajo unos tipos de cambio volátiles”.

Los flujos de capitales, más en entredicho

En términos de flujos de capitales, el impacto del Brexit podría ser más significativo dada la gran importancia de Reino Unido en las finanzas globales. “No obstante”, señalan desde el servicio de estudios de BBVA, “es posible que los efectos no sean muy grandes si la transición se produce de manera ordenada y se mantiene la mayoría de las ventajas financieras”. Los datos de 2015 revelan que los activos de los bancos de Reino Unido sobre EE.UU. representan el 21% del total, mientras que los activos de los bancos de EE.UU. sobre Reino Unido ascienden al 12% de los activos de EE.UU. en el extranjero.