El camino elegido por Schroders para sortear con éxito el difícil entorno en renta fija

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Foto cedida

¿Qué recorrido le queda a la renta fija global? La respuesta a esa pregunta es que, tras el fuerte rally registrado por el activo durante los últimos años (2014 incluido) el potencial es escaso, lo cual no significa que en el mercado no existan oportunidades. “No se puede gestionar la renta fija de la misma forma que se ha gestionado durante los últimos 40 años. El entorno es totalmente diferente. Encontrar las oportunidades se ha vuelto más difícil. Esto no quiere decir que haya que olvidarse de este mercado, sino afinar el método. La clave para salir airoso estará en aplicar las estrategias adecuadas”, asegura Alan Cauberghs, director de inversiones de renta fija de Schroders, en una reciente presentación celebrada en Madrid.

Cauberghs reconoce que las estrategias de ‘buy & hold’ han dado un buen resultado durante los últimos años como consecuencia de la política monetaria emprendida por los bancos centrales en todo el mundo. Pero eso se acabó. “La estrategia de sentarse sobre el bono no va a funcionar. Tampoco la de gestionar pensando en qué segmento de mercado (high yield, investment grade, deuda emergente…) lo hace tradicionalmente mejor en un periodo de subida de tipos. En el escenario actual, esta estrategia puede resultar muy peligrosa. La aproximación al mercado debe de hacerse de manera diferente”. Una de las soluciones que propone el experto para salir airoso del actual entorno de mercado es optar por seguir una filosofía orientada a la búsqueda de ‘temas de inversión’.

Es la que sigue el Schroder ISF Strategic Bond, producto de renta fija global gestionado por Bob Jolly cuyo objetivo es generar una rentabilidad de Libor + 4% anual bruto durante un ciclo de mercado. Es un fondo flexible, como demuestra que la duración pueda oscilar entre los -3 años y los 7,5 años. Actualmente es de -2,5 años. La construcción de la cartera pasa por seguir una estrategia basada en distintos temas de inversión. “Analizamos hacia dónde va el mundo y, a partir de ahí, construimos las posiciones”. Las ideas de inversión pueden surgir tanto desde un análisis top down como bottom up. “Identificando las temáticas puedes evitar la direccionalidad y generar alfa”.

Una de ellas parte de la premisa de que la economía de Estados Unidos se comportará mejor que la europea, hipótesis que se ve reforzada por la corrección que está experimentando el precio del crudo, lo que –en opinión de Cauberghs- será un factor que contribuirá a impulsar la actividad al otro lado del Atlántico. Esto les conduce a pensar que el dólar se apreciará frente al euro y también frente a otras divisas. En consecuencia, la apuesta es mantener posiciones largas sobre el dólar y cortas sobre el euro. En lo que respecta al mercado de renta fija, sin embargo, la estrategia es justo la contraria: mantienen posiciones cortas sobre deuda estadounidense (sobre todo en la parte corta de la curva) y largas en bonos europeos.

En Europa, por ejemplo, en el equipo consideran que los pobres datos de crecimiento y, más aún, la amenaza de deflación será un factor determinante que obligará al BCE a actuar. Pero no a través del plan anunciado por Mario Draghi de compra de ABS, sino a través de un programa más extenso de compra de títulos de deuda pública de países como España, Italia o Francia. Ese factor, unido al hecho de que algunos países como España han efectuado un gran esfuerzo en reformar su economía para hacerla más competitiva, les empuja a abrir posiciones largas en deuda pública periférica. En Japón, donde hasta el mes de mayo mantenían posiciones cortas sobre el yen, creen que su divisa ejercerá como refugio en el corto plazo.

La demografía juega otro papel muy importante a la hora de construir temáticas. Japón es, junto con Alemania e Italia, uno de los países con una población más envejecida, lo que para Schroders genera otra importante temática. “Necesitarán activos generadores de rentas. En 2030 habrá 34 países en esta situación, lo que hará que la demanda de bonos continúe siendo fuerte en el futuro”. En emergentes, Cauberghs considera que la diferenciación será clave. “En este universo, seguir una estrategia global es aún más importante para localizar las oportunidades”. Actualmente, sus principales apuestas son México, India, Perú, Indonesia y Brasil, país este último en el que ven oportunidades en deuda emitida a corto plazo en moneda local.

Son solo varios ejemplos de las distintas temáticas de inversión que les ayudan en su tarea de construir posiciones que, según explica, presentan una baja correlación entre sí. “Al no tener ningún tipo de sesgo direccional, esta estrategia nos permite encontrar fuentes de alfa construyendo posiciones allí donde el equipo entiende que existe una oportunidad, aplicando un enfoque independiente al entorno del mercado y la dirección de los tipos de interés y diferenciales de crédito. Otra de sus características es la importante diversificación, tanto en lo referente al estilo, la asignación geográfica o el horizonte temporal”, explica Cauberghs. En los últimos 12 meses, la rentabilidad del 4,3% y a tres años anualizada del 4,7%.

La estrategia europea

La segunda estrategia que defienden en la firma es la gestionada por Patrick Vogel, quien además de ser el responsable del Schroder ISF Euro Corporate Bond es director de crédito europeo de la entidad. En este caso, se trata de un producto que invierte fundamentalmente en bonos corporativos con grado de inversión europeos. “En esta clase de activo todavía existen oportunidades de inversión. En la eurozona, los tipos de interés van a permanecer bajos por mucho tiempo y las políticas monetarias introducidas por el BCE hará que el riesgo de default sea mínimo”, asegura. Al igual que el Schroder ISF Strategic Bond, este producto busca generar fuentes de alfa con una baja correlación. El fondo ha batido al índice a uno, tres, cinco y diez años. Creado en el año 2000, cuenta con 4.600 millones de euros en activos bajo gestión.