El acuerdo entre Occidente y Teherán lo cambia todo: factores que hay que vigilar a medida que Irán incrementa las exportaciones de energía

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London Commodity Markets, Flickr, Creative Commons

El histórico acuerdo nuclear alcanzado entre Occidente e Irán podría tener importantes efectos sobre la economía y los mercados. Y todo porque el acuerdo suscrito entre Teherán y las seis potencias que integran el P5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Rusia y China) abre las puertas para que la antigua Persia pueda aprovechar la gran oportunidad que tiene ante sí, esto es, incrementar sus exportaciones de petróleo, algo que hasta ahora no podía hacer por el embargo al que estaba sometido por la comunidad internacional. De por sí, esto derivaría en un aumento de la oferta de crudo en el mundo y, en consecuencia, en una caída del precio, lo cual ya se empezó a percibir nada más conocerse el acuerdo. Y, una bajada de la cotización del barril supondría… ¿quizás menores presiones inflacionistas y políticas monetarias acomodaticias por más tiempo?

Según Saurabh Lele, analista de materias primas de Loomis, Sayles & Company (filial de Natixis Global AM), de lo que no hay duda es de que las sanciones empezarán a retirarse, e Irán podrá incrementar su producción. “En un plazo de 12 a 18 meses, es probable que su producción sea de un millón de barriles más por día. También es probable que los miembros de la OPEP insten a Arabia Saudí, que ahora produce bastante por encima de su cuota, a reducir su producción para dar lugar a la mayor productividad de Irán”. ¿Se han acabado los días del barril de petróleo a más de 100 dólares? La predicción del experto es que, a largo plazo, el petróleo cotizará entre los 75 y los 85 dólares el barril, dado que este rango de precio es un incentivo para que aumente la producción de petróleo en Estados Unidos a un ritmo que equilibre la oferta y demanda mundiales”.

Los tres factores que ayudarán a mantener controlados los precios del petróleo a largo plazo incluyen el incremento de las exportaciones petrolíferas de Irán; la amplia y flexible oferta de petróleo de esquistos bituminosos de Estados Unidos; y el retrasado crecimiento de los mercados emergentes. “La nueva disposición de la OPEP pondrá un suelo para los precios del petróleo, y la oferta de Estados Unidos y Canadá fijará un techo. Este mercado del petróleo con buena oferta podría sin duda conducir a precios más elevados que los actuales 60 dólares por barril, pero bastante por debajo de los máximos que se han visto en años recientes”. Por otro lado, es probable que ver petróleo iraní en el mercado no sea una realidad hasta 2016. “Las sanciones sobre Irán se levantarán una vez que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) haya verificado que el país ha reducido su huella nuclear, lo que puede demorarse más de 12 meses”.

De acuerdo con los cálculos del experto de Loomis Sayles, cuando se levanten las sanciones, Irán podrá incrementar sus exportaciones entre 250.000 y 300.000 barriles diarios en el plazo de tres meses, y la mayor parte de ese incremento vendrá de sus depósitos oceánicos de unos 30 millones de barriles. "Durante los próximos 12 a 18 meses, la necesaria y retrasada inversión en Irán por parte de grandes empresas petrolíferas globales ayudaría a incrementar la producción en casi un millón de barriles diarios, que es el nivel que el país tenía antes de las sanciones”. Pero Irán no sería el único país que estaría entrando en un proceso de cambio. “Con unos precios del West Texas Intermediate de entre 75 y 85 dólares el barril, América del Norte puede conseguir la autosuficiencia en un plazo de entre 6 y 8 años”, afirma Lele.

Desde 2011, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos han estado supliendo la caída de la producción de Libia e Irán. “A medida que Irán se prepara para incrementar su producción, Arabia Saudí tendrá que replantearse su política reciente de cuota del mercado. Con las inversiones adecuadas, las reservas de petróleo y el potencial de producción de Irán e Iraq en conjunto podrían rivalizar con las de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. En lugar de iniciar una competición de producción de petróleo contra Irán e Iraq, sería mejor para Arabia Saudí dar su consentimiento y reducir la producción en vez de establecer cuotas individuales para todos los miembros de la OPEP”, explica el experto.

En lo que respecta a la demanda, el crecimiento del consumo se está normalizando con un aumento leve en los países de la OCDE en comparación con el año pasado, indica Cyril Bernier, analista y gestor en AXA Investment Managers. El experto considera que la estabilidad que se prevé por el lado de la demanda en los próximos años hará que la evolución del precio del petróleo vaya a depender más de los ajustes que se vayan realizando desde el punto de vista de la oferta (ver gráfico superior).

Gana Europa, pierde Rusia

Pero, según el analista de Loomis Sales, quien más pierde en todo esto es Rusia, ya que Irán no solamente cuenta con extensas reservas de petróleo sino también con las reservas de gas natural más grandes del mundo después de Rusia. También cuenta con la gran ventaja geográfica de estar a una distancia que permite la instalación de gasoductos para países que necesitan gas, como China, India y Europa en su conjunto. En este sentido, Lele señala que un acuerdo con Irán haría que avanzara el planificado gasoducto de Pars (Irán-Turquía-Europa), el cual permitiría que la Unión Europea diversifique sus fuentes de gas natural y se aleje de la problemática Rusia.

“Los sueños de contar con conductos de Irán-Pakistán-India e Irán-Kazajistán-China también podrían convertirse en realidad, lo que mejoraría la posición de Irán como el principal proveedor de gas natural, aumentaría sus ganancias y reforzaría su influencia política, todo ello a costa de Rusia”, concluye el experto.