El AVE de Arabia: escaparate de la marca ESPAÑA

Hace poco más de dos años el consorcio hispano saudí Al Shoula ganaba la adjudicación de un contrato en Arabia Saudía valorado en 6.736 Mn€ (equivalentes al 0,6% del PIB español) consistente en el suministro de 35 trenes y la construcción y mantenimiento durante 12 años de la línea férrea entre las ciudades de La Meca y Medina.

Dicha adjudicación fue especialmente significativa por varios motivos: en primer lugar por ser el mayor contrato logrado por empresas españolas en el exterior, en segundo lugar porque el consorcio cuenta con un 88% de capital español y un 12% de capital saudí, y en tercer lugar porque la intervención directa de S.M.R.  D. Juan Carlos fue decisiva para que los saudíes optaran por nosotros en lugar de elegir a un consorcio francés

Entre los socios españoles participantes en dicho consorcio adjudicatario se encuentran las empresas públicas Adif, Renfe, Ineco y otras compañías como Indra, OHL, Consultrans, Copasa, Imathia, Cobra, Dimetronic, Inabensa y Talgo.

Dicha adjudicación reconoció que la Alta Velocidad Española es un modelo exportable a otros países y mercados,  y que las empresas españolas participantes son líderes mundiales en la construcción de infraestructuras.

El proyecto se desarrolla en dos fases: una 1ª de construcción del trazado de la línea que durará hasta diciembre de 2016, y otra de posterior explotación de la infraestructura construida por un período de 12 años. En julio de 2013 las empresas ya empezaron a trabajar sobre los 100 primeros kilómetros del trazado.

La imagen de España como país solvente, sólido y capaz de exportar nuestros servicios y acometer proyectos internacionales se está viendo ensombrecido por diferencias entre las empresas españolas participantes sobre cuestiones de ejecución técnica y de adaptación. Eso está haciendo que los costes  se eleven por encima de los presupuestados.

No es casualidad que sobre la base del sobrecoste a asumir por el consorcio adjudicatario, OHL -que se encargará fundamentalmente de obras de mantenimiento- haya protestado, ya que reduce la rentabilidad global del proyecto.

OHL ha amenazado con ir a los tribunales para preservar sus legítimos intereses frente al resto de socios. Sólo el diálogo con algunos directivos de las empresas públicas españolas participantes –al igual que OHL- en el proyecto ha evitado –por el momento- la reclamación de OHL en la vía judicial.

Las autoridades saudíes se muestran inquietas acerca de cómo una pelea interna entre los socios españoles del proyecto puede afectar al calendario de desarrollo y a su ejecución sobre el terreno. También han mostrado su negativa a elevar la cifra de licitación para asumir esos mayores costes.

En este caso está en juego algo más que un proyecto millonario. Está en juego la marca España. En este sentido y según el informe presentado recientemente por Brand Finance la marca España ha pasado en el último año del puesto 13 al 18 entre las más valoradas y ha perdido un 20% de su valor hasta situarse en un valor global de 725.000 Mn$.

El papel de mediación entre saudíes y empresas españolas que tendrá la Ministra de Fomento Dª Ana Pastor será clave en la resolución de esta controversia. Debe conjugar los intereses legítimos de las empresas españolas, los de la Marca España y casarlos con los de los saudíes. La tarea no es sencilla, aunque seguro que lo resolverá con su habitual eficacia