El banco de niebla de DWS

Las razones por las que turbulencias de los mercados no han tenido un mayor impacto en la economía real hasta el momento son las lecciones aprendidas de la crisis financiera de 2008/2009. 

La yuxtaposición de los datos económicos de 2008 y 2011 muestra las diferencias: en el período comprendido entre enero y agosto de 2008, la producción industrial en los EE.UU. se redujo, el empleo disminuyó, y la producción industrial se estancó en Europa. El panorama es muy diferente en 2011: la producción industrial de Estados Unidos aumentó, la situación en el mercado laboral se alivió, y la producción industrial en Europa también registró una ganancia más fuerte.

Los países periféricos del viejo continente tendrán que luchar con sus decrecientes economías, pero en DWS creen que el crecimiento en Alemania, Francia y Estados Unidos, tan solo se debilitará.

Continúa la volatilidad en los mercados, pero sin recesión. A este escenario, DWS le da una probabilidad del 60%, aunque admite que existe un 30% de un escenario mucho más negativo.

Las próximas semanas serán decisivas para los líderes políticos en Europa y para una solución de la crisis de deuda. Las causas subyacentes de las turbulencias no han sido eliminadas. Europa necesita cambios fundamentales en la forma en la que se establece el euro, que no pueden llevarse a cabo en tan sólo unas semanas. Entretanto, habrá períodos de calma, que coincide cuando los políticos se han visto obligados a reaccionar.

El siguiente tema importante que influirá fuertemente es:  "Recesión: ¿si o no?", y si es posible una recapitalización del sector bancario.

Fuera de los acontecimientos actuales y el posicionamiento táctico de corto plazo (3 a 6 meses), los temas a largo plazo y las tendencias siguen siendo válidas. DWS tiene esto en cuenta en sus asignaciones de activos. Sus puntos clave son:

  • Las tendencias en infraestructura y  agricultura permanecen intactas.
  • A pesar de las primeras alzas en las tasas de interés, el mundo tendrá que vivir con un nivel históricamente bajo de las tipos.
  • Los mercados emergentes seguirán siendo el motor esencial de la economía mundial e incluso su contribución tenderá a ampliarse gradualmente.
  • El potencial de crecimiento en las economías desarrolladas seguirá siendo moderado.
  • En los próximos años, el problema del exceso de capacidad se desarrollará en algunos países industrializados.
  • Las materias primas no deberían faltar en una cartera bien diversificada.

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