"El dólar aún se debilitará más frente a otras divisas"

Insight Investments es una de las gestoras independientes de BNY Mellon. Especializada en retorno absoluto (además de gestión de riesgo de pasivos, gestión activa de renta fija y productos multiactivo), cuenta con 200.000 millones de euros en activos bajo gestión y ya son cuatro sus fondos registrados en España con esta filosofía, con distintos perfiles de riesgo y respectivos benchmarks de liquidez. Estos fondos de retorno absoluto están gozando de un creciente interés por parte de los inversores que, según explica Sasha Evers, director general de la sucursal en España de BNY Mellon AM, los utilizan para diversificar sus carteras y reducir la volatilidad.

 

Además de un fondo de renta variable británica de mercado neutral (Absolute Insight UK Market Neutral), uno de deuda emergente (AI Emerging Market Debt) y un tercero de crédito (AI Credit), la oferta de Insight en España se completa con el Absolute Insight Currency Fund, atractivo por sus bajas correlaciones con otras clases de activos y el alfa que genera incluso en momentos complicados de mercado, pues la gestora considera que hay “considerables oportunidades disponibles” en los mercados de divisas durante los próximos años. Y también por la gran liquidez del mercado de divisas. El fondo fue lanzado en febrero de 2007 pero su versión no UCITS, domiciliada en las islas Caimán, se remonta a 2005. Desde su lanzamiento ofrece retornos anualizados del 4,5% con una volatilidad del 5%, controlada a través de la diversificación.

 

Entre las actuales apuestas de Dale Thomas, su gestor, está el debilitamiento del dólar frente a otras divisas, incluido el euro, razón por la que sobreponderan en cartera la divisa europea frente a la estadounidense. “El crecimiento de EEUU es razonable pero la Fed está comprometida con políticas de relajación monetaria que han llevado los tipos de interés por debajo de los del Viejo Continente, además de sus programas de compra de bonos”, menciona el experto. Una política que impulsa el crecimiento en el país y los retornos de los inversores en el exterior. Con todo, Thomas considera que el dólar aún puede considerarse un activo refugio. “La economía global se está recuperando de la recesión que ha estado muy cerca en EEUU y afecta a Europa, lo que hace que el atractivo de los activos refugio, como los bonos del Tesoro, esté cayendo. Pero estamos en una mejor posición incluso en Europa, aunque la clave es cuándo los mercados financieros empezarán a descontar la situación”, comenta.

 

En este contexto de recuperación económica, confía en la historia de largo plazo de depreciación del yen, pero a corto plazo las posiciones son cortas debido a que aún está caro. “Su superávit por cuenta corriente y la llegada de flujos de fuera ante los mayores tipos de interés del país frente a lo que ocurre en el resto del mundo hacen que los retornos de los activos de renta fija sean bajos. El yen ha estado apreciándose durante los últimos cinco años aunque esto cambiará cuando el superávit empiece a caer”, afirma. Con respecto al franco suizo, lo infrapondera porque cree que se debilitará, en la medida en que Suiza necesita cumplir sus objetivos inflacionistas.

 

Con respecto a las divisas emergentes, considera que la situación es muy diversa. Por un lado, en Latinoamérica, los bancos centrales están recortando los tipos de interés con la excepción de Brasil, mientras en Asia, las políticas laxas podrían llegar a su fin debido a que los problemas inflacionistas “podrían volver muy rápidamente”. Con todo, los estímulos del gobierno chino ante la desaceleración económica tampoco permitirán a la divisa una fuerte apreciación. “No hay riesgo de vuelta de la inflación a medio y corto plazo pero los mercados emergentes pueden volver a tener este problema en algún momento, debido al peso en la inflación de alimentos y energía”, explica Thomas, añadiendo que en algunos países, y ante el escaso desarrollo de los mercados financieros, el objetivo de inflación no está claro y los bancos centrales han de decidir cómo equilibrar inflación y crecimiento. Por el momento, en su cartera hay muy pocas posiciones en divisas de los grandes países emergentes, sólo los que puede analizar, como Brasil, México o Suráfrica, pues de esta región se deriva un mayor riesgo.

 

“El área gravitativa del fondo son el dólar, el euro y el yen, las divisas frente a las que se analizan las demás”, explica. De ahí que se tomen posiciones en las principales divisas y luego otras apuestas de valor relativo. Por ejemplo, entre las que le gustan están algunas relacionadas con las materias primas, por las que apuesta en términos relativos, como dólar australiano frente a real brasileño. También sobrepondera peso mexicano frente al dólar australiano. Las posiciones se toman a través de contratos de futuros y opciones.

 

El proceso de inversión de su fondo se basa en tres pasos: el llamado “opportunity set”, en el que se analiza cualquier potencial posición (siempre en divisas líquidas); el filtro cíclico, en el que se analiza el estado del ciclo en el que se encuentran las economía y factores de oferta y demanda; y el timing de mercado, en el que vigilan las tendencias, el momentum y el sentimiento. En esta última fase trata de aprovechar la volatilidad que existe, al margen de la tendencia de una divisa, debido al ruido de mercado, analizando la acumulación (tendencia en precio, momentum y compras observables), confirmación (tendencia en inter-mercados) y riesgo de reversión. El gestor tiene una visión de medio plazo, de entre 3 y 6 meses