El estancamiento político impide reformas muy necesarias en Brasil

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Foto cedida

Brasil se encuentra en “territorio de recesión”. El Plan de consolidación fiscal del país tuvo un importante retroceso en julio cuando el ministro de Finanzas, Joaquim Levy, anunció una significativa revisión a la baja de los objetivos de superávit fiscal primario del gobierno. En Agosto, S&P colocó la calificación en moneda extranjera de Brasil en perspectiva negativa. El mes pasado, después de ver el deterioro de la recaudación fiscal, el balance negativo del PIB y la inminente crisis política, S&P anticipó la rebaja de su calificación crediticia, de grado de inversión a basura. Desde el cambio de perspectiva y la bajada de rating, la salida de capitales se intensificó y la moneda se devaluó rápidamente.

Ajuste fiscal vs crisis política

La recesión económica del país se ve agravada por una crisis política. Brasil cuenta con un creciente déficit nominal que debe ser abordado adecuadamente. Sin embargo, el Gobierno no está encontrando apoyo en el Congreso para implementar su plan de ajuste fiscal. El gobierno actual fue elegido a finales de 2014 con la promesa de continuar una política social benevolente mientras que no había fondos para abordarla. Ahora están tratando de promover un ajuste fiscal suave a través del aumentos de impuestos, pero la baja recaudación fiscal y el escaso crecimiento económico exigen un mayor recorte de gastos. Esta postura está generando un gran malestar en el Congreso y los primeros intentos de pasar adelante el paquete fiscal han fracasado.

La oposición pide un juicio político, alegando que el Gobierno violó la ley de responsabilidad fiscal, pero todavía no existe suficiente evidencia o consenso para iniciar un proceso formal en el Congreso. Por lo tanto la oposición está votando deliberadamente contra todas las medidas fiscales propuestas por el Gobierno para debilitarlos y forzar una renuncia. La coalición de Gobierno también se rompe ya que hay una amplia percepción de que no está cumpliendo con el mandato para el que fueron elegidos. Un último intento de la presidenta para recuperar el apoyo del Congreso fue una remodelación ministerial para complacer a sus aliados. Todavía está por verse si este movimiento es suficiente para obtener el apoyo del Congreso. Todo sigue siendo muy frágil, sobre todo cuando la presidenta tiene menos del 10% de aprobación de la población, el PIB se contrae más de un 2,5% este año y es probable que se contraiga en 2016 también, y el desempleo está aumentando rápidamente.

La reciente rebaja de calificación de S&P ejerce una presión sobre el gobierno para que entreguen un plan fiscal de consolidación realista, pero no creemos que estén preparados para ello todavía. Esta situación ha contribuido a traer de vuelta el debate sobre las reformas necesarias en los sistemas fiscales y de pensiones. Sin embargo, ¿cómo se pueden impulsar reformas en este escenario político? En el caso de que no sea posible ni una consolidación fiscal, ni la aprobación de reformas que ayuden a mejorar el déficit fiscal en el largo plazo, otras agencias de crédito podrían degradar el rating de Brasil a basura y en última instancia, más recortes de rating y devaluación de la moneda en 2016. Las tasas de interés es probable que se mantengan en los niveles actuales con el fin de controlar las expectativas de inflación. Como consecuencia de ello seguiremos viendo un bajo nivel de inversiones y una escasa actividad económica, alargando la actual recesión a 2016.

Entorno de liquidez en Brasil

Los mercados financieros de Brasil han visto crecer la volatilidad en los últimos meses con el deterioro de los fundamentos macroeconómicos. La liquidez se ha reducido en los mercados de activos y bonos, las nuevas emisiones de acciones u obligaciones se retrasan mientras las recompras y ofertas públicas han aumentado. El mercado está valorando más la prima de riesgo dada la falta de visibilidad a una solución sostenible a la cuestión fiscal. Sumado a ello la consiguiente rebaja de la calificación, los mercados internacionales de deuda está cerrados para las empresas brasileñas. Existe un temor cada vez mayor para la refinanciación de la deuda externa que algunas empresas brasileñas tienen que hacer en el 2016. Si las corporaciones brasileñas no pueden encontrar crédito internacional, a nivel local no hay suficiente volumen para absorber tales necesidades financieras. Así que si no vemos en el próximo par de meses una solución plausible a la cuestión fiscal, existe el riesgo de una crisis crediticia que afecta a las empresas brasileñas.

Impacto del menor precio de las materias primas en Brasil

Después de haber tocado fondo a principios de verano, los precios del petróleo continuaron su tendencia a la baja de nuevo, ya que los productores norteamericanos todavía están viendo aumentos de la productividad y reducción de sus costes. Todavía no estamos viendo el efecto del menor gasto en el desarrollo del crecimiento de la producción, pero la sensibilidad de la demanda al precio se esta hacienda notar. Otras materias primas económicamente sensibles lo están haciendo peor, especialmente el hierro mostrando debilidad por la escasa demanda china. La caída de los precios de las materias primas han aliviado las presiones inflacionarias en todos los ámbitos, y con un crecimiento económico limitado en la mayoría de las regiones, esto permite que los Bancos Centrales de los países importadores de materias primas puedan mantener una postura de flexibilización.

Brasil se beneficia en la actualidad de los precios del petróleo, ya que es un importador neto, pero dadas sus vastas reservas podría convertirse en un exportador neto en algún momento en el futuro, y los precios del petróleo, claramente inferiores, afectar al valor actual de esas reservas. En cuanto a otras materias primas clave (ex-petróleo), Brasil está entre los países emergentes con la mayor exposición a las exportaciones, siendo afectado negativamente por los bajos precios de las materias primas.