El efecto adictivo de la gestión

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Joel Filipe (Unsplash)

En los últimos años, gurús de la gestión como Bill Miller, George Soros, Bob Doll, y ahora Jim O’Neill, han ocupado los titulares de los grandes tabloides anunciando su retirada de las compañías a las que dedicaron gran parte de su vida profesional, y en las que su talento se hizo célebre. Sin embargo, ya sea porque la adrenalina del mundo de la gestión de activos tiene un efecto adictivo, por pasión hacia la profesión o por el atractivo de los nuevos proyectos que se abren a su paso, casi todos se mantienen vinculados, de una u otra forma, a una industria en la que llegaron a brillar con luz propia. Una droga que se resisten a dejar del todo.

Es el caso de Bob Doll, que el pasado mes de junio anunció su retirada y salida de BlackRock después de 13 años en la compañía, desde que en 1999 se uniera a Merrill Lynch. El que era director gerente ejecutivo y jefe de estrategia de la gestora anunció que abandonaba sus responsabilidades en la firma, traspasando sus labores sobre los fondos BlackRock Large Cap Core Fund, Large Cap Growth Fund y Large Cap Value Fund a Chris Leavy, aunque siguió como asesor hasta noviembre.

Aunque Doll anunció haber tomado la decisión para darse un tiempo libre –“es el momento adecuado para cambiar mis prioridades y dar un paso hacia un nuevo capítulo en mi vida que me permita dedicar más tiempo a mi familia, mi fe y mis intereses filantrópicos”, afirmó–, finalmente no se retiró del mundo de la gestión. Poco después fichó, a finales de noviembre, por la gestora de Chicago Nuveen Asset Management, con 117.000 millones de dólares en activos, en la que ocupa el cargo de estratega de renta variable y es gestor del fondo de bolsa con enfoque de crecimiento de la entidad.

Doll fue una estrella de la gestión a principios de los años 2000, pero su rentabilidad perdió lustre desde que se unió a BlackRock como parte de la adquisición de la unidad de fondos de Merrill Lynch en 2006. Desde 2000 a 2005 su fondo de grandes valores con estrategia de crecimiento perdió el 2,1% frente a caídas en el sector del 27%, según datos de Morningstar. Pero en los pasados años, los tres fondos de BlackRock que ayudaba a gestionar infraponderaron a sus índices. Unos resultados que probablemente están detrás de su decisión de abandonar la gestora y cambiar de compañía.

Víctimas de los mercados

Otro gurú que anunció su retirada, pero que finalmente sólo la hizo parcial y cedió parte de su responsabilidad, es Bill Miller, ex director de inversiones de Legg Mason Capital Management, comparado a menudo con Warren Buffett. El gurú fijó fecha, el 30 de abril de 2012, para abandonar su puesto como responsable de inversiones de la gestora y ceder la gestión de su Value Trust a Sam Peters. También dejó de gestionar el fondo Value Equity domiciliado en Dublín, pero continúa gestionando el Legg Mason Capital Management Opportunity Trust junto a Samantha McLemore y mantiene el cargo de presidente de LMCM. El fondo se disparó el 40,68% el año pasado tras caer el 34,4% en 2011, con una fuerte volatilidad como patrón de los últimos años, pues cayó el 65% en 2008 si bien se recuperó el 84% en 2009.

Miller se hizo famoso por batir la rentabilidad del S&P 500 durante 15 años seguidos entre 1990 y 2005, y ahora lidia con la volatilidad. La gestión con una filosofía de valor y de convicción a largo plazo se ha complicado en unos mercados más volátiles y cortoplacistas, muy sensibles a la política o la macroeconómica más que a los fundamentales, aunque ese aspecto puede cambiar si la situación se estabiliza, según los expertos. De hecho, la incertidumbre de los mercados, que logró ensombrecer los hitos logrados por los grandes gurús en décadas, podría estar detrás de algunas de las retiradas y del deseo de reducir la responsabilidad.

En el caso del mítico inversor de hedge fund de origen húngaro George Soros, la nueva regulación más exigente de los hedge funds pudo ser la causa que le llevó hace más de un año a renunciar a la gestión de patrimonios de clientes externos para centrarse en la gestión del capital propio y de su familia, decisión que vino acompañada del cierre de algunos de sus fondos.

El fundador del fondo Quantum se hizo famoso en 1992, cuando apostó 10.000 millones de dólares a que libra esterlina se devaluaría y consiguió expulsarla del sistema monetario europeo y embolsarse 1.000 millones en un solo día, hazaña que le valió el apodo de "el hombre que rompió el Banco de Inglaterra". El multimillonario, filósofo-financiero de izquierdas que postula la reforma del capitalismo, es muy crítico con el sistema que le ha hecho rico y dedica actualmente sus esfuerzos a la filantropía y a participar en foros de economía.

Vuelta a la arena

Otro de los que anunció su retirada y volvió después al ruedo fue Anthony Bolton, que dejó de gestionar el Special Situations Fund de Fidelity para retirarse en el año 2000, con 57 años, tras lograr una rentabilidad anualizada cercana al 20% entre 1979 y 2007, periodo en el que estuvo al frente del fondo. Pero a principios de 2010, el potencial de la historia china le hizo volver de la playa y retrasar su jubilación para gestionar el Fidelity China Special Situations Investment Trust.

Capítulo abierto

La retirada de Jim O’Neill de Goldman Sachs Asset Management tras 20 años en la gestora es el anuncio más reciente, pero eso no quiere decir que se desligue por completo del mundo de la economía. El presidente de GSAM ha anunciado que dejará la presidencia de la gestora a finales de este año, puesto que ocupa desde su nombramiento en el año 2010 pero, a sus 55 años, no tiene decidido qué hará cuando abandone definitivamente la entidad.

El que acuñó el término BRIC (para referirse a las economías emergentes de Brasil, Rusia, India y China) y, más recientemente, la nomenclatura Next-11 (países que considera tienen un mayor potencial de crecimiento para los próximos años) podría tener otras metas en mente. El Sunday Times publicaba hace un año que el presidente de GSAM podría suceder a Marvin King al frente del Banco de Inglaterra. Marvin King se retira en junio de 2013 y aunque el Gobierno británico afirmaba entonces que la búsqueda del sucesor de King se iniciaría más adelante en el año, según el Sunday Times O'Neill fue contactado para este puesto.