El caso del consumo chino, bajo la lupa

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Rose Nunes, Flickr, Creative Commons

La temática de inversión basada en la mejora del consumo en los países emergentes de la mano de la mejora del poder adquisitivo y el incremento de las clases medias ha sido una de las más populares entre las estrategias de renta variable emergente en los últimos años. Ahora bien, ¿sigue siendo válida para el caso concreto de China? Este país decepcionó el año pasado, al publicar unas cifras más débiles de lo previsto por el consenso y comportarse los valores de los sectores de consumo básico y discrecional que cotizan en el MSCI China peor que la media del mercado (cedieron un 7% y un 19,1%, respectivamente). A esto se le debe añadir que China publicó en 2014 las cifras de crecimiento más bajas de la última década, y que su objetivo para 2015 ha descendido hasta el 7%. 

A pesar de estas perspectivas Paul Chan, director de inversiones para Asia sin Japón de Invesco AM, afirma: “Tenemos confianza en que los consumidores serán una importante fuente de crecimiento futuro, según avance la transformación estructural de la economía china”. 

El papel de las medidas anti corrupción

Chan comienza su análisis tomando como referencia las reformas estructurales que han tenido mayor protagonismo hasta ahora en el país, las dedicadas a la lucha contra la corrupción. Indica que, como reflejo del esfuerzo gubernamental por reprimir estas prácticas de malversación, en 2014 se resintió la demanda de bienes de lujo (joyas, automóviles o productos en general de las marcas de lujo). Un caso notable es el de las tarjetas-regalo, que suelen ser muy utilizadas en épocas festivas: la tasa de consumo se redujo un 20% el segundo semestre de 2014. 

“Parece claro que la campaña anti-corrupción ha penalizado las ventas de consumo en China en 2014. Sin embargo, creemos que el impacto de esta campaña será temporal, reduciendo su impacto en 2015 gracias a la comparativa anual, lo que se traducirá en un mayor incremento para algunos bienes”, explica el director de inversiones para Asia ex Japón. Éste va todavía más lejos, al predecir que “el beneficio a largo plazo será un impulso del crecimiento que reflejará mejor el potencial subyacente de la economía”. 

Salud y consumo

Chan dedica parte de su análisis a estudiar los efectos indirectos de las reformas sobre el consumo. Entre las que considera más relevantes figura la pretensión de mejorar la cobertura de los servicios sanitarios y la seguridad social para que alcance a una proporción mayor de la población: “Si aumenta la sensación de seguridad, los hogares tienden a gastar más. Por ejemplo, con la última reforma social, los empleadores tienen que hacer la misma contribución a la seguridad social por los inmigrantes que por los trabajadores locales. Además, los trabajadores también pueden cambiar entre la pensión básica y un programa corporativo de pensiones, lo que les da una mayor flexibilidad para cambiar de trabajo sin perder sus derechos acumulados”, indica por una parte. 

En lo referente a la mejora de la asistencia sanitaria, señala en primer lugar que “la inversión en hospitales privados puede ser ya efectuada tanto por empresas privadas como por extranjeras, lo que debería redundar en una mejora de la calidad de los hospitales públicos y privados, dada la creciente competencia”. Considera que los consumidores también van a poder beneficiarse de la expansión de la cobertura de los seguros médicos, para poder incluir hospitales públicos y privados. “Vemos fuertes vínculos entre la seguridad social y el consumo y creemos que la mejora de la primera debería generar una mayor tendencia al gasto entre los consumidores”, declara Chan para concluir este punto. 

Cambio de las tendencias de consumo entre los chinos

Chan no tiene en cuenta para su análisis sobre ventas domésticas el consumo de los turistas chinos en el extranjero, debido a la fortaleza que sigue presentando el renmimbi principalmente frente al euro y el yen. Dicho esto, observa de todas formas muchas oportunidades de que el consumo interno crezca gracias al deseo de cada vez más chinos de viajar al exterior, gracias a los gastos derivados del turismo, el equipaje y medios de transporte (aeropuertos y trenes). 

El comercio electrónico es otra de las tendencias que están ganando más aceptación entre la población de este país asiático: si suponía un 2,1% de las ventas totales en 2009, en 2013 se incrementó hasta el 7,9%. “Este saldo del comercio electrónico refleja un claro cambio de las preferencias de compra y el estilo de vida de los consumidores chinos. Aunque es cierto que puede castigar a las tiendas físicas y otros minoristas, es sin duda un canal alternativo para el crecimiento del consumo”, sentencia el experto de Invesco. 

¿Qué valores encierran más oportunidades?

Para resumir todo lo expuesto hasta ahora, desde Invesco prevén que se suavice a lo largo de 2015 el impacto negativo de las medidas anticorrupción, y que otras reformas estructurales empiecen a generar beneficios que se puedan trasladar a los consumidores. “Aunque a corto plazo todavía quedan obstáculos por la incertidumbre que rodea a la economía global y por el colapso de los precios de las materias primas, estamos convencidos de que el consumo repuntará en China”, insiste Chan. En su opinión, el cambio en las pautas de consumo va a causar una profunda división entre ganadores y perdedores que obliga por tanto a los gestores a esmerarse con su labor de stock picking. “El remedio será llevar a cabo una selección de valores muy rigurosa basada en el análisis bottom-up, escogiendo compañías de calidad y con ventajas competitivas en el abanico de oportunidades de crecimiento que ya existe”, señala el experto.

Como colofón al análisis, Paul Chan da pistas sobre uno de los sectores de la renta variable china qué más interesa ahora a la firma que representa: el bancario, beneficiado por las medidas para atajar la expansión del shadow banking. “Aunque los bancos necesitan incrementar las provisiones a corto plazo por los créditos heredados, el positivo crecimiento de los beneficios y la mejora del perfil de riesgo de los bancos chinos apoyan la mejora de nuestra visión”, declara. Añade asimismo que “dada la reducción del riesgo de morosidad y al entorno de financiación más asequible tras el cambio de política del Banco Central de China, creemos que los fundamentales del sector financiero chino han mejorado”.