El gran dilema del Banco de Japón

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Estimular o no estimular, he ahí la cuestión. El yen se había apreciado en los días previos a la última reunión del Banco de Japón, en la que se habían puesto grandes expectativas de más estímulos. Sin embargo, la autoridad monetaria optó por la inacción, decepcionando al mercado. En la sesión posterior, el yen siguió fortaleciéndose, y la bolsa registró números rojos. Sin embargo, un vistazo a la evolución del cruce dólar/yen revela que la táctica del BoJ puede estar dando resultado: la divisa se ha depreciado más de un 2% en lo que va del mes de mayo.

“Algunos han visto la pausa de abril como un reconocimiento tácito por parte del banco central de que sus políticas poco convencionales puedan estar cerca de sus límites”, observan desde PIMCO. Con independencia de que sea esta la situación, explican que lo cierto es que “parece que los desafíos que afronta el BoJ están creciendo”, dado que la divisa nipona se ha apreciado un 9,67% (datos a 16 de mayo) en lo que va de año. Eso sí, llegó a subir un 13% contra el dólar.  

La previsión de PIMCO es que el PIB japonés probablemente se sitúe entre el 0,25% y el 0,75% en 2016. “Al ralentizarse el crecimiento chino y disminuir los beneficios de la pasada depreciación del yen, el sector externo seguirá siendo una pequeña carga para la actividad económica”, explican. Además, prevén que la inflación también permanezca muy por debajo del objetivo del 2%, en un rango entre el 0,25% y el 0,75%. “Con este telón de fondo, anticipamos más medidas de estímulo del BoJ durante el año”, concluyen desde la firma americana.

El patrón de comportamiento del yen es clave porque, tal y como explica Archibald Ciganer, gestor de renta variable nipona de T. Rowe Price, “los retornos de la renta variable japonesa se han vuelto cada vez más correlacionados con la debilidad de la divisa”. De esta forma, “la debilidad de la divisa ha impulsado el crecimiento de los beneficios corporativos y, a su vez, ha dado como resultado un rally de alta calidad que ha sido muy importante para el caso de Japón”.

La expectativa de T. Rowe Price sobre el rumbo de las políticas monetarias niponas es que la divisa se vuelva cada vez más impredecible. “Mientras que el yen empezó a subir en su cualidad de activo refugio durante la corrección del mercado de enero, de forma inusual la divisa se reforzó todavía más cuando el BoJ intervino para recortar los tipos de interés hasta terreno negativo, un movimiento que estaba diseñado para debilitar a la divisa. El cambio implica que el sentimiento renovado está guiando la volatilidad actual, junto con los factores fundamentales que podemos analizar”, concluye Ciganer.

“La primera flecha es la reforma fiscal, y la segunda flecha es la acción del Banco de Japón. Sabemos que estas acciones tienen su límite y creemos que este límite está cerca. Si lo alcanzan, la economía deberá ser sostenida por la tercera flecha, pero los datos macro son débiles: el endeudamiento es muy elevado, la población está envejecida y además es muy difícil cambiar la mentalidad deflacionaria que se ha formado en los últimos 20 años”, afirmaba recientemente Keita Kubota, gestor de Aberdeen, en una entrevista reciente con Funds People.

Kubota, gestor del fondo con sello Consistentes Aberdeen Global Japanese Equities, cree que podrían anunciarse medidas nuevas en la antesala a las elecciones de junio, en las que los nipones elegirán a sus representantes en la Cámara Alta de su Parlamento: “De cara a las elecciones, Abe intentará impulsar a la bolsa. Creemos que el Banco de Japón emprenderá algún tipo de acción, porque sus estímulos están muy correlacionados con la renta variable”. Kubota cree que lo más probable es que se anuncie una ampliación del programa de estímulos cuantitativos, probablemente mediante el incremento de adquisiciones de ETF.  

Aumento de las divergencias

La misión de controlar el yen es vital para garantizar la continuidad de uno de los tres pilares de las Abenomics. Pero las decisiones que tome el BoJ de aquí en adelante no sólo van a afectar a la economía nipona y a su propia credibilidad, sino que también pueden tener impacto directo sobre otras partes del mundo al profundizar en las divergencias entre políticas monetarias.

Los expertos de NN Investment Partners indican que los mensajes emitidos por la Fed y el BoJ “crearon fuerzas en cierto modo contrapuestas”. Se refieren a que, por una parte, “la Fed brindó un respaldo en marcha al mercado, haciendo hincapié en que no tiene prisa por subir más los tipos de interés”, mientras que, por otra parte, “el BoJ actuó de lastre al no seguir con sus medidas expansivas”. “La pasividad del BoJ podría perfectamente haber erosionado aún más su ya empañada credibilidad, considerando que ha coincidido con una rebaja de las previsiones de inflación y con la admisión de un sesgo de riesgo más inclinado a la baja a propósito de las perspectivas de inflación, que parecían justificar nuevas bajadas de tipos de interés”, añaden.

Es un punto de vista similar al que ha alcanzado el Comité de Inversiones de Natixis Global AM. En sus conclusiones correspondientes al mes de abril, afirman que “posiblemente Janet Yellen tenga miedo de que las subidas de tipos den como resultado una corrección de la renta variable”. Se fijan en que, dentro del universo de la renta fija, “los bonos ya están poniendo en precio una prima negativa”. “Es más, el status quo del BoJ sobre los tipos de interés y su QE desencadenaron una fuerte subida del yen. Esto, junto con las compras continuadas del BCE, contribuyeron a empujar hacia abajo las rentabilidades a nivel global”, concluyen. El bono nipón a diez años lleva cómodamente instalado en territorio negativo desde el pasado mes de febrero.