“El crecimiento del norte de Europa compensa la debilidad de los periféricos”

“Creo que es un buen momento para invertir en acciones europeas”, señala Stormont. “No solo el norte de Europa está creciendo a un ritmo espectacular, con lo que está siendo capaz de tirar de los países periféricos y sus problemas, sino que existen una serie de compañías con excelentes fundamentales, buen crecimiento de beneficios y un porcentaje muy importante de sus ventas que se generan fuera de Europa, en regiones como Norteamérica o países emergentes que les proporcionan crecimiento y buenos márgenes”, añade.

El fondo que cogestiona Stormont, junto a Tim Stevenson, director del equipo que se completa con tres gestores más y un especialista de inversiones, se caracteriza por la selección de empresas de alta calidad, estables, consistentes que sean capaces de ofrecer retornos crecientes a los inversores a través del crecimiento de beneficios complementada por la rentabilidad por dividendo. Si hay una característica que predomina en las empresas que componen el fondo, es la calidad, que se antepone a la valoración. “Inditex es el ejemplo perfecto de una compañía que cumple con todos nuestros criterios de selección” explica Stormont. “No está barata, pero lleva en la cartera del fondo desde la salida a bolsa de la empresa, en 2001. A pesar de que el 40% de las ventas de la matriz de Zara se produzcan en un país con problemas de crecimiento, como España, un 30% provienen de mercados emergentes, y este porcentaje crece cada trimestre. Si la empresa atraviesa por dificultades coyunturales, como la presión en márgenes que supone el incremento en el precio del algodón, podríamos plantearnos reducir la posición, pero no nos vamos a salir de una compañía cuyo principal ‘problema’ es contar con una posición neta de caja de 3.500 millones de euros. Si deciden repartirlo como dividendo extraordinario, bienvenido sea.”

Esta búsqueda de la calidad ha llevado al fondo a estar muy infraponderado en el sector financiero, algo que ha jugado a su favor durante 2008, pero llevó al fondo a perderse parte de la recuperación en 2009, aunque en 2010 volvió a batir al índice. Los primeros meses de 2011 también están siendo complicados. “La estabilización en las perspectivas de la unión monetaria en Europa unida a la subida de tipos de interés en China han generado un rebalanceo sectorial que juega en contra de nuestra cartera, sobrepoderada en el sector industrial e infraponderada en bancos”, comenta Stormont. “Es el momento de plantearnos si tenemos que añadir peso en bancos, o si se siguen manteniendo las incertidumbres que nos han alejado del sector durante los últimos años: baja calidad de activos, derating, necesidades de capital, extensión de las ayudas de 440.000 millones de euros otorgadas al sector, etc. Creo que sigue habiendo demasiados interrogantes sobre la mesa para tomar una decisión precipitada. La dimisión de Alex Weber no ha hecho más que incrementar la incertidumbre sobre el futuro del BCE, pieza clave en este asunto. Por el momento, seguimos fieles a nuestras convicciones. En general los bancos europeos son instituciones arriesgadas y con pocas ventajas competitivas. Sin embargo existen bancos interesantes, como Societé Generale en el que hemos entrado recientemente, con exposición emergente sólida y uno de los ratios de capital más solventes de Europa. Pero vamos a seguir huyendo de historias puramente periféricas en el sector y esperaremos a final de marzo para ver como se desarrollan las reuniones multilaterales para redefinir las medidas qué deberán evitar otra crisis de deuda como la del pasado año así como el futuro del plan de rescate europeo.”

En cuanto a los cambios políticos que están afectando al norte de África y a Oriente Medio, Stormont explica que “la exposición directa de las empresas que tenemos en cartera a los países afectados, es por el momento muy limitada, y no nos preocupa en exceso. Lafarge ha tenido que cerrar de forma temporal sus operaciones en Egipto y tiene un 20% de sus ventas en la región, mientras Vodafone está también expuesto, en especial a través de sus operaciones en Egipto. Lo preocupante sería que esta situación derive en un shock de oferta en el mercado energético”, concluye.