El dragón tiene hambre

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Joel Filipe (Unsplash)

No sé si recordarán el gran evento que supuso la subasta de la EXCEPCIONAL colección de arte del fallecido modisto francés Yves Saint Laurent y de su compañero, Pierre Bergé. Christie´s París habilitó el Gran Palais para el acontecimiento en febrero de 2009. Francia soñó brevemente con mantenerse, gracias a la mayor subasta proveniente de una colección privada de la historia, en el tercer puesto del mercado mundial del arte, por detrás de EEUU y Gran Bretaña. Pero los sueños, sueños son.

Durante el “annus horribilis” de 2009, cuando el mercado global de arte se hundió por más de un tercio hasta los 31.000 millones de euros -comparado con su punto álgido, dos años antes, de 48.100 millones- tan sólo el mercado de arte chino creció, y mucho, hasta alcanzar un share del 14% del pastel mundial. Francia no pudo, a pesar de monsieur Yves. El gran dragón había despertado con hambre de arte.

En 2009, según Hurun Rich List, China fue uno de los pocos países que vio aumentar su lista de dólar-billonarios. Cuando en el resto del mundo ocurría lo contrario. Se creó entonces una autopista de una sola vía por la que el arte asiático cambió de lugar: coleccionistas “broken” de Gran Bretaña, EEUU o Francia vendieron sus tesoros orientales a los “deep new pockets” chinos.

Pero esta sed tenía otros alicientes. Desde 1949 y especialmente tras la Revolución Cultural de 1965-68, poseer, heredar o intercambiar obras de arte pre-comunistas estaba prohibido en China. Pero tras cierto aperturismo de Deng Xiaoping, los coleccionistas chinos comenzaron a adquirir arte en subastas o a través de dealers, siguiendo la estela de los compradores japoneses que dominaron el mercado en los 70 y, más tarde, de los coleccionistas taiwaneses y de Hong Kong. Y es que, como recuerda en el vecino blog Macro Man, at the end of the day la política manda.

Es el gobierno chino el que está fomentando lo que considera una repatriación natural de tesoros nacionales que voló a lo largo del siglo XIX y principios del XX. Hay una gran sed no sólo privada, sino gubernamental, y animada desde el partido, por cualquier cosa que conecte a la moderna china con las glorias del pasado imperial. Es más, el arte chino es uno de los temas sensibles de la política de Beijing y ha dado lugar a historias controvertidas. Les cuento una de las más sonadas.

Retomamos la subasta de la colección Yves Saint Laurent- Pierre Berge. Christie´s colgó en su web, con antelación a los tres días de frenética venta, los catálogos de los lotes en venta. No sé si logré verlos todos, porque aquello era un no acabar de piezas magníficas: mobiliario, pintura, escultura, tapices… de cualquier fecha y estilo. 733 ítems. Pero nuestro interés apunta a dos esculturas de bronce, dos cabezas de conejo y rata que, atrás en el tiempo, formaron parte de una serie de 12 cabezas zodiacales que conformaban una fuente del Antiguo Palacio de Verano. El jardín fue destruido y las dos piezas fueron parte del botín de las tropas británicas y francesas en las Guerras del Opio en 1860. Muchísimo tiempo después, Yves Saint Laurent las adquirió con todas las de la ley.

El gobierno chino intentó legalmente detener la subasta de las esculturas y, como no pudo, mostró su disgusto ante lo que consideraba una ofensa nacional. Igualmente esperaba que ningún coleccionista chino apostara por ellas. Sin embargo, fue el industrial chino Cai Mingchao el que, por 32 millones de euros, se adjudicó el lote. Pero al día siguiente llegó la sorpresa: Mingchao anunció públicamente que no pagaría, puesto que esas piezas debían ser devueltas al legítimo dueño, a China, añadiendo que su acción respondía a “su responsabilidad [como buen ciudadano chino]”. De manera que Christie´s devolvió, sin hacer ruido, el lote a monsieur Bergé, quién supongo las tendrá a buen recaudo.

El partido chino tiene uno de sus departamentos, el llamado Poly Group, dedicado a buscar por todo el mundo, catalogar y hacer todo lo posible por recuperar piezas de arte que considera fueron expoliadas a China. Busco la página oficial del Poly Art Museum, en Beijing. Les traduzco:

“El objetivo del museo es exponer la cultura y el arte nacionales, y rescatar y proteger las reliquias culturales chinas perdidas más allá de nuestras fronteras (…) La mayor parte de lo exhibido en el museo ha sido recuperado del exterior. En mayo del 2000, el Poly Group logró rescatar tres tesoros nacionales: los bronces cabeza de vaca, mono y tigre. Piezas que nos fueron robadas por potencias occidentales más de 100 años atrás. La labor de rescate ganó aprobación y soporte, tanto en China como en el extranjero, y llenó de patriotismo al pueblo chino”.

En Beijing hoy día se exponen dos réplicas de las cabezas de bronce… ¿hasta cuándo? Es decir, cuidado si poseen o si desean adquirir algún considerado tesoro nacional chino. Máxime si no tienen amigos en el Poly Group. El dragón tiene hambre, mucho dinero, está bien organizado y decidido a ir a por todas.

Hasta la próxima. 再见,zài jiàn!