El futuro de Londres como centro financiero

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Kamil Molendys, Unsplash

TRIBUNA de Paul Guest, Gunnar Herm y Zachary Gauge, miembros del equipo de real estate de UBS AM

Londres es el principal centro financiero de la Unión Europea, por lo que no resulta sorprendente que los bancos y servicios financieros ubicados en la capital británica sean una de las áreas que podrían verse más afectadas por el Brexit. Ya hemos analizado el impacto del referéndum en el mercado del alquiler pero, además del problema de un inminente exceso de oferta y una caída de la demanda, también debe considerarse el impacto sobre el empleo.

Los servicios financieros y profesionales han sido uno de los sectores de mayor crecimiento en Londres y emplean a unas 730.000 personas. Es probable que la decisión de salir de la Unión Europea lastre la actividad de estos sectores y frene la creación de empleo en todo el Reino Unido, y existe una posibilidad muy real de que muchos empleos se trasladen fuera de Londres. Según algunos informes, Morgan Stanley decidió trasladar a 2000 trabajadores el mismo día del referéndum, aunque el banco de inversión ha negado esas afirmaciones. Otros bancos han reafirmado su compromiso con el Reino Unido de momento y, aunque es probable que se acaben produciendo traslados, la magnitud dependerá del acuerdo que se alcance finalmente con la UE y de cómo se resuelva la cuestión del pasaporte comunitario.

Los más beneficiados de este traslado de trabajadores serán, probablemente, París, Frankfurt y Dublín, que ya cuentan con centros financieros más o menos desarrollados. Cabe recordar que muchas de las instituciones ubicadas en Londres también operan en el mercado británico, por lo que no es probable que las grandes firmas cesen totalmente sus operaciones allí. Aun así, Londres ha perdido gran parte de su atractivo como punto de acceso al dinámico mercado británico y puente al resto de la Unión Europea. Fuera de Londres, los mercados de alquiler más orientados a la actividad interna del Reino Unido se verán menos afectados por el resultado del referéndum, al menos en teoría. Sin embargo, podrían estar más expuestos a la desaceleración económica y al deterioro del sentimiento que esperamos que se produzca en las semanas posteriores a la votación.

Nuestras perspectivas para el crecimiento de los alquileres en los mercados secundarios más débiles ya eran negativas antes del referéndum, sobre todo para el segmento minorista, y teniendo en cuenta que, en estos mercados, los niveles de ocupación suelen requerir una actividad económica más robusta que en el caso de los espacios de mayor calidad de las ubicaciones más demandadas, las perspectivas de crecimiento de los alquileres en estos mercados resultan particularmente negativas.